miércoles, 8 de marzo de 2017

NISSAN GT-R 5 RAZONES PARA AMARLO O ODIARLO


Nissan GT-R 5 razones para amarlo o odiarlo

¿Cómo puede ser que un vehículo como el Nissan GT-R acapare tantas opiniones encontradas? Ante él, sólo caben dos posturas. Es un vehículo que le entusiasma a la gente o, por el contrario, le produce ardor gástrico… pero a nadie le deja indiferente. Sin embargo, soy de los que piensa que, como dice la sabiduría popular, “el odio también es amor”. Ante todo, despierta un interés superlativo a cualquier entusiasta del motor, especialmente a todos los de la “generación Playstation”, que casi ni igualan otros grandes deportivos más caros o potentes… 

En este artículo voy a ser bipolar. Por un lado nos pondremos en la piel de los defensores más acérrimos del GT-R y, por otro, de los que no apostarían por él…. Estoy seguro que, la mayoría de menores de 25 años lo elegirían como su primera opción de compra. ¿Porqué?, ¿acaso es tan perfecto?… No creo. La clave es ser un vehículo de ensueño accesible. Intentemos averiguar sus puntos flacos…




nissan


1. Cuestión de marca 

No nos engañemos, es un Nissan. No quiero que parezca despectiva esta afirmación… pero vas a pagar menos por él porque no compras “valor de marca”, que sí presumen otros deportivos de la competencia como el Porsche 911 Turbo S o el Audi R8 V10. No es cuestión de “alemanitis” como dicen… la británica McLaren o la italiana Ferrari representan opciones tan válidas como las otras 

No nos engañemos, es un Nissan. No quiero que parezca despectiva esta afirmación… pero vas a pagar menos por él porque no compras “valor de marca”, que sí presumen otros deportivos de la competencia como el Porsche 911 Turbo S o el Audi R8 V10. No es cuestión de “alemanitis” como dicen… la británica McLaren o la italiana Ferrari representan opciones tan válidas como las otras. 

La gama de Nissan no reporta una imagen de gama suficiente para beneficiar al GT-R. Es el mismo cuento de siempre… Ferrari o Porsche representan más que un nombre: son una leyenda. No es posible comparar el nombre de Ferrari con el de Nissan. Nissan no tiene la misma gama, historia, reputación o trayectoria en competición. 

El precio del Nissan GT-R ya no es una ganga como antaño. No nos engañemos, comenzó costando poco más de 80,000 euros y, ahora, el GT-R 2012 parte de 101.000 euros, aunque no hay que dejar de lado que las prestaciones también han ido in crescendo. ¿Tendría tanto tirón el GT-R si su precio siguiese aumentando año tras año? Yo creo que no. Porque le costaría sudores llevar “Nissan” escrito sobre el capó. Aun así, un Porche 911 Turbo S 997 con 530 CV cuesta 194.442 euros. Casi el doble. Pero, en Porsche saben perfectamente que vale justo lo que sus clientes pagarían por él. 

Cuestión de branding o no, es obvio que fabricantes de la competencia vendan deportivos con un precio racionalmente sobrevalorado. Pero es la misma historia que Apple respecto a su competencia, “el estatus no tiene precio”. Y las ventas están ahí. Nissan vendió en España 80 unidades del GT-R en 2009, 24 en 2010 y ¡ojo! sólo 14 en 2011… es decir, las ventas han caído un 82% entre 2009 y 2011. En cambio, Porsche vendió en España 1.200 unidades en 2009, frente a 2.224 en 2011… ¡un 185% más!. Concretamente, en 2011, se vendieron 250 unidades del Porsche 911 (997), y eso que estaba a punto de terminar su ciclo de vida. En 2012, se pretenden superar las 400 matriculaciones del nuevo 911 (991).


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2. Acabados interiores que desmerecen 

Hasta los más devotos defensores del GT-R reconocen esta deficiencia. Es una de las debilidades admitida por propios y extraños y que siempre ha sido criticada por la prensa del motor en conjunto. Los acabados son sosos, toscos y con un toque plástico poco agraciado para un coche que cuesta 100.000 euros. 

Los materiales empleados no están a la altura de sus rivales y, aunque las comparaciones son odiosas, es indiscutible que los acabados del Ferrari 458 Italia, del McLaren MP4-12C o del Audi R8 son superiores. En resumen, el bajo precio – en relación con la competencia – se debe a una calidad que otros coches de precio superior sí ofrecen.


