miércoles, 29 de abril de 2015

LA ASOMBROSA HISTORIA DEL MANDO A DISTANCIA



Probablemente si ahora te preguntan qué no puede faltar en tu casa lo primero que te venga a la cabeza sea internet, pero si echas la vista atrás la respuesta de hace diez años sería otra muy distinta, una aparentemente más banal e insignificante, pero también un pilar de nuestra alocada civilización: el mando a distancia. 




Los que no lo tenían lo deseaban, los que lo poseían eran carne de críticas e inolvidables discusiones, los que lo perdían entre los cojines del sofá experimentaban el pavor en sus carnes. Es curioso que ahora, apenas 60 años después, ya le estemos haciendo la cama a algo que ha sido tan importante en nuestra cultura.


¿Quién inventó el mando a distancia?
Como tantas otras ideas y posteriores patentes, la invención del mando a distancia siempre es caldo de cultivo para el debate. Puestos a ser francos y a pensar en el primer prototipo para controlar algo desde la distancia debemos remontarnos al insaciable Nikola Tesla y su patente de 1898 demostrada con un barco dirigido por control remoto.

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Tras dicho invento, en 1903 el matemático e ingeniero cántabro Leonardo Torres y Quevedo patentó en España, Estados Unidos, Francia y Reino Unido un sistema similar, pero en vez de funcionar mediante ondas de radio este transmitía las órdenes al barco por ondas electromagnéticas.

La Segunda Guerra Mundial experimentó con dichas técnicas para la aviación, pero no fue hasta 1939 con el Mystery Control, un dispositivo sin cables de la compañía Philco para controlar la radio, que a alguien se le ocurrió ofrecer un mando a distancia destinado a que disfrutásemos del ocio electrónico sin movernos de la silla.
El origen del mando a distancia para televisión

Dejamos radios y juguetes a un lado para centrarnos en el mando a distancia por antonomasia, el que nos permite cambiar de canal, encender y apagar la imagen, controlar el volumen y… Ya está, porque el televisor de 1950 no daba para muchas más opciones.

Por aquél entonces las batallas no eran por el control del mando, sino por ver quién debía levantarse para cambiar de canal. Con ello en mente Zenith Radio Corporation creó el mando Lazy Bones, que permitía las opciones mencionadas con un dispositivo que se conectaba a la tele mediante un cable.


La aspiradora tragándose el cable debió ser un problema bastante común en la época, así que apenas cinco años después el recientemente fallecido Eugene Polley presentó el considerado como primer mando a distancia de televisión sin cables. No era el culmen de la tecnología, de hecho era una simple linterna.
Flashmatic, tendrás que verlo para creerlo

Aquél nuevo invento de Zenith consistía en una pistola de luz que debíamos apuntar a cuatro fotosensores colocados en las esquinas del televisor. El problema es que cualquier haz de luz interfería en el sistema, así que cuando un rayo iluminaba la casa y apagaba el televisor no era por haber destrozado el panel eléctrico.


Siguieron dándole vueltas a la idea del mando a distancia y, visto que el sistema de luz de su Flashmatic no auguraba un futuro prometedor, decidieron dar el salto a los ultrasonidos. Por suerte para nosotros pero por desgracia para ellos, tuvieron una nueva oportunidad de morder el polvo con su Space Commander tan sólo un año después.

En esta ocasión se trataba de un sistema mecánico que al pulsar un botón emitía un sonido cuya frecuencia leía el micrófono del televisor para dar la orden de cambiar de canal o silenciar el sonido. Igual que con el caso del Flashmatic, esta última idea también tenía que lidiar con errores derivados de sonidos ajenos al sistema que emitían en frecuencias similares. Hasta el xilófono del niño provocaba interferencias.
Bienvenidos, infrarrojos

El mercado siguió creciendo y a las puertas de los 80 los televisores ya contaban con múltiples canales y nuevas opciones como el teletexto creado por la BBC (que vio su final el pasado octubre tras 38 años funcionando). Los mandos necesitaban más botones capaces de facilitar la navegación por dicho sistema y ofrecer la posibilidad de configurar la imagen de la pantalla.


De esa necesidad nació un acuerdo entre los ingenieros de la BBC y varias compañías de televisores, entre las que se encontraba la empresa ITT. Fueron ellos los que finalmente dieron la clave con la creación de un sistema de infrarrojos que ayudaría a transmitir las diferentes órdenes codificando la señal, y precisamente de ese invento nace el Protocolo ITT de comunicaciones infrarrojas.

El cambio y la posterior adopción del sistema por compañías como Viewstar acabaría con la historia de los mandos a distancia que permitían cambiar de canales mediante el sonido, y el crecimiento comercial de las empresas que adoptaron la corriente acabó siendo espectacular.

Cabe hacer una pequeña mención al teletexto, que se coló en muchos hogares de la mano del mando a distancia. La idea original vino de Philips Laboratories en 1970. En 1971, el ingeniero CAL John Adams creó un diseño y propuesta de los organismos de radiodifusión del Reino Unido, que fue aceptada universalmente como base para todos los sistemas de teletexto futuro. Poco después se estableció en todo el mundo.
Del mando universal al teléfono móvil

Desde entonces y hasta hace apenas unos años, el cambio en los mandos a distancia ha sido más estético que tecnológico, y sólo la aparición del mando universal creado por Steve Wozniak en 1987 introdujo una nueva vertiente de negocio a la que agarrarse. La posibilidad de controlar varios aparatos electrónicos con un único mando era un dulce demasiado goloso para dejarlo escapar.

Ahora hasta un teléfono móvil puede salvarnos del apuro de perder el mando entre los cojines gracias a la conectividad entre televisores y otros dispositivos. Y no queda ahí la cosa, siendo las tablets la opción ideal para ofrecer información adicional sobre lo que estamos viendo en pantalla gracias a los últimos avances.


Tal vez más pronto que tarde los fabricantes acaben optando por abandonar este mítico aparato para que el control del televisor sea completamente gestual o los comandos se realicen mediante la voz, pero si eso acaba ocurriendo reconozco que echaré de menos tener un mando a distancia entre las manos. Al fin y al cabo muchos somos hijos de la era zapping.

Fuente:www.xataka.com

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