Una cosa es criticar al mundo – todos lo hacen- y otra, odiar a la humanidad pero no a la vida en sí ¿extraño, no? Pero como todas las manifestaciones del intelecto: respetable.
Resulta interesante discernir el comportamiento del que por elección se aísla de la sociedad. El misántropo en sí, tiene un humor tétrico y manifiesta repudio al trato humano, razones por las que son el hígado de los carismáticos, amigueros y fiesteros de corazón.
Para un misántropo ir a una fiesta es casi una tortura. En sus propias palabras: es un insulto a su intelecto. Una reunión resulta un pozo sin salida del que se ensordece cualquier plática inteligente y se intercambia por un ruidero de voces donde nadie dice nada y todos sonríen por la necesidad de caer bien sólo por un momento. Por lo tanto, no son los mejores ejemplos en relaciones públicas, aunque esto no tenga nada que ver con la calidad y talento que tengan, ya que son atractivos por su grado de inteligencia y disciplina en sus actividades y eso los hace de seguidores. Como escribió Charles Baudelaire: “Hasta esa frialdad te hace más adorable”.
Estas personas causan enigma y curiosidad, o todo lo contrario, repudio e indignación. Erich Fromm escribió que la fórmula en El Arte de Amar es conocer “ese secreto” que todos tenemos para después violentarlo y hacer uso de él. Por lo tanto, amar conlleva cierto grado de posesión, poder y sadismo. Sin embargo, cuando tenemos cerca a un misántropo, lo primero que nos llega a la mente es el deseo de querer desmembrarlo para sacarle su secreto a como de lugar. Pero con lo que no contamos es que estas personas tienen un alto grado de autocontrol y lo más probable es que derroten nuestro empeño hasta sacarnos de quicio.
La misantropía no lleva a actos suicidas, pero sí son sádicos, algunos aceptan que son capaces de hacer sentir mal a otra persona con tal de poner a prueba su capacidad para defenderse: “Es un placer ver como se defiende este pobre”, “Lo / la hacía llorar porque se veía tan inocente que lograba causarme un instante de piedad”.
Los misántropos huyen de los hombres y del trato humano no sólo por sentimientos de repulsión o de timidez, sino porque su rechazo es deliberado o reflexivo. Por esto no me refiero a un niño o un animal como misántropo, sino que se les aplican con propiedad los adjetivos huraño y arisco. En una persona adulta, que no actúa sólo por instintos y sentimientos, sino también por experiencia y reflexión. Por lo tanto, los estudios de personalidad indican que tienen un coeficiente intelectual o cultural alto. Ejemplo claro de esto es el actor Jack Nicholson, —en vida y también en personaje— ya que muchos afirman que la interpretación en Mejor imposible es el retrato de él mismo.
En el ámbito laboral hay estudios que demuestran que en toda empresa exitosa se requiere de un misántropo, ya que se encarga de notar los errores y factores del desarrollo en el trabajo. Aunque otra verdad es que son un dolor de muelas para los carismáticos y jefes que intentan a toda costa integrar a los colaboradores, —no tanto por los misántropos mismos—, sino porque en cualquier equipo de trabajo el rechazo es mal visto. Lo típico: los que siempre quieren caer bien y se deshacen por agradar a todo el mundo, ven en “el alejado” al gruñón que se rebela a la armonía (sinergía laboral) saliendo de los parámetros “normales”. Sin embargo, cuando opinan, son los más directos y certeros en la planeación y desarrollo.
12 Claves de MISS- Antropía:
1.Se cree superior.
“Hay miles de príncipes y los habrá, pero Beethoven sólo hay uno”. Ludwig Van Beethoven
2. Tiene un gusto exagerado por la lectura y la música. Recurre con frecuencia a citas académicas y al sarcasmo.
3. Desconfía de todo el mundo.
“Ellos se ríen de mí por ser diferente, yo me río de todos por ser iguales”. Kurt Cobain
4. Es sádico.
“El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura”. Salvador Dalí
5. Es perfeccionista y como no confía en nadie, no cabe la posibilidad de creer que “otro” pueda someterse a su disciplina y perfección.
“Disciplina, trabajo. El trabajo, la disciplina”. Gustav Mahler
6. Crea su propio mundo y ambiente. Sólo se rigen por sus propias reglas ya que se sienten relegados de la sociedad dominante.
“Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad, porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos”. Arthur Schopenhauer
7. Aislamiento emocional.
“El hombre inteligente busca una vida tranquila, modesta, defendida de infortunios; y si es un espíritu muy superior, escogerá la soledad”. Arthur Schopenhauer
8. Critica los eventos, las fiestas y organizaciones sociales.
“Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: El derecho al desorden y el derecho a marcharse”. Charles Baudelaire
9. Constantemente ponen a prueba la inteligencia de los demás pretendiendo enseñar con su desprecio o generando competencia. Ejemplo: El maestro sádico y severo de la película Whiplash, Terrence Fletcher.
10. Es arrogante en potencia.
“Ni hagas como que entiendes, porque no entiendes nada”. Stanley Kubrick
11. Claro que tienen sentido del humor, ácido, cruel y hasta ingenioso.
“Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame”. Oscar Wilde.
12. Son amantes de la naturaleza y la soledad- que no es lo mismo que desolación- .
“No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo”. Oscar Wilde
Fácilmente se confunde al misántropo con el arrogante y la verdad es que esta última es una característica del perfil, pero hay pedantes muy sociables. Por eso, no hay que generalizar. En cierta ocasión platiqué con una religiosa que se refirió con repudio a las personas arrogantes como: “enfermos en proceso de curación” a las que ella quería integrar a la sociedad. Con cierta desfachatez le respondí: —“¿Acaso, Jesús no fue arrogante? Si no mal recuerdo, él se presentó diciendo: “Yo soy el hijo de Dios” y no por eso fue crucificado. Por lo tanto, el arrogante no tiene que ser malo, ni enfermo. Que caiga mal es otra cosa”—.
Algunos misántropos conocidos:
Charles Baudelaire
Oscar Wilde
Stanley Kubrick
Frederich Nietzsche
Arthur Shopenhauer
Salvador Dalí,
Luwig Van Beethoven
Kurt Cobain
Arthur Rimbaud
En personajes: Mr Hyde, Dr. House, Daria y Hannibal lecter.
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