Si quieres mejorar el rendimiento de tu ordenador y ampliar su vida útil, te interesa cambiar el disco duro principal HDD por un nuevo SSD. Es un proceso relativamente sencillo, pero debes hacerlo correctamente. Sólo tendrás que seguir está guía.
Los ordenadores se van quedando obsoletos con el paso del tiempo y su rendimiento se reduce a media los usas, ya sea por desgaste del disco duro o porque las nuevas versiones de software requieren más potencia. Si no quieres invertir en un nuevo equipo porque crees que el tuyo aún tiene vida por delante, una buena forma de mejorar sus prestaciones y darle nueva vida es instalar un disco SSD como unidad principal del sistema.
Los principales motivos son que los discos de estado sólido son más rápidos, eficientes, pequeños y silenciosos que los tradicionales discos mecánicos HDD.
Además, permiten que el sistema arranque en pocos segundos y que las aplicaciones funcionen más rápido.
Otra ventaja es que su tamaño estándar de 2,5” permite instalarlo en casi cualquier portátil o sobremesaactual. Hasta hace un par de años el gran problema de las unidades SSD era la capacidad, que llegaba por poco a las necesidades del sistema y los programas básicos, pero actualmente hay modelos de hasta 1 TB, más que suficiente para cualquier PC.
La función principal de los discos de estado sólido es ser la unidad de sistema, pero se le pueden dar otros usos. Por ejemplo, si utilizas programas de edición de vídeo o diseño asistido por ordenador, puedes aumentar el rendimiento de los procesos de cálculo si configuras un SSD sólo para los archivos temporales de estas aplicaciones.
Pasos previos a la instalación
Si tu intención es sustituir la unidad de sistema y reutilizarla como disco de almacenamiento, tienes dos opciones: clonar el disco en el que está el sistema operativo o realizar una instalación desde cero, que es lo más recomendable.
En el primer caso sólo necesitarás que el disco SSD tenga, al menos, la misma capacidad que el HDD principal, y usar un software de clonación a SSD.
En el segundo caso, aunque vayas a realizar una instalación limpia, puedes realizar una copia de seguridadde tus datos y configuración del sistema para restaurar después esta información. Eso sí, debes almacenarla en otro disco duro, interno o externo.
En los dos supuestos, después tienes que montar el disco en el equipo y realizar unos cambios en la configuración de la BIOS, para aprovechar toda la potencia del disco.
Instalación física en equipos de sobremesa
Para montar una unidad de estado sólido en un PC de sobremesa sólo necesitas atornillarlo en una ranura de 2,5” de la caja y conectarlo a la placa base con un cable SATA. Recomendamos enchufarlo a la toma SATA principal, que suele ser la de mayor velocidad. Para identificarla debes revisar si aparece rotulada en la placa base como “SATA 1”. Si no la localizas, revisa el manual de la placa.
Además, debes enchufar una toma de alimentación para unidades SATA al disco. Si tu fuente de alimentación no dispone de conectores libres de este tipo, puedes usar un adaptador Molex a SATA.
Instalación de SSD en portátiles
En equipos portátiles, las opciones de instalación son más limitadas. Normalmente, sólo disponen de una bahía para discos duros, que casi siempre es de 2,5”. Muchos equipos tienen una tapa en la parte inferior que da acceso directo a esta bahía, pero en otros es preciso retirar toda la carcasa inferior. Para evitar problemas, consulta el procedimiento en el manual del fabricante.
Existe una segunda opción para instalar un SSD en equipos portátiles, que consiste en sustituir el lector de CD, DVD o Blu-ray por una bahía interna para SSD con la misma forma y tamaño del lector.
En cualquier caso, debes revisar que las tomas internas del disco y/o el lector sean SATA y no IDE, el viejo formato de conexión que aún se encuentra en portátiles viejos, que no sirve para los SSD.
Configuración correcta de un SSD
Cuando instalas un disco de estado sólido en el ordenador, para aprovechar bien sus capacidades y que funciones correctamente, debes cambiar ciertas configuraciones de la placa base y del sistema.
Por un lado, en la BIOS debes activar el modo AHCI para el disco en cuestión, que habilita las funciones avanzadas de los discos SSD. Si vas a usarlo para el sistema operativo debes asegurarte de que está configurado como la unidad de arranque en la sección “Orden de arranque” o “Boot order” de la BIOS.
Después, ya podrás instalar el sistema y arrancar el equipo. A continuación, debes revisar si está activada la función TRIM para ese disco. Esta permite al sistema comunicar a la controladora del SSD cuál es el estado de los bloques de memoria y decidir en cuáles se grabarán o borrarán los datos. Esto optimiza la estructura interna de los chips de memoria alargando su vida útil.
En las últimas versiones de Windows esta función se activa automáticamente al conectar muchos SSD (sobre todo los más modernos), pero si tienes Windows 7 o una versión anterior, es preciso que revises este ajuste. Para ello debes usar la consola del sistema. Pulsa en “Inicio”, entra en el cuadro de búsqueda de la parte inferior y teclea “cmd” (en Windows 10 debes usar el icono de búsqueda). Se mostrará una sugerencia llamada “cmd”. Haz click con el botón derecho del ratón sobre ella y pincha en “Ejecutar como Administrador”. Se abrirá la consola (una ventana con el fondo negro), donde debes teclear exactamente la frase:
fsutil behavior query disabledeletenotify
Y después pulsar “Intro”. Si la función TRIM está activada para este disco aparecerá una nueva línea de texto con el código DisableDeleteNotify = 0. En tal caso, ya puedes cerrar la ventana de la consola y utilizar el ordenador normalmente. Si el valor final de esa frase es “1”, significa que la función TRIM está deshabilitada. Para activarla escribe en la siguiente línea el código:
fsutil behavior set disabledeletenotify 0
Enseguida aparecerá una nueva línea con el texto DisableDeleteNotify = 0 que indica que se ha activado TRIM. Ya podrás cerrar la ventana de la consola del sistema y utilizar el equipo con normalidad.
Alarga la vida útil del disco
Tras los pasos anteriores, tu nuevo SSD funcionará perfectamente, pero si quieres aumentar aún más su vida útil puedes desactivar la desfragmentación automática del disco, una función que está configurada por defecto en las últimas versiones de Windows. Los discos SSD no requieren este tipo de mantenimiento por su propia estructura interna, pero Windows lo lleva a cabo de todas formas, realizando más ciclos de escritura y borrado que acortan la vida de la unidad.
Si en tu equipo sólo va a haber un disco duro y es un SSD, te interesa desactivar la desfragmentación (u optimización) automática. Si, además, vas a conservar uno o más HDD, deberás desactivar sólo la desfragmentación automática del SSD. No todas las versiones de Windows lo permiten, así que es posible que debas desactivarla y realizar periódicamente el proceso de forma manual, sólo con los HDD.
De igual forma, puedes reducir aún más el uso en segundo plano de los discos si desactivas la indización de archivos que se realiza mediante el servicio Windows Serach, aunque esto afectará a las funciones de búsqueda del sistema y de ciertos programas, como los gestores de correo.
Fuente: www.mediatrends.es
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