domingo, 10 de abril de 2016

LA VUELTA DEL CASSETTE EN LOS TIEMPOS DEL MP3


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Algunos músicos están optando por volver a los cassettes, como complemento a la versión digital de sus discos. 


Muchos comentan que el cassette es el formato “más humano” de todos. Si lo pensamos bien, están en lo cierto: la cinta magnética de uso doméstico no fue solo todo un avance en cuanto a sonido y comodidad (o accesibilidad y precio), también se enlazó de manera directa con el auge del capitalismo y el consumo cultural en masa, iniciando la primera gran era de “intercambio” musical entre individuos. Su aparición fue todo un fenómeno que además, fue progresivamente mutando hasta que acabó convirtiéndose en una reliquia: primero revolucionó el mercado por su “portabilidad”, después dio la oportunidad al usuario de manipularlo directamente (pudiendo grabar, re-grabar y desechar aquello que ya no era de su gusto o viceversa), más tarde se edificó todo un mercado negro de ediciones caseras, bootlegs y grabaciones de radio inéditas a su alrededor y por último favoreció a los artistas emergentes y jóvenes talentos, quienes por primera vez tenían la oportunidad de grabar su música y transportarla sin desembolsar grandes sumas de dinero. El humano, siempre está presente. 

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Recientemente y acentuándose en los últimos 5 años, el cassette ha vuelto a recobrar una minúscula presencia dentro del sector musical independiente y no sujeto a grandes objetivos mercantiles; artistas debutantes, sellos con poco capital o simples amantes del formato ya etiquetado como “de culto” proponen lanzamientos limitados en este formato, buscando recuperar parte de la filosofía que la cinta poseía antaño y de paso, ganar algo de exclusividad. 

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"La música suena muy bien en cassette. Tengo una gran colección original de discos en este formato de artistas como Dylan, The Rolling Stones, The Byrds, MC5 y Suicide. Además, tengo buenas compilaciones que he hecho para utilizar en los tours de Primal Scream. El cassette es un medio genial para escuchar música", declara Bobby Gillespie, cantante y fundador de Primal Scream, además de baterista de The Jesus and Mary Chain en los ochenta. 

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Una declaración que para algunos podría sonar extraña y algo gastada, pero que muchos eslabones de la actual industria musical comparten. Sellos, músicos y algunos fanáticos han vuelto a optar por el uso del cassette, un medio que muchos daban por muerto ante la llegada de los formatos digitales. 

¿Por qué volver a la cinta? 

La tecnología ha entregado diversas alternativas para escuchar y compartir la música. Desde los noventa se venía trabajando en pos de conseguir que los discos fueran cada vez más transportables y de fácil acceso, llegando al mp3, a los iPods y todo tipo de minúsculos reproductores ¿Por qué sellos y artistas se inclinan por volver al formato de la cinta magnética? 

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Para el profesor, columnista y asesor musical Ricardo Martínez, la primera explicación que se puede dar es simple: "El cassette es material, por lo que se puede vender como un producto. Pagar por bits, como los mp3, tiene tanto de intangible que no se puede cobrar más caro", asegura.

En este sentido, el cassette sería una alternativa barata que saciaría aquella intangibilidad que entrega la tecnología. "El mp3 es la forma más popular y práctica de escuchar música hoy en día. Uno escucha música camino al trabajo o cuando se sube a la bicicleta, entonces uno se decide a tener objetos que ayuden a apreciar la música. Y en ese sentido, prefiero el cassette que el CD, porque estos se rayan, son más grandes. El cassette es lindo, como objeto. Lindo como el vinilo, pero éste sigue siendo menos accesible. 

La vuelta del cassette en tiempos de Spotify papus


La cantante estadounidense Whitney Johnson también se ha dispuesto a lanzar su último proyecto en cassette. "Es muy reconfortante saber que si realmente quieres hacer todo por ti mismo, es posible. Haces el disco en tu dormitorio y se puede reproducir fácilmente, por poco dinero. La cinta permite lo que el vinilo no", asegura. 

Para Martínez, el valor del cassette es diferente al mp3 y al CD. Es un objeto que cuenta con una carga histórica potente. "El cassette tiene tráfico conspirativo, la idea de un circuito cerrado y misterioso. La idea de algo que pasa de mano a mano, de copia en copia, con tiempo de dedicación y con factura DIY", explica. 

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Es así como la industria ha llegado a una época en que los conceptos se entrecruzan y a ratos las historias y el devenir de estas parecen golpearse de frente. Cuando el negocio comenzó a mutar a finales de los '90, los músicos notaron que ya no era necesario firmar con un gran sello para grabar. Nacieron cada vez más rápido diferentes proyectos autogestionados, gracias a la tecnología. Netlabels (o sellos web), artistas que se desarrollaron a través de MySpace y la venta de discos comenzó a decaer. Los músicos podían grabar en sus casas, saltándose distintos pasos de la cadena tradicional de producción de música. 

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Ahora, teniendo todas las herramientas tecnológicas y técnicas para poder grabar canciones, se precisa volver a los objetos, para restarle volatilidad a sus obras, pero aún de la mano de la autogestión. "El soporte importa, ha importado desde los autopianos de Stephen Foster en la época del oeste, desde los organillos del tango y el foxtrot. La música es material en el cassette: se lleva", asegura Martínez. 

¿Cuál es la oportunidad de los sellos? 

Este tipo de edición no es algo que se esté realizando hace poco. Alrededor del mundo, varios sellos lo realizan hace unos cuantos años. Tal es el caso de Burger Records, fundada en el 2007 en California. Sean Thomas Bohrman, su co-propietario, declara en un artículo de PRI, que todo comenzó al notar que la industria se había olvidado de este formato.

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"Nadie estaba haciéndolo en ese momento, por lo que tomamos la oportunidad y nos dimos cuenta que los sellos que habían publicado ciertos títulos, no estaban interesados en hacer cassettes, así que fue bastante simple para nosotros obtener el permiso para publicar la música con licencia, sin ningún problema de contratos. Cuando se pone la música que la gente quiere escuchar en cualquier formato, la gente lo comprará. Los cassettes son impresionantes, debido a que el tiempo de respuesta es muy rápido: son baratos de hacer, lo que los hace baratos para comprar. Esto, te ayuda a correr el riesgo con bandas con las que no lo hubieses hecho antes". Esta última frase se asemeja a lo que los Netlabels declararon en algún momento. 

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Otro punto en el que existe coincidencia, es en el de los bajos costos de producción del formato, tanto para sellos, como para artistas independientes. Algo que también se rescataba del incipiente mp3, a finales de los noventa. Ambos son accesibles y, al parecer, muchos se han aburrido de ver una fotografía en la pantalla de un reproductor. Muchos extrañan el arte de un disco, las fotografías e incluso los agradecimientos.
 


Fuente: La vuelta del cassette en los tiempos del mp3

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