El smartphone podrá ser tan solo un teléfono para algunos, pero para muchos otros es el epicentro de una vida de accesibilidad electrónica, donde comunicarnos, informarnos y entretenernos es tan simple como sacar un pequeño dispositivo del bolsillo, y olvidarnos por completo de la relación entre la máquina, la herramienta y la persona.
Claro que estas “pequeñas computadoras” como se las llama popularmente, son exactamente eso, computadoras, no todas tienen la misma capacidad. No todos los smartphones allá afuera son bestialidades técnicas de la gama del Galaxy S7 o LG G5. Algunos equipos deben conformarse con tan solo 1 GB de memoria RAM y esos escasos 16 GB de almacenamiento
Aún con las limitaciones de sus categorías comerciales, los smartphones de gama media y baja pueden cumplir perfectamente con las expectativas del usuario que los posee, y completar las tareas necesarias sin gran dificultad.
Si esto es así ¿Por qué el equipo está siempre tan lento? No es algo nuevo para la mayoría. Muchos de nosotros hemos querido tirar el móvil a la basura después de agotar nuestra paciencia esperando que abra una aplicación o realice una acción en una red social. Desde ya que no podemos saltar las limitaciones propias del hardware, pero no siempre el problema es el equipo en sí.
Algunos de los errores más comunes que cometemos con los teléfonos suelen ser nuestros, dados en un inocente desconocimiento de cómo funciona técnicamente el equipo más allá de las opciones que ofrece. Hoy vamos a revisar las cosas que más perjudican a la performance de nuestro smartphone, aún cuando no lo sabemos. ¿Cuales son?
Toneladas de aplicaciones
Las apps pasaron a ser el recurso más útil que tiene un teléfono moderno. Sin estos pequeños programas muchas de las capacidades de nuestros smartphones serían inútiles, ya que es el software el que logra las maravillas que luego disfrutamos al postear esas hermosas selfies o entretenernos por horas con Pokémon Go.
El problema oculto detrás de la lista de nuestras apps favoritas es el impacto que estas tienen sobre el sistema y su performance, especialmente si el móvil es de gama media o baja. Cada aplicación que instalamos puede agregar servicios y componentes que residen de forma activa en el equipo, aún cuando no estamos usando el programa. Al principio puede que no lo notemos, y el smartphone parezca operar “igual” que siempre, pero cuando pasamos de unas pocas a docenas rápidamente veremos que el desempeño (y la batería) sufrirán las consecuencias.
Miles de fotos en la galería
El smartphone ha reemplazado a un montón de tareas que antes completábamos mediante otros medios. Una de las más emblemáticas es la de tomar fotos. Ya no necesitamos rollos ni dispositivos dedicados, ahora es el mismo teléfono el que se encarga de proveernos de una cámara genial a donde sea que vayamos.
El desafío que surgió a partir de esta realidad es el de manejar la inmensa cantidad de imágenes que todos llevamos en el celular. Tener miles de fotos en la galería impactará notablemente el desempeño de nuestro equipo, y a medida que pasa el tiempo será más frecuente el “cuelgue” que notamos cada vez que hacemos una operación relacionada a enviar una imagen a alguien, o subirla en una red social.
Idealmente deberíamos mantener una cantidad mínima de fotos en nuestros smartphones. Claro que ninguno de nosotros desea tener que acordarse frecuentemente de pasar los archivos a la computadora. Para evitar esta molestia una buena opción es utilizar un servicio de sincronización de imágenes. Google Fotos es uno de los más populares. Trabaja de forma automática, sin que hagamos nada, y libera el espacio de almacenamiento subiendo las fotos a la nube, y eliminandolas de nuestro equipo cuando ya han sido copiadas. Podemos consultarlas en cualquier momento directamente desde la app y aprovechando que el aplicativo las ordena de forma autónoma.
