Durante los últimos días y en el marco del Mobile World Congress, hemos podido observar cómo la fotografía continúa siendo una de las grandes apuestas de los grandes fabricantes de smartphones. Un campo que ha dejado atrás aquellas paupérrimas cámaras para dar lugar a dispositivos tremendamente completos, capaces de lograr capturas que nada tienen que envidiar a las obtenidas con lentes profesionales.
Sin embargo, saber exprimir al máximo las prestaciones del sensor de nuestro terminal será un aspecto clave para conseguirlo con éxito. Un punto en el que entran en juego cuestiones variadas y en el que podemos poner en marcha una serie de sencillos, pero muy útiles, trucos. Estos son algunos de nuestros favoritos.
NO PIERDAS DE VISTA LA LUZ
Empezaremos por algo muy básico: la luz, el elemento imprescindible de toda captura. Aquí lo ideal será buscar las condiciones lumínicas más idóneas, es decir, aquellas que nos permitan capturar los detalles deseados con la suficiente calidad. Así y para las diurnas, la más recomendable será la natural, la que aporta el sol y que puede cambiar enormemente en función de la hora del día, lo despejado que se encuentre el cielo y un largo etcétera.
De hecho, existen dos momentos clave que cuentan con un aura muy especial: el amanecer y los momentos que tienen lugar justo después de la puesta de sol, conocidos en la profesión como hora dorada y hora azul. Los días nublados, por su parte, proporcionan unas sombras únicas y un toque melancólico difícil de lograr de otro modo. Si, por el contrario, prefieres hacer tus capturas durante la noche, decántate por los modos nocturnos específicos que ofrezca tu terminal. También puedes usar las de las farolas y otras fuentes para conseguir efectos curiosos.
De la misma manera que resulta importante en la pintura, la composición es un punto fundamental de la fotografía. Nos estamos refiriendo a la organización visual de la imagen. Un punto en el que entran en juego cuestiones como la simetría, la regla de los tres tercios y similares. Unas normas que podemos también saltarnos de forma consciente y pensada para lograr resultados más dramáticos.
El encuadre será otro aspecto básico de una buena foto. Hace alusión a la porción de la escena que hemos decidido mostrar y un elemento básico a la hora de distribuir los diferentes elementos dentro de la fotografía. Lo ideal sería planificarlo con antelación, algo preferible a hacerlo sobre la marcha o a recortarla durante una edición posterior. Asimismo, cabe mencionar que estará condicionado por el formato de la fotografía.
El encuadre será otro aspecto básico de una buena foto. Hace alusión a la porción de la escena que hemos decidido mostrar y un elemento básico a la hora de distribuir los diferentes elementos dentro de la fotografía. Lo ideal sería planificarlo con antelación, algo preferible a hacerlo sobre la marcha o a recortarla durante una edición posterior. Asimismo, cabe mencionar que estará condicionado por el formato de la fotografía.
Uno de los recursos más empleados por los fotógrafos profesionales son los filtros, un tipo de efecto que también es posible aplicar de la mano de apps específicas y redes sociales como Instagram. Sin embargo, lo original será crearlos desde el mismo instante en el que realizamos la captura, algo que podemos hacer sin gastar dinero y sin necesidad de adquirir accesorios específicos.
Así, algunos trucos interesante consisten en hacer la foto superponiendo un papel de colores transparente, o en capturarla a través de las gafas de sol o de vista. Y si queremos incluir un marco, nada como el de la propia montura. Agujerear un trozo de cartón y “hacer clic” con la cámara pegada a él, dejando ver los bordes, es otra posibilidad muy creativa. La lencería y las puntillas también pueden convertirse en tus grandes aliados en este campo.
Para acabar, colocar unos prismáticos frente al sensor del móvil también te ayudarán a conseguir un zoom muy especial. Puedes lograr un efecto parecido con la ayuda de una lupa e incluso con un vaso con dibujos y formas en el vidrio, ideal para crear distorsiones.
Así, algunos trucos interesante consisten en hacer la foto superponiendo un papel de colores transparente, o en capturarla a través de las gafas de sol o de vista. Y si queremos incluir un marco, nada como el de la propia montura. Agujerear un trozo de cartón y “hacer clic” con la cámara pegada a él, dejando ver los bordes, es otra posibilidad muy creativa. La lencería y las puntillas también pueden convertirse en tus grandes aliados en este campo.
Para acabar, colocar unos prismáticos frente al sensor del móvil también te ayudarán a conseguir un zoom muy especial. Puedes lograr un efecto parecido con la ayuda de una lupa e incluso con un vaso con dibujos y formas en el vidrio, ideal para crear distorsiones.
Y llegamos a la tendencia estrella de los últimos años para todos aquellos que tengan un smartphone entre manos: los selfies. Eso sí, por muchos que se hagan, lograr una autofoto con éxito no siempre resulta sencillo. Lo primero será alejarnos del llamado efecto del ojo de pez, evitando distorsiones en el rostro e inconvenientes similares. Para ello, deberemos alejarnos lo máximo posible de la lente, alargando los brazos todo lo posible o usando un accesorio específico que incremente la distancia.
La cámara también deberá estar siempre más alta que nuestra cara. De lo contrario, nuestro rostro se verá abombado e incluso parecerá que tenemos unos kilitos de más (algo que la mayoría preferimos descartar). Girarla levemente para incrementar su simetría, descartar por completo las expresiones “de pato” y los morritos, y buscar un entorno apropiado son otros imprescindibles.
