Por si todavía no se ha dado cuenta de lo que trata el artículo, puede volver a leer el título del mismo y verá que hay un “el” repetido al inicio de la frase que no debería estar. Pero seguramente, no se haya dado cuenta, entonces, ¿por qué parece que no lo has visto? Pues bien, es lo que se suele llamar “ceguera de repetición”, y es una de las limitaciones que tiene nuestro cerebro. De todas maneras, puede que aún se esté preguntando: “¿Cómo he podido no darme cuenta de eso, con lo bien que tengo la vista?"
Bueno, pues como hemos mencionado anteriormente, todo tiene su explicación, así que puede usted estar tranquilo, ya que es algo que le puede ocurrir absolutamente a cualquier persona, y su nombre es ceguera de repetición. Y es que el cerebro tiene un funcionamiento bastante peculiar a la hora de establecer relaciones para procesar de una mejor manera la información recibida, economizar sus capacidades y sus limitaciones.
Cuando leemos en nuestra lengua materna o alguna otra que podamos conocer a la perfección, nuestra mente no procesa cada palabra por separado, sino que, de una pasada, recibe varias palabras al mismo tiempo, y entonces es el cerebro el encargado de decidir qué palabras son importantes en el contexto de la frase para entender dicho significado. Como algo totalmente normal, en más de una ocasión habrás tenido que releer alguna frase porque no has podido comprender el significado de la misma. Podría deberse a numerosos factores, como que no estuviera atento o concentrado (pensando en otras cosas, el ruido existente…)
Sin embargo, en muchas otras ocasiones, es producto de que nuestro cerebro no ha sabido seleccionar las palabras adecuadas para dar sentido a dicha frase.
Lo de dar por entendidas determinadas palabras puede ocurrir incluso si la palabra en cuestión no se repite consecutivamente. Por ejemplo, en un estudio realizado a unas personas, se les dio la frase “Cuando ella tiró la tinta, había tinta por todos los sitios”.
Todo el mundo se quedó con la idea de lo que quería significar la frase, pero a la hora de recordarla exactamente, la mayoría dijo “Cuando ella tiró la tinta, había por todos sitios”. Su cerebro había eliminado una palabra que aportaba nada importante a la frase.
¿Y por qué ocurre todo esto? ¿Es todo esto normal? Pues como les pasa a muchos elementos en relación con el funcionamiento del cerebro, la solución no está del todo clara.
Algunos estudios apuntan a que depende de cada persona y sus limitaciones a la hora de comprender y fijar la información que recibe.
Otros experimentos explican que las imágenes que llegan muy juntas compiten por los mismo recursos de procesamiento, y al ser bastantes limitados, se descarta automáticamente lo que cree que no sirve.
Un fenómeno que podemos confundir con la ceguera de repetición es el parpadeo atencional, que se produce cuando centramos nuestra atención en un punto y nuestro cerebro interpreta repeticiones de un estímulo como el mismo estímulo, ya que cada vez que se centra en algo nuevo hay un periodo de unos 500 milisegundos hasta que puede dedicar los “recursos” al nuevo estímulo.
De cualquier manera, esta ceguera de repetición es tan normal y común que no parece ser un síntoma de nada grave. En condiciones normales, no debe suponer ningún problema ni dificultad en nuestro día a día. El cerebro, simplemente es un acertijo lleno de secretos sin resolver aún por el ser humano.
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