martes, 28 de abril de 2015

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA



Mis padres, como muchísima otra gente de aquella generación, compraban las cosas para que durasen.

Tenían otra cultura, mucho más práctica y coherente, y no comprendían (ni comprenden, supongo), la triste mentalidad que ahora tenemos la mayoría de los mortales. Si no funciona, te compras otra cosa nueva. Parece que todos hemos aceptado que las cosas tienen que gastarse, y ya casi no nos extraña que la batería del móvil aguante medio día al cabo del año o que haya que cambiar la tele del salón porque si no nos quedaremos sin poder verle los pelitos del bigote con todo detalle a… la Esteban (por poner un ejemplo).




El documental llamado “Comprar, tirar, comprar”, gira en torno a un concepto llamado obsolescencia programada (u obsolescencia planificada) que lleva unas cuantas décadas inventado y que define muy bien la Wikipedia:


“Determinación, planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio“

Uno ve el documental y no para de quedarse sorprendido ante la claridad de los ejemplos y lo inmersos que estamos en esa filosofía del “consumo insostenible”. El ejemplo de las impresoras de tinta, que los fabricantes programan para durar 18.000 páginas (la Epson del documental) como máximo para luego morir es asombroso. Y lo más gracioso es que el chico iba a preguntar si se la podían reparar y todos los dependientes le decían “al precio que están hoy en día, lo mejor es que compres una nueva“.

Los argumentos presentados en el documental son sencillamente incontestables. En un momento dado del mismo me planteaba la reflexión lógica: “Vale, molaría que las cosas duraran 100 años, pero entonces, ¿dónde irían a parar los empleados que ya no tienen que fabricar más por esa duración de los productos?“.

Lo discuten en el documental, donde un bisnieto de los fundadores originales de Philips explica cómo construir productos de larga duración ofrece una serie de ventajas y de recorte de costes (transporte, fabricación, etc) que los industriales no deberían negar. Y eso es lo que deberíamos empezar a plantearnos todos un poquito.


A ello podría ayudar un poquito la mentalidad de ese informático que logró reprogramar su impresora, y que pareció seguir el principio del “¡No recicles, repara!” -visto en la curiosa web Obsoletos.org– de un manifiesto que hace algo menos de dos años crearon unos holandeses. El manifiesto deja claro que muchas cosas que nos rodean deberían durar mucho más de lo que duran habitualmente, y que con un poco de esfuerzo por nuestra parte podríamos seguir una mentalidad más sostenible y menos consumista.


Fuente: www.javipas.com

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