Ser padre es realmente complicado ya que no hay una guía definitiva de cómo hacer las cosas bien. Lo que sí es cierto, es que la educación que se transmite a los niños va a ser definitiva y crucial en su vida como adultos.
Todos somos humanos y a veces erramos, pero hay que tener especial cuidado con lo que le decimos a los más pequeños en edades tempranas, porque una simple frase puede tener más repercusión en ellos de lo que creemos.
Hay que tener cuidado con lo que le decimos a los niños
1- “Para de llorar”
Esto es un error porque no hay que hacer que el niño reprima sus emociones. Al decirle que pare de llorar le estás diciendo que no exprese sus sentimientos. En lugar de eso, deja que llore hasta que se quede tranquilo y luego intenta arreglar y ver qué está mal.
2- “Me decepcionas”
Esta frase puede ser demoledora para un niño porque a casi todos les importa mucho la opinión de sus padres. Si hace algo mal, intenta decirlo de una manera suave, pero una frase como esa puede perseguirle durante mucho tiempo.
3- “No eres lo suficientemente bueno en…”
Al decirle esto el niño puede entender que no es lo suficiente para sus padres y puede afectar de manera negativa a su autoconfianza. Es mejor hacerle entender que siempre hay margen de mejora, de una manera suave.
4- ” Eres malo”
No se debe decir a un niño que es malo, sino que lo que ha hecho está mal. De esta manera no estás perjudicándole ni atacando directamente a su personalidad, sino a su forma de actuar.
5- “Los chicos grandes no se asustan”
Sentir miedo es algo totalmente normal, y más a edades tempranas. Tienes que ayudarle en los momentos que tenga pánico, pero una vez más, no decirle que reprima sus sentimientos.
6- “Haría cualquier cosa por ti”
Los niños esperan que los padres estén ahí cuando lo necesitan. Esta frase puede fomentar el pensamiento contrario y pueden pensar que tienen cierta responsabilidad respecto a los padres, cosa que desde tan pequeños no es recomendable.
7- “Eres feo/gordo/flaco…”
El colegio ya es un lugar lo suficientemente duro en el cual los niños son los encargados de decir los defectos de los demás, como para que encima los padres señalen en casa también esas diferencias. Mientras su aspecto no sea perjudicial para la salud, no hay de qué preocuparse.
Fuente: https://tesuena.net
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