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3. Diseño manga 

El aspecto exterior “cuadradote” y voluminoso no es apto para cualquiera. Shiro Nakamura, el jefe de diseño de Nissan quiso que el aspecto del Nissan GT-R se asemejase con los robots gigantes de la serie de anime japonés Gundam. Su estilo “japo” hace que no sea del agrado de cualquier persona, especialmente de señores entrados en edad. Además, desde que se presentó en 2007, apenas ha sufrido ningún cambio, excepto ligeros retoques inapreciables para la mayoría de los mortales. Los años pesan y el GT-R pide a gritos un lavado de cara profundo. 

4. Garantía y fiabilidad en entredicho 

En 2009 saltaron las alarmas con averías en la transmisión del GT-R. Nissan ofreció una actuación a sus clientes para reforzar la caja de cambios y 5 años de garantía “extra” para la misma a partir de ese momento. A cambio, los usuarios prescindirían del Launch Control. Tras un enfado significativo de los propietarios de Nissan GT-R, como comprenderéis, se volvió a realizar una nueva actualización con una segunda programación. A partir de ese momento, el Launch Control volvía a estar disponible, pero si se producía cualquier avería usando el sistema de salida lanzada sin el control de estabilidad activado, su reparación no la cubriría la garantía.
 

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5. ¿Técnica o electrónica? 

Tampoco es un portento de la técnica. Utilizar un “motor Veyron” con 16 cilindros en W y cuatro turbos sí lo es. Hacer un coche con el motor colgado del eje trasero también… Si el Porsche 911 está considerado el mejor deportivo de la historia será por algo. El 911 es técnica, el GT-R electrónica. Y eso castra el “placer de conducción” que siempre debe estar por encima de todo. El año pasado, durante la Elección del Mejor Deportivo del Año, varios pilotos profesionales nos comentaban que el GT-R resultaba un coche “demasiado” fácil de conducir… –debido a la electrónica- y debería tener más “puntito cabrón”. Por cierto, en ese certamen, organizado por la Escuela Española de Pilotos, el ganador fue el Porsche 911 Turbo S. 

Y… sinceramente, ¿de qué sirven los tiempos en Nurburgring?. ¿Vas a ir por ahí con la voz de Jeremy Clarkson diciendo “mi coche es 32 segundos más rápido que el tuyo en el infierno verde”? Venga ya… Ferrari nunca se ha caracterizado por hacer grandes tiempos, es más, ese ni ha sido uno de sus objetivos fundamentales. Se han centrado en el placer de conducir. Y han conseguido la marca de vehículos de altas prestaciones de referencia. Si Ferrari decidiese hacer un coche dispuesto a mejorar los tiempos en Nurburgring del GT-R, lo haría, sin miramientos.


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¡Cuánta tontería junta! –estarás pensando-… Entonces eres de los que ama al Nissan GT-R. No te van a faltar argumentos para defenderlo. El Nissan GT-R es un mito, un deportivo que ha conseguido lo impensable. Es de alabar la suficiencia de Nissan de crear un coche así aunque, es obvio, tenga sus puntos flacos. A pesar de eso, por lo que es y por lo que ofrece, se ha convertido en todo un icono de la automoción. 

Antes que nada tienes que saber que no, que no es un Nissan cualquiera. De hecho, no creas que vas a poder arreglar tu GT-R en la concesión Nissan de tu provincia. En la península sólo hay cinco “Centros de Alto Rendimiento Nissan” que reparan o distribuyen el GT-R en Marbella, Madrid, Valencia, Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat. Son los únicos que cuentan con personal formado especialmente para meterle mano. 

¿Su diseño? Démosle un voto de confianza… por algo tiene muchos adeptos. Quizás no tiene la elegancia de un Aston Martin. Pero, tal vez, ese no era su objetivo. La idea de Nissan era batir sobre la pista al 911 con un coche de precio “asequible” y lo cierto es que le han puesto en “jaque”. Su apodo “Godzilla” es por algo, y es que el diseño aún sigue siendo intimidante y amenazante.
 

Nissan GT-R 5 razones para amarlo o odiarlo


El contenido del post no es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.

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