La cámara también deberá estar siempre más alta que nuestra cara. De lo contrario, nuestro rostro se verá abombado e incluso parecerá que tenemos unos kilitos de más (algo que la mayoría preferimos descartar). Girarla levemente para incrementar su simetría, descartar por completo las expresiones “de pato” y los morritos, y buscar un entorno apropiado son otros imprescindibles.
JUEGA CON LA PERSPECTIVA Y EFECTOS VISUALES
Otra manera de lograr un efecto distinto de la mano de elementos externos nos obligará a utilizar un móvil adicional. Nos estamos refiriendo al hecho de fotografiar rostros de animales, estatuas y similares de tal modo que se observen a la perfección sus ojos y nariz; un plano cerrado y lo suficientemente cercano, que nos permitirá, a posteriori, colocar el móvil frente a nuestra cara y cambiarla por la de los elementos comentados. Una forma divertida de lograr resultados originales.
Por otra parte, una de las fotos más típicas de viajes es aquella en la que la persona se coloca a cierta distancia y simula sujetar la torre de Pisa. Una captura que de nuevo juega con la perspectiva y el engaño visual. Otra manera de hacerlo es usar, únicamente, el marco de una foto polaroid, sujetándolo con la mano sobre el objeto que vamos a captar. Los marcos de cuadros también servirán.
Tampoco podíamos dejar de hablar del high key, una técnica de fotografía que se caracteriza por el predominio de los tonos blancos. Un resultado que podemos lograr fácilmente con un smartphone sin necesidad de recurrir a los típicos filtros ni editar la imagen a posteriori. Solo tendremos que bloquear la exposición enfocando hacia el elemento más oscuro de la captura. ¿Cómo? Pulsando, en la pantalla, sobre el objeto en cuestión.
No obstante, esto únicamente funcionará con aquellas imágenes que carezcan de profundidad de campo. De hecho, es ideal para retratos de personas, preferentemente sobre un fondo blanco y plano, en el que no se aprecien otros componentes que podrían acabar confundiendo a la lente.
No obstante, esto únicamente funcionará con aquellas imágenes que carezcan de profundidad de campo. De hecho, es ideal para retratos de personas, preferentemente sobre un fondo blanco y plano, en el que no se aprecien otros componentes que podrían acabar confundiendo a la lente.
Usar los controles manuales para modificar la exposición y obturación a tu antojo será otro modo de experimentar. Una práctica que te permitirá explotar al máximo las prestaciones de tu teléfono móvil y que, además, te dejará aprender mediante una técnica de toda la vida: el ensayo-error.
No obstante, conviene conocer algunas cuestiones antes de hacerlo. Por ejemplo, si la escena es oscura o carece de la luz apropiada, deberías aumentar la ISO por encima de 400. En los puntos realmente opacos no estaría de más probar con 1.600 o más. Abrir el diafragma también te permitirá incrementar la luminosidad de la escena; algo que se mide con f/. Cuanto más baja sea la cifra que le precede, más abierto estará.
Las obturaciones más lentas, asimismo, son perfectas para entornos poco luminosos. Aquí, sin embargo, necesitarás un trípode u otro accesorio para estabilizar la imagen, cualquier mínimo movimiento se notará. Para ello, nos haremos con un trípode específico, nos apoyaremos en superficies planas de nuestro alrededor para estabilizarla, etcétera.
Si carecemos de pulso, usar el temporizador para evitar el temblor o vibración del dedo sobre la pantalla es otra opción muy factible. En todo caso, podemos jugar con esto, manteniendo un objeto estático rodeado de movimiento. Una pareja abrazada en el metro, quieta en pleno trasbordo, sería un claro ejemplo.
El conocido como lightpainting es otra alternativa. Como su propio nombre indica, se trata de pintar con la luz. Bastará con enfocar y usar una linterna u otra fuente lumínica para hacerlo, eso sí, siempre a velocidades de obturación muy bajas. Las luces de los coches trazando líneas de colores sobre una autopista ilustran este tipo de técnica.
No obstante, conviene conocer algunas cuestiones antes de hacerlo. Por ejemplo, si la escena es oscura o carece de la luz apropiada, deberías aumentar la ISO por encima de 400. En los puntos realmente opacos no estaría de más probar con 1.600 o más. Abrir el diafragma también te permitirá incrementar la luminosidad de la escena; algo que se mide con f/. Cuanto más baja sea la cifra que le precede, más abierto estará.
Las obturaciones más lentas, asimismo, son perfectas para entornos poco luminosos. Aquí, sin embargo, necesitarás un trípode u otro accesorio para estabilizar la imagen, cualquier mínimo movimiento se notará. Para ello, nos haremos con un trípode específico, nos apoyaremos en superficies planas de nuestro alrededor para estabilizarla, etcétera.
Si carecemos de pulso, usar el temporizador para evitar el temblor o vibración del dedo sobre la pantalla es otra opción muy factible. En todo caso, podemos jugar con esto, manteniendo un objeto estático rodeado de movimiento. Una pareja abrazada en el metro, quieta en pleno trasbordo, sería un claro ejemplo.
El conocido como lightpainting es otra alternativa. Como su propio nombre indica, se trata de pintar con la luz. Bastará con enfocar y usar una linterna u otra fuente lumínica para hacerlo, eso sí, siempre a velocidades de obturación muy bajas. Las luces de los coches trazando líneas de colores sobre una autopista ilustran este tipo de técnica.
Fuente: www.nobbot.com
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