Estamos condenados a que "si algo puede salir mal, saldrá mal". La Ley de Murphy se cumple siempre, o casi siempre, molestándonos en los hechos más simples y rutinarios de nuestra vida. ¿Os han pasado todas estas cosas alguna vez?
La cola en la que te pongas será la más lenta
Da igual que intentes escoger de forma lógica o por inercia la cola del supermercado que creas que va a tardar menos, porque siempre será más lenta que todas las que tienes a tu alrededor. No importa el sitio, ya sea comprando, en un mostrador del aeropuerto o en un atasco, hay muy pocas posibilidades de que lo que hemos elegido sea la más rápida. Es un verdadero fastidio, pues todos queremos terminar cuánto antes de hacer la gestión que sea, pero solamente en las que hay menos gente serán más veloces, por lo que hay más probabilidad de que caigamos en la que no lo es. Quizá los que han tenido la suerte de estar en la fila rápida alguna vez tampoco lo hayan percibido, por lo que no hay nadie que pueda dar fe.
"Esto no va"
El ordenador se estropea. Una página no abre. Algo va mal con el móvil. Se fue el WiFi. Llega el informático o tu madre y ya funciona. Se va. Deja de funcionar. Siempre pasa lo mismo, estamos cansados, nos deja con cara de tontos y hasta parecemos locos. Es el primer principio de la Ley de Murphy, que "si algo puede suceder, sucederá", así que si puede funcionar, lo hará en el momento exacto en el que acuda alguien a arreglarlo. El único consejo que se pueda dar para pasar estas situaciones con la mejor sonrisa posible es que si quieres que algo te funcione después de roto, llames a alguien. Solución infalible.
Todo el día esperando una llamada...
Suena cuando estás en el baño. Haciendo necesidades o, lo que es peor, duchándote. Es una llamada de vida o muerte, de tener trabajo o no tener, de lo que sea... Y justo no la coges porque durante todo el santo rato has estado mirando embobado como un tonto el teléfono, no te han llamado y has seguido con tu vida, hasta próximo aviso. Bueno, pues comienza a sonar cuando tienes el pelo y el cuerpo embadurnado de jabón. Lo peor llega cuando intentas devolver la llamada... y no, nadie lo coge. Si hay suerte y te vuelve a sonar, espera porque Murphy tiene otra más preparada para ti.
¿Sabes cuál es el único bolígrafo que no escribe?
El que está justo al lado del teléfono. Nunca, pero nunca jamás te servirá para escribir la dirección de la empresa que te va a hacer una entrevista de trabajo. Y encima quedas como un auténtico pavazo al decir eso de "espere un momentito, que busco un boli". Y posiblemente recurras al vecino de en frente para pedirle que lo apunte en su móvil porque no, no vas a encontrar ni uno solo en toda tu casa, con todos los que tienes, ¿verdad?. Y encima estarás completamente mojado porque no te ha dado tiempo a secarte después de la ducha. Por supuesto que si tienes boli, no tendrás papel, y si tienes papel, no tendrás boli, pero si no necesitas escribir nada, tendrás ambas cosas.
Nunca sueles beber y cuando lo haces...
La Guardia Civil vela por tu seguridad y la de todo el mundo. Ya se sabe que si bebes, no conduzcas, pero si cae una triste cañita, el control de alcoholemia estará en la mitad del camino entre el bar y tu casa. No falla. Nunca bebes y cuando lo haces, siempre y cuando no pase de una o dos cañitas de cerveza, las autoridades estarán haciendo su trabajo y el control rutinario que nunca hacen en la carretera por la que pasas todos los días desde hace millones de años. ¿La solución? No beber.
Si te equivocas de número... ¡Siempre descuelgan!
¿Quién no se ha equivocado alguna vez de número de teléfono o de contacto en el móvil? A veces, si la persona al otro lado del telefonillo no es conocida, tan solo se pasa un poco de vergüenza, pero la cosa se complica si llamas al número que estaba debajo del que en realidad querías llamar y no te cae demasiado bien, o llevas milenios sin hablar con él/ella. Ya sea el enemigonúmero uno, la suegra o tu jefe, que si les llamas por error, siempre estarán disponibles y contestarán inmediatamente. Ay, que se empiezan a subir los colores...
Semáforo en rojo cuando llevas prisa
Es que no falla. Siempre que tengas que coger un tren, llegar a recoger a los niños o tengas una urgencia, todos los semáforos se pondrán en rojo. MalditoMurphy... dirás. Y es que no hay ni una sola vez en la que no pase, aunque esto tiene su explicación. Deja de torturarte a ti mismo por tu mala suerte porque se debe, sobre todo, a la percepción que tienes ese día de lo que te pase a tu alrededor. Hay que admitir que es muy complicado que los semáforos estén siempre en verde y no haya que esperar parados, o que no haya ningún atasco, pero cuando vamos tranquilos ni lo notamos, al contrario que cuando necesitamos llegar al sitio cuanto antes.
El que ronca se queda dormido primero
Y si no que se lo pregunten a la mayoría de parejas que hay en el mundo.Roncar es un problema que sufren demasiadas personas, pero es mejor que no nos toque al lado una a la que le pase cada noche y no solo cuando esté constipada. Pero si, por desgracia, tu pareja ronca considerablemente, no te preocupes porque problemas de sueño no tendrá, se quedará dormido al instante. Tú, sin embargo, tardarás muchísimo más tiempo porque te cuesta más y ahora encima no te puedes sacar de la cabeza el sonido que emite por la boca.
Siempre falta lo que necesitas
Hay gente con el mal de Diógenes que lo guarda absolutamente todo. Desde la ropa de cuando era hippie, hasta papeles que jamás pensamos que necesitaremos pero que, por si acaso, ahí se quedan, ocupando espacio. El dichoso por si acaso que tanta mierda acumula llega a su fin un buen día en el que te levantas con la necesidad de hacer una limpieza general que deje la casa como los chorros del oro, con cajones vacíos y con montones de basura por sacar de cosas que jamás has utilizado y son completamente innecesarias, o eso crees. ¿Sabes qué te pasará las próximas semanas? Que echarás de menos cualquiera de esas cosas que has tirado. Te lamentarás, te torturarás y no habrá vuelta atrás.
Siempre habrá alguien cuando hagas algo mal
Normalmente no sueles cometer errores, ya sea en algún deporte, pirueta, al conducir, al jugar a algo... Nunca. Todo te suele salir perfecto hasta que alguien va a verte o simplemente está a tu lado y sale mal. "Si algo puede salir mal, saldrá mal", recuerda. Lo primero que se pasa por la cabeza es el típico 'tierra, trágame' y después comienzas a decirle a la persona que eso no pasa siempre, que te crea, que no sabes ni cómo ha podido pasar... Y esa persona te dice que no te preocupes, riéndose por dentro. No te volverá a creer en lo que os quede de vida. Lo importante es que lo harás bien cuando no haya nadie a tu lado.
Fuente: www.que.es
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