Si te acabas de comprar o te han regalado tu primera cámara réflex, ya te habrás lanzado a hacer cientos de fotografías. Eso sí, una mejor cámara no implica siempre mejores fotos. Así que es importante que conozcas algunos consejos claves para que tus fotos no den pena.
23 en total repartidos en diferentes apartados, desde cómo aprender los conceptos básicos acerca de cómo funciona tu cámara hasta ideas para que no hagas las típicas fotos de siempre. Así que espero que sea de tu utilidad esta guía básica de fotografía.
Primeros pasos con tu cámara: obturación, apertura y valores ISO
Las cámaras avanzadas, da igual si se trata de una compacta, réflex o cámara con objetivos intercambiables, ofrecen controles manuales. Eso significa que podrás modificar diferentes parámetros para conseguir el resultado esperado en diferentes situaciones.
De todos los ajustes que podrás realizar, hay tres que son claves y debes conocer cómo afectan a la foto final: obturación, apertura y valores ISO.
La obturación, o también conocida como velocidad de disparo, es el tiempo que el diafragma permanece abierto. Esto significa que, a mayor tiempo, más luz captará y por tanto más información tendrá el sensor para procesar la imagen. Claro que un exceso de tiempo en determinadas condiciones puede acabar con una foto completamente sobre expuesta o, como se conoce normalmente, quemada. Además, si fotografías objetos en movimiento obtendrás una estela que marcará dicho movimiento.
La apertura hace referencia a cuánto abres el diafragma, esa parte del objetivo que permite que entre más o menos luz. Su valor se designa con la letra F y, a valor más pequeño, mayor es la apertura y viceversa (a valor más grande, menor es la apertura). Ese valor también va relacionado con la profundidad de campo: una apertura F1.8 tendrá una profundidad de campo menor que otra F22.
Los valores ISO es el último concepto importante que has de conocer y hacen referencia a la sensibilidad a la luz del sensor. Cuando aumenta el ISO, facilitas que el sensor capte más luz, aunque hay que tener cuidado para no abusar y generar un ruido poco estético.
Estos tres parámetros están relacionados entre sí y la variación de uno afecta a los otros dos. Por ello, hay que buscar siempre un equilibrio y que los valores establecidos formen un triángulo equilátero lo más perfecto posible.
AL PRINCIPIO DISPARA EN AUTOMÁTICO
Si estás comenzando a manejar una cámara con controles manuales, tranquilo, no te precipites. Cuando salgas a hacer fotos no tengas miedo a disparar en automático. Podrás hacer fotos de calidad pero sobre todo, te servirán para aprender.
Cuando llegues a casa abre esas fotos en tu editor de fotografías y revisa los ajustes que la cámara estableció de forma automática. Irás viendo qué apertura has de usar cuando dispares con una velocidad de disparo u obturación determinada. Ocurre igual con los valores ISO según las condiciones lumínicas de la escena.
Por supuesto, nunca olvides esta opción. Puedes ser un experto fotógrafo y seguir usando el modo automático ya que habrá escenas o situaciones en las que sólo recurriendo a dicho modo podrás capturar ese preciso instante.
DA EL SALTO A LOS MODOS SEMIAUTOMÁTICOS
Junto al modo automático y manual verás que hay dos modos: prioridad a la apertura y prioridad a la obturación. En ambos, según el que hayas seleccionado, podrás modificar un valor y la cámara se encargará de elegir el más adecuado de los restantes.
Es decir, si estableces una apertura F2.8 la cámara calculará la velocidad de disparo y valores ISO adecuados para conseguir una foto de calidad.
Nuevamente, cuando llegues a casa o incluso mientras haces las fotos observa qué combinaciones hace la cámara para ir aprendiendo.
DOMINANDO EL MODO MANUAL
Dominar el modo manual no es complicado pero requiere tiempo. Para que tus primeras fotos no sean un desastre práctica en casa o exteriores con objetos inmóviles. Y, por supuesto, no tengas prisa.
Así aprenderás cómo funciona y no te agobiarás si los primeros días no consigues los resultados deseados.
CONOCE TU CÁMARA
Para llevar a cabo de forma eficiente todo esto es importante que conozcas tu cámara. Saber qué apertura máxima ofrece, velocidad de disparo, ISO,… y, por supuesto, dónde está cada opción es vital para exprimir al máximo las capacidades fotográficas de tu equipo.
Las cámaras actuales ofrecen menús muy intuitivos, aunque siempre podrás consultar el manual de usuarios para aclarar o buscar algo en concreto.
DISPARA EN RAW
El jpeg es el formato de imagen más popular, un archivo que mediante un algoritmo de compresión permite almacenar una gran cantidad de datos en poco espacio. El problema es que para lograrlo desecha información que cree no necesaria.
