domingo, 24 de septiembre de 2017

¿ERES PADRE DE UN NIÑO TDAH? 7 TRUCOS PARA HACER TU VIDA MÁS FÁCIL


Cuando estaba en la universidad de medicina, le dije a un profesor que si alguna vez tenía un hijo con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), preferiría continuar con su educación en casa antes que darle medicamentos para TDAH. Siete años más tarde, a mi hijo de preescolar le recetaron una variante del Ritalin. Yo lloré; él se medicó. Pero su vida en la escuela y nuestra vida en el hogar se hicieron más fáciles y yo aprendí a ser mejor madre.


Cerca de 1 de cada 10 niños en Estados Unidos han sido diagnosticados TDAH por un profesional médico, una proporción que equivale a unos 5,4 millones de niños. Los números siguen aumentando; aproximadamente dos tercios de estos niños toman medicación para tratar su TDAH. La medicación es efectiva para el tratamiento de TDAH y yo apoyo su uso bajo las circunstancias apropiadas. Pero cualquier plan de tratamiento de TDAH tiene que incluir “intervenciones de comportamiento”; en otras palabras: educación parental nada divertida. En efecto, tenemos que enseñar a nuestros hijos a prestar atención, pero ¿cómo?



1) Apaga la televisión, sobre todo si solo está de fondo. El niño, de media, está expuesto a una media de 232,2 minutos, es decir, casi 4 horas de televisión de fondo, según un estudio publicado en Pediatrics. ¿Cómo podemos confiar en que nuestros hijos puedan centrarse en hacer sus deberes, en las tareas del hogar, o siquiera en una conversación si la televisión está constantemente encendida y distrayendo?
2) Encuentra tiempo para la educación. Los niños con TDAH necesitan un asistente a tiempo completo, una persona que les aconseje de forma constante y amable. Cuando eres el padre de un niño con TDAH, tu trabajo consiste en esto. Y esta dedicación exige tiempo. El doble de tiempo que crees necesario para prepararle para ir al colegio o para hacer las tareas. Normalmente es más fácil y más rápido limitarte a preparar su mochila por él, en vez de recordarle seis veces que lo haga. Sigue recordándoselo hasta que suenes como un disco rayado. Sí, se tarda el doble de lo que debiera.
3) Contén tu propia ira. Los niños con TDAH necesitan un asistente, no un policía. Puede parecer razonable levantar el tono de voz cuando dejan caer su abrigo al suelo por ducentésima vez. Pero tu labor es repetírselo amablemente por ducentésima primera vez.
¿Das cachetes a tus hijos? Nosotros dejamos de darles cachetes y me alegro de ello. El castigo corporal no es un buen método para fomentar cambios de comportamiento a largo plazo.
4) Establece un plan de tareas y usa un sistema de recompensas.Anota todas las obligaciones diarias de los niños en una pizarra. Pero no solo sus tareas del hogar, sino incluye también cosas como “colgar el abrigo en la percha” y “quedarse en la mesa mientras cenamos”. Una tabla de tareas no funciona sin un sistema de recompensa que motive a los niños a comprobar ellos mismos que han cumplido con los deberes. Como premios, usa tiempo de videojuegos, tiempo con los amigos o ciertos privilegios, como elegir lo que toca para comer. A nosotros nos encanta la aplicación “Chore Pad” que tenemos en nuestro iPad y que se sincroniza con los iPhones.
5) Rutina, rutina, rutina. Intenta hacer las cosas de la misma forma todos los días, dentro de las posibilidades. Habla de la planificación todas las mañanas y las noches.
6) Incluye tiempo de tranquila oración como parte de la rutina. Planifica un rato de silencio en oración a solas para tu hijo, aunque sean 10 minutos al día. Si es necesario, facilítale lecturas espirituales adecuadas a su edad durante este tiempo. Enseña a tu hijo a pedir al Espíritu Santo que tranquilice su alma y su cuerpo.
7) Consigue un asistente electrónico. Los adultos con TDAH normalmente han aprendido a usar los smartphones como asistentes y la cafeína como estimulante. ¿Por qué no dejar que tu smartphone sea el asistente de tu hijo también? Nosotros establecemos varias alarmas todos los días, incluso para cosas como prepararse para ir a la cama.
En nuestra familia hace poco que cambiamos al sistema de educación en el hogar, en parte debido al trastorno por déficit de atención e hiperactividad de mi hijo. Su TDAH no ha desaparecido y la mayoría de los días se sigue cayendo de su silla durante la cena. Pero ahora cuando vuelve a la silla, al menos intenta quedarse ahí durante el resto de la comida. Está aprendiendo autocontrol, una habilidad que le servirá para toda la vida. He aprendido que la paternidad es buena para la humildad y estoy agradecida a mi hijo con TDAH por el curso acelerado.

Kathleen M. Berchelmann, doctora en medicina, es profesora adjunta de pediatría en la Washington University School of Medicine de San Luis; además de ser madre de cinco hijos pequeños. Contribuye habitualmente con publicaciones para Aleteia, ChildrensMD, CatholicPediatrics y CatholicMom, más varios medios en televisión y radio. Contacta con la doctora Berchelmann en KathleenBerchelmannMD.com.


Fuente: https://es.aleteia.org

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