Apps para “limpiar” el sistema
Aplicaciones como Clean Master (Optimizador) se han vuelto muy populares a lo largo del tiempo. Su éxito radica en una necesidad real que tienen muchos usuarios, de optimizar su equipo cuando notan que no responde de forma óptima.
Si bien Clean Master y tantas otras apps de este estilo realizan un buen trabajo eliminando archivos temporales inútiles, registros de diagnóstico y procesos que consumen memoria de forma exagerada, cuando nos encontramos con smartphones de gama baja notamos que la presencia de esta clase de programas es aún peor para la performance del aparato, ya que sus servicios de monitoreo en tiempo real permanecen permanentemente activos, consumiendo procesador y batería en el medio.
Recomendación: Ccleaner es (por ahora) una app que realiza estas mismas operaciones de optimización pero no contiene servicios activos, por lo que no impacta tan negativamente la performance del teléfono.
Antivirus para smartphones
Con la popularización de los smartphones era solo cuestión de tiempo hasta que los virus para este tipo de dispositivo apareciesen en la web, y a tan solo unos años de su masificación Internet está plagada de amenazas. Por lo general los malwares para celulares no causan más que molestias, publicidades y algún que otro cuelgue, pero en algunos casos su presencia puede ser sinónimo de pérdida de datos o información privada expuesta, por lo que una protección era la idea más sensata para muchos.
En este contexto los antivirus para Android han cobrado mucha popularidad, el problema es que esta clase de productos suelen afectar tanto el desempeño del equipo que algunos nos atrevemos a cuestionar qué tan útiles terminan siendo. ¿De qué nos sirve un smartphone “protegido” si este no puede completar las tareas más básicas sin colgarse? A veces la mejor opción es simplemente ser cautelosos al utilizar el teléfono y respetar las reglas de oro para no infectar nuestro equipo:
- No descargar aplicaciones fuera de la tienda oficial de Google.
- No aceptar vínculos y archivos adjuntos de extraños, o incluso de contactos que se comuniquen de forma extraña por mensajería instantánea o e-mail.
- Desestimar cualquier banner o cartel que aparezca en una página indicando que nuestro equipo tiene virus y que debemos limpiarlos. Esta es la estafa más común que hay y de la que suelen ser víctimas cientos de miles de personas.
- Nunca ingresar contraseñas, datos bancarios ni información privada en una aplicación desconocida.
- Revisar los comentarios y valoraciones de una app en la tienda Play antes de descargarla, así como los permisos que solicita al ser instalada (como utilización de la cámara, ubicación y acceso a datos del equipo).
Facebook y Messenger (en smartphones ya lentos)
No queremos que Mark Zuckerberg nos ponga en su lista negra, pero si tienes un smartphone económico, de gama media o baja, tal vez te convenga evitar la aplicación oficial de Facebook. Este programa, si bien es uno de los favoritos del mundo, tiene un gran impacto en el desempeño de cualquier equipo, así como en la duración de su batería. No tienes que creernos, simplemente busca en Google “Facebook afecta velocidad y batería” para verificar que esto está ampliamente documentado, desde hace… años.
La empresa promete que cada actualización mejora un poco más el desempeño del aplicativo, pero a lo largo del tiempo no hemos visto un cambio significativo.
¿Para qué quiero un teléfono si no puedo entrar a Facebook? Claro, es la pregunta más sencilla que todos nos haremos oportunamente. Nuestra recomendación, en caso que tengas un celu más viejito o lento, es optar por la app “Facebook Lite”, que también es hecha por Facebook (es decir, es oficial) y está especialmente diseñada para equipos con poca memoria. De hecho corre en tan solo 256 KB de RAM. Todo un logro que tu teléfono va a apreciar.
Aplicaciones Pre-Instaladas
Android es un sistema operativo libre que por su naturaleza técnica (y comercial) le permite a los fabricantes “hacer lo que quieran” con el producto. Esto quiere decir que compañías como LG y Samsung, entre tantas otras, moldean el software para que se ajuste lo más posible al equipo que quieren vender. ¿En que cambia nuestra experiencia con el producto? En que por ejemplo Samsung incluye una docena de apps de su propia marca para brindar nuevos servicios y funcionalidades que “suman” valor al smartphone.
