viernes, 29 de septiembre de 2017

RECONQUISTAR A TU EX PAREJA




Hay quien no te quiere perder pero no sabe cómo cuidarte. 
Hay quien no se preocupa por cuidarte, por tenerte en cuenta, y sin embargo, construye sobre un ti un alto cerco donde no perderte. Son relaciones basadas en el ego de una personalidad codependiente, donde solo se exige y se distorsiona algo tan noble como es el afecto, que da luz y no tardes de lágrimas. 





El miedo a que el ser amado se aleje de nosotros implica por encima de todo una falta de confianza, y en ocasiones, hasta la peligrosa idea considerar a la pareja como a una posesión personal. Toda relación basada en alguna forma de temor, genera, inevitablemente, un alto sufrimiento. 

Por extraño que nos parezca, existen muchas parejas que mantienen este tipo de relación a lo largo del tiempo. Te invitamos a conocer las causas y saber actuar de forma adecuada, protegiendo siempre tu autoestima. 







El codependiente controlador vive el compromiso como un tipo de adicción. Bajo la necesidad de dominio subyace una falta de autoconfianza, en la cual, debe desplegar estrategias y mecanismos de defensa para inhabilitar a la otra persona y tenerla así bajo sus redes. 

La persona compasiva es muy consciente de la dependencia de la pareja, de su necesidad de controlar por miedo a perder. 
Ahora bien, a pesar de ello, no puede evitar seguir amándolo/a, atendiéndolo y priorizando a su vez a la otra persona por encima de sí mismo/a. Son relaciones complejas que decaen en un círculo del dolor muy característico. 







Cuidarte a ti por encima de todas las cosas. 
Tanto la necesidad de control como la dependencia, son dos elementos inhibidores que propician el desequilibrio en la relación. Queda claro y todos lo sabemos, que las relaciones afectivas son complejas. Pero, en realidad, deberíamos decir que la complejidad reside en las propias personas y no en la relación como tal. 

Parece como si el tiempo va poniendo cada pieza de nuestro amor propio en su lugar, como si la experiencia nos esculpiera para llegar a la madurez con mayor aplomo y un mejor equilibrio. Ahora bien, es esencial poder disfrutar de cada ciclo, de cada etapa y para caminar con mayor aplomo reforzar ese vínculo con uno mismo, llamado amor propio. 







Las relaciones maduras se cuidan y, a su vez, permiten que cada uno tenga en cuenta su propio crecimiento, sintiéndose libre y siendo al mismo tiempo, parte de un proyecto en común. 

Actúa, defiende territorios, cuida tus derechos y, por encima de todo, escucha la voz de tu corazón pidiendo respeto.



Fuente: Hay quien no te quiere perder pero no sabe cómo cuidarte 

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