Si la foto ya es la versión final está bien, pero si necesitas hacer un retoque a posterior, entonces mejor disparar el formato RAW, un formato que sería el equivalente al negativo de las cámaras analógicas y en el que se conserva toda la información en bruto captada por el sensor.
Así que, cambia los ajustes y dispara en RAW. De ese modo podrás editar luego y realizar correcciones de color más precisas, levantar detalles de las sombras y prácticamente recuperar zonas más expuestas o dar un giro a tus fotos de como se captaron a como acaban.
APROVECHA EL MODO DE DISPARO EN RÁFAGA
Las cámaras digitales permiten disparar en modo ráfaga. Es decir, podrás disparar una secuencia de 3, 6 o más fotos seguidas sin levantar el dedo del disparador. Una capacidad que varía según la cámara pero te permite la posibilidad de capturar el instante preciso de la acción que ocurre frente a ti.
Imagina el paso de una moto por línea de meta, una carrera o un salto. Disparar en ráfaga te generará una secuencia de imágenes de las que luego podrás elegir la que más te guste.
NO USES EL FLASH DE TU CÁMARA
La ventaja de contar con sensores de mayor calidad y controles manuales es que puede permitirte el lujo de no usar el flash de tu cámara. Es más, yo te aconsejo no usarlo nuca.
El flash integrado en las cámaras proyecta la luz siempre de frente hacia el objeto o sujeto que vayamos a fotografiar. Eso es un problema ya que genera una luz demasiado fuerte que choca con la luz natural de la escena, provoca ojos rojos, etc.
Mejora tu equipo para mejorar tus resultados
Los primeros siete consejos los puedes poner en práctica sin necesidad de invertir en nada más. Los que verás a continuación sí requieren un gasto en equipamiento extra pero será la mejor inversión que hagas.
USA TRÍPODE
Ya pudiste ver la importancia de un trípode a la hora de hacer fotos y los diferentes tipos existentes. Pues, no lo dudes, hazte con uno y verás como tus fotografías ganan mucho más.
Y es que no sólo tendrás más estabilidad y fotos más nítidas, sino que también podrás disparar desde posiciones más complicadas o captar esa puesta de sol que tanto persigues.
USA EL OBJETIVO ADECUADO
No hace falta un catálogo de lentes completo para hacer diferentes tipos fotografías, pero es cierto que si cuentas con el objetivo adecuado para cada situación los resultados serán mejores.
Si te gusta el retrato busca objetivos de focal fija, preferiblemente un 50 u 85mm. Si quieres fotos de naturaleza, un teleobjetivo es clave y si por el contrario te gustan las fotos de interiores o arquitectura, un gran angular.
Además, algunos objetivos son más luminosos que otros por lo que podrás disparar en condiciones de menor luminosidad y obtener mejores resultados que con el del kit.
REBOTA LA LUZ CON EL USO DE UN FLASH EXTERNO
El flash integrado de tu cámara no da mucho juego pero uno externo es otra cosa. Con un flash externo podrás hacer que la luz rebote contra el techo, paredes o difusores para conseguir una iluminación más suave y/o adecuada para la escena que vas a capturar.
HAZTE CON FILTROS DE DENSIDAD NEUTRA
Cuando haces fotografías a plena luz del día, en lugares como la playa o la nieve, el exceso de luminosidad puede ser un gran problema. Esto es algo que puedes solucionar cerrando el diafragma y usando velocidades de disparo bajas.
Sin embargo, esto hace que pierdas posibilidades creativas, como jugar con la profundidad de campo o el efecto halo de objetos en movimiento. Para solucionarlo están los filtros de densidad neutra, que te permitirán reducir la luz que entra al sensor sin tener que variar ajustes como la apertura, obturación o valores ISO.
USA EL PARASOL DE TU OBJETIVO
El parasol de tu objetivo no es un accesorio decorativo ni tampoco de protección, aunque a veces cumpla esa función al evitar que algunos objetos golpeen directamente el cristal de la lente.
La funcionalidad real del parasol no es otra que evitar que las luces, principalmente laterales, generen halos o destellos en el interior del objetivo que estropearían tus fotos.
Consejos para mejorar tu técnica
Para finalizar, después de ver la primera tanda de consejos para mejorar tus fotos conociendo los conceptos básicos y los principales accesorios, es hora de ver once nuevos para mejorar tu técnica.
VIGILA LA POSICIÓN DEL SOL
A menos que busques un contraluz de forma intencionada, procura que el sol siempre esté a tu espalda o un lateral. Eso permitirá iluminar a tu objetivo de forma correcta.
Si no lo haces tu cámara podría realizar una medición equivocada, interpretar que necesita más luz, disparar el flash y obtener una foto en la que, por ejemplo, si se trata de una persona hará que parezca un montaje. O que el fondo quede sobre expuesto.
CUIDADO CON LAS SOMBRAS
Antes te comentaba que el sol siempre a tu espalda o a un lateral. Correcto pero, si vas a hacer retratos, busca zonas de sombra o hazlo en las horas en las que el sol está saliendo o escondiéndose.