En la práctica esto se resume en que nuestro móvil tiene preinstalada una docena de aplicaciones que no hemos pedido y que no nos permiten borrar, aunque si desactivar. Muchas veces estos programas hacen a un celular económico y lento aún más lento, por lo que debemos asegurarnos que no estén usando procesador constantemente. ¿Qué hacemos? Es muy simple, solo debemos ir al cajón de apps en Android y arrastrar el ícono de la app a la parte superior de la pantalla. No veremos una opción de “desinstalar” como con otros programas, pero sí veremos “desactivar”. Mientras más apps desactivemos mejor, eso sí, algunas son mandatorias (como la tienda Play) y aunque decidamos apagarla volverá a activarse en unos minutos o cuando reiniciemos el aparato.
En este aspecto y de forma personal adhiero a fabricantes como Motorola y OnePlus que han sabido hacer de Android una experiencia cercana a la original “de fábrica” de Google sin obstruir al usuario con servicios y aplicativos que tal vez no quiera en su equipo.
Aplicaciones para “asegurar” otras apps
Otro de los tipos de aplicativos populares en Android son aquellos que nos permiten ponerle un código individual a otras apps en nuestro teléfono. Por ejemplo uno de los más conocidos es AppLock. Estos programas nos permiten establecer un PIN o patrón que será solicitado al intentar abrir la galería de fotos, el WhatsApp o cualquier otro lugar del equipo que elijamos.
Si bien es comprensible la necesidad de una protección extra para ciertas cosas en nuestro teléfono, debemos saber que en estas apps de seguridad añaden servicios que se ejecutan de forma permanente en memoria (para poder hacer efectiva su protección) y en smartphones con pocos recursos esto puede traducirse en una experiencia bastante más lenta de lo habitual.
WhatsApp (ese que hace años no borras)
No quiero que salgan con antorchas y una cuerda para incinerarme en un parque, no pretendo meterme con nuestro amado WhatsApp, pero si con su creciente base de datos.
Más de mil millones de personas disfrutamos de utilizar WhatsApp a diario. Fotos, audio, llamados, texto y hasta documentos adjuntos son compartidos utilizando la popular plataforma. El problema de este programa, especialmente en smartphones de bajo costo, es que su base de datos reside entera en nuestro móvil, y cuando pasa el tiempo y las fotos y videos y mensajes se convierten en miles de ítems empezaremos a notar que el programa responde cada vez peor.
Debo ser justo aquí, WhatsApp ha hecho un gran trabajo al segmentar los ficheros que necesita cargar el programa en memoria para funcionar, lo cual ayudó mucho a que la app sea más ligera, pero en móviles pequeños esto no es suficiente.
¿Cómo lo solucionamos? Lamentablemente hoy no hay muchas opciones. Lo más sensato si queremos un WhatsApp “limpio” es borrar la app, reinstalarla y no elegir restaurar una copia de seguridad de nuestros datos. Esto significa que deberemos rescatar a una PC u otro medio todas las fotos, audios y textos que queramos conservar.
Memorias MicroSD lentas
La mayoría de los smartphones modernos cuentan con una ranura para instalar una memoria MicroSD. Este almacenamiento, normalmente conocido como almacenamiento externo, nos resulta súper útil al momento de ampliar la capacidad de fábrica de nuestro móvil.
Esto es realmente útil en equipos que aún vienen con 8 o 16 GB de memoria, espacio ya insuficiente para los tiempos que corren, sobre todo si bajamos muchas apps o tomamos muchas fotos y videos.
Lo que no todos saben es que las memorias MicroSD tienen categorías de velocidad conocidas como “clases” y las más bajas son realmente lentas. Existe una gran diferencia en el desempeño de un smartphone si su almacenamiento externo no opera a la velocidad que el móvil necesita.
