¿Duermes ocho horas y aún así sientes cansancio? ¿No tienes fuerzas para concentrarte ni ganas de hacer ningún tipo de ejercicio físico? Tal vez estés sufriendo del síndrome de fatiga crónica y aún no lo sabes. Conoce sus síntomas y si tienes alguno, consulta con un especialista.
Según la Mayo Clinic, se trata de una enfermedad compleja, crónica y poco conocida popularmente. El paciente suele presentar una fatiga constante y dificultades para comunicarse con sus pares. Aún no hay indicios médicos que atribuyan este trastorno a una enfermedad preexistente, pero se cree que provienede una infección viral. El Epstein-Barr es el virus más sospechoso en su generación.
Muchos la llaman «la gripe que nunca se cura». Actualmente un 0,5 por ciento de la población mundial lo posee y el 90% de los casos se da en mujeres.
Síndrome de fatiga crónica:
síntomas
Muchos la llaman «la gripe que nunca se cura». Actualmente un 0,5 por ciento de la población mundial lo posee y el 90% de los casos se da en mujeres.
Síndrome de fatiga crónica:
síntomas
Lo que causa la enfermedad es muy variable y depende del organismo de cada persona. Estos son los síntomas del síndrome de fatiga crónica:
Hipersensibilidad
Fatiga y cansancio extremo
Insomnio
Intolerancia al frío y al calor
Sudoración
Naúseas
Diarreas
Taquicardias
Desequilibrios hormonales: inflación de la vejiga
Problemas en el sistema inmunitario
Dificultad en la concentración y en el aprendizaje
Angustia y depresión
Ansiedad
¿Cuál es el tratamiento adecuado para aliviar esta enfermedad?
En primer lugar, si sientes alguno de estos síntomas debes acudir a un especialista porque pueden ser signo de diferentes problemas de salud.
Además, es trascendental que practiques técnicas de relajación y descanses tu mente de todo lo que puede afligirte. Una de las recomendaciones es realizar una terapia cognitivo conductual porque reduce rápidamente algunos de los síntomas y mejora notablemente la calidad de vida del paciente.
Ahora que tienes toda esta información trata de sanar tu alma y relájate ¡Tú puedes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario