El próximo 25 de octubre llegará a consolas y PC Call of Duty: Modern Warfare, la nueva entrega de la veterana saga bélica de Activision que quiere dejar atrás a varios títulos que no han sido de lo mejor que se ha visto. Durante dos fines de semana hemos podido testear su apartado multijugador a través de esta amplia fase de pruebas y acá estamos para hablar sobre las impresiones que nos ha dejado, tanto positivas como negativas.
Antes de comenzar vamos a dejar en claro tres cosas: la primera, que obviaremos detalles y fallos exclusivos de este tipo de fases, sobre todo los más técnicos lógicos de un juego que aún no está terminado. La segunda es que cualquier crítica tanto positiva como negativa busca ser constructiva y puramente objetiva; por último, se valora el trabajo de Infinity Ward a la hora de escuchar a la comunidad y corregir ciertos aspectos, incluso durante la propia beta.
Gunplay de élite
Sobrada es la experiencia de Infinity Ward detrás de la franquicia y tan solo basta con recordar que son los creadores de la sub-saga Modern Warfare, una de las más queridas por los fanáticos, para entender el trabajo que han hecho a lo largo de los años. Todo esto se puede notar con tan solo unas horas en este nuevo Call of Duty: Modern Warfare, que mantiene la esencia de todos los títulos, con un gameplay ágil y frenético, a la vez que nos remonta a los orígenes del apartado multijugador que llegó justamente con la cuarta entrega.
Una de las sensaciones más satisfactorias de estas pruebas nos la ha dado el gunplay. El Time to Kill (TTK) es uno de los factores a destacar, uno que recuerda a BO2 o a MW3 y que funciona excelente, además suma mucho el regreso de armas icónicas (aunque algunas puedan haber cambiado ligeramente sus nombres) como la M4A1, la AK47 o la MP7 y el hecho de que estas ahora presenten un retroceso mucho más real, ampliando la curva de aprendizaje para los jugadores más dedicados.
En cuanto a la construcción del arsenal también señalamos como positivo la impresionante cantidad de accesorios que podemos equipar, incluso sabiendo que solo hemos visto un porcentaje de los que habrán de cara a la versión final del juego. Sin embargo, en este sentido tenemos que decir que no nos ha gustado que cada accesorio presente tantas contraindicaciones a la hora de equiparlos: en CoD queremos más