Idealmente deberías comprar siempre memorias MicroSD de clase 10, especialmente si tu smartphone cuenta con Android Marshmallow 6.0, ya que este sistema permite almacenar las aplicaciones enteramente en el almacenamiento externo y así ahorrar considerables megas (o gigas) de su capacidad integrada.
Widgets (todos)
Si, vengo a quitarte la alegría de poseer widgets en tu página de inicio de Android. Los widgets son estas pequeñas aplicaciones dinámicas que residen en la pantalla principal de nuestro teléfono. Una de las más reconocidas es la barra de búsqueda de Google que casi cualquier móvil posee (algunos incluso no pueden quitarla).
Además de la búsqueda en Google muchos otros Widgets se han popularizado con el tiempo, especialmente los que vienen incluídos en teléfonos de Samsung y LG. Desde comprobar el correo, darnos datos sobre nuestra actividad física, mostrar los últimos tweets y tendencias o brindarnos un acceso rápido a las noticias, los widgets son populares porque habilitan al usuario a obtener distintas funcionalidades sin tener que siquiera abrir una app.
El problema es que los widgets son aplicaciones en sí, y consumen memoria y procesador, aunque no los veamos, aunque no los usemos. Idealmente deberías mantener la cantidad de widgets en tu pantalla al mínimo, y si tu smartphone es algo lento tal vez deberías evitarlos por completo.
No uses programas para terminar apps
Otro de los conceptos erróneos que tienen muchos usuarios respecto al funcionamiento de Android es el de creer que instalando apps para matar a otras apps mejoramos la performance del sistema.
Desde que los móviles con Android se hicieron tan populares, muchas aplicaciones de tipo “task killer” (eliminador de tareas) empezaron a aparecer en las tiendas oficiales, prometiendo mejorar sustancialmente la performance del equipo cerrando todas aquellos procesos en “segundo plano” que hemos dejado abiertos al cambiar de programa. Como millones de personas vienen del mundo de las computadoras esto tiene cierta coherencia, mientras cierre las apps: más rápido va a ejecutarse todo ¿cierto? No exactamente. Android “sabe” cómo manejar las aplicaciones en segundo plano, y estas quedan en un estado de suspensión cuando salimos de ellas. Si las cerramos por completo el sistema tendrá que cargar nuevamente todo el proceso en memoria, y gastando más batería al hacerlo.
Liberá espacio de almacenamiento
Si bien la memoria interna del equipo no tiene una relación absolutamente directa con la velocidad del mismo, cuando Android se queda sin espacio libre puede ponerse insoportablemente lento. Tenemos que recordar que esto no tiene relación alguna con la capacidad de la memoria MicroSD externa que hayamos instalado. Por más que nuestra MicroSD tenga 64GB libres o más, si el móvil no tiene espacio en su almacenamiento interno: se pondrá lento.
Idealmente deberíamos mantener al menos 1 GB de espacio libre siempre. Podemos administrar la capacidad del equipo dentro de Ajustes > Almacenamiento. Al visitar esta sección de nuestro equipo veremos cuales son las apps que más tamaño están ocupando en la memoria interna.
TIP: la cámara de fotos puede configurarse para guardar automáticamente todas las imágenes dentro de la memoria externa del equipo. Esto ahorrará preciados gigas con el pasar del tiempo.
Si todo falla: ¡¡¡reset!!!
Es una solución un poco radical, y muchos discutirán que no es un procedimiento coherente (estamos de acuerdo) pero la realidad es que algunos móviles simplemente responden mucho mejor si cada determinada cantidad de tiempo hacemos un restablecimiento de sus contenidos y ajustes.
Un reset elimina por completo los archivos almacenados, las aplicaciones descargadas y la caché del sistema operativo, volviendo nuestro móvil a cero completamente, tal como lo teníamos el día que lo compramos.
Fuente: Diez cosas que hacen mucho más lento a tu smartphone y no sabías
Siete claves para devolverle la velocidad a un equipo Android
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