Si lo haces con el sol en su posición más alta tendrás sombras muy duras en la cara o gestos poco naturales al molestarle la luz en los ojos.
EVITA LOS REFLEJOS DETRÁS DE UN CRISTAL
Si vas en el autobús, tren, metro o coche puede que te veas en más de una ocasión tentado a hacer una foto. Para evitar los posibles reflejos que estos generan, limpia muy bien la zona del cristal sobre la que mirará el objetivo de tu cámara.
Acto seguido, acerca la lente incluso hasta llegar a tocar. Si sigue habiendo algún reflejo, juega con los ángulos o usa tu mano o alguna carpeta, revista, cartulina u otro objeto para tapar luces que generan dicho reflejo.
CAMBIA DE ÁNGULOS
Hacer la misma foto desde el mismo ángulo es lo más aburrido que existe. Es como comprar mil veces la misma postal. Para evitarlo cambia de ángulos, experimenta, muévete y busca esa posición nueva y que nunca te paras a pensar que podrías usar.
Si haces un retrato, prueba a hacer un plano picado o contrapicado. Eso dará una intensidad nueva a tu foto. Si es un objeto agáchate, igual descubres una perspectiva completamente nueva.
SI NO ESTAS SEGURO DEL ENCUADRE, ABRE EL PLANO
Las cámaras actuales ofrecen una resolución más que sobrada para poder hacer un recorte sin perder detalle ni opción a imprimir una copia a tamaños considerables. Por tanto, si no estás seguro del encuadre abre el plano y ya en casa encuadrarás con tu editor de fotos preferido.
VIGILA LA COMPOSICIÓN
Los recién llegados a la fotografía suelen centrarse demasiado en el objeto o sujeto que fotografían. Eso hace que se olviden de la composición de la escena y detalles como elementos adyacentes o el fondo.
Tú no lo hagas, vigila bien qué fondo hay y qué otros elementos están alrededor de nuestro foco. Si no puedes sacarlos, siempre puedes recurrir a desenfocarlo lo máximo posible para así centrar la mirada en lo realmente importante.
SI QUIERES FOTOGRAFIAR A UN NIÑO, MANTENLO DISTRAÍDO
Los niños son difíciles de fotografiar, siempre están moviéndose y se cansan muy pronto. Para evitarlo y conseguir la foto que buscas tendrás que distraerlos. Hazlos reír, cuéntales algo o muéstrales algún objeto que llame su atención y te permita dirigir su mirada al punto que deseas.
No es una tarea sencilla pero sí muy gratificante. Además, si consigues ponerte a su “altura” podrás captar instantáneas irrepetibles.
BUSCA LA NATURALIDAD
Al igual que a los niños hay que distraerlos, con cualquier otra persona hay que conseguir que se comporte de forma natural. Si está tensa o incómoda no podremos captar su esencia.
Así que ríete, cuenta alguna anécdota, explica qué quieres captar, tu proyecto… cualquier cosa que sirva para romper el hielo y que se sienta cómoda. A partir de ahí podrás disfrutar de una sesión de fotos más interesante y no tendrás esas horribles fotos con gestos desencajados y artificiales.
FOTOGRAFÍAS DEBAJO DEL AGUA, USA EL MODO DE ENFOQUE MANUAL
Hacer fotos debajo del agua es complicado: primero porque tendrás menos luminosidad y, en segundo lugar, porque la cámara no enfocará de forma tan eficiente. Por tanto, cuando vayas a realizar una foto debajo del agua, acuérdate de establecer el enfoque manual. Y obviamente: ¡ni se te ocurra meter tu réflex bajo el agua! Sólo puedes hacerlo con una cámara sumergible o metiéndole una carcasa. Si no, ¡mejor te aguantas las ganas!
CÓMO MEJORAR LAS FOTOS DE GENTE SALTANDO
Está de moda eso de hacerle fotos a la gente saltando. Para lograr congelar ese preciso instante deberás disparar en ráfaga y a una velocidad de disparo alta, por ejemplo, 1/2000. Así que, para conseguirlo si las condiciones lumínicas no son favorables, tendrás que usar un flash con luz de relleno o subir la ISO.
De ambos modos conseguirás una imagen perfectamente congelada, sin halos ni estelas que indiquen movimiento.
PACIENCIA
La paciencia es la clave de la fotografía. Saber esperar al momento oportuno es la diferencia entre una fotografía y una gran fotografía. También ser pacientes para pensar de forma tranquila la escena, la composición que quieres.
Si siempre vas acelerado, entonces la fotografía no es para ti. Si por el contrario te gusta tomarte las cosas con calma, vas a disfrutar mucho de una disciplina que es todo un arte, una forma maravillosa de contar historias mediante las imágenes.
Fuente: www.mediatrends.es
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