Si, hay una razón (y dos, y tres…) por la que nos estiramos al levantarnos de la cama. Y no, ninguna de ellas es porque dé “gustito”. Según explica José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, “el cuerpo es muy inteligente y busca mecanismos de compensación”. En concreto hay tres razones por las que realizamos este característico movimiento cada mañana con el fin de que el organismo “se reinicie”.
El primer motivo atañe a la circulación sanguínea. “Al dormir, la sangre se acumula en la zona posterior del cuerpo, como la espalda, o en una zona lateral, según la postura en la que hayamos descansado”, explica Santos. Por eso, al levantarnos, el cuerpo necesita llevar a cabo una “acomodación de circulación sanguínea y de retorno a su situación normal”.
La segunda razón versa sobre el tono muscular del cuerpo, que baja por la noche. “Por eso se cae la cabeza a un lado, por ejemplo”, cuenta el experto. Al estirar los músculos se estimula su longitud normal, se protegen de un movimiento brusco y se recupera el tono perdido durante la noche. No obstante, la función de este estiramiento es diferente al que tiene cuando se realiza antes o después de hacer deporte.
Por si esto fuera poco, Santos cuenta que existe una función más. Estirar al levantarnos por la mañana le sirve al cerebro para recalcular el rango natural de longitud muscular, que se ve afectado por la noche. En definitiva, “necesitamos el movimiento y necesitamos prepararnos para ello” dice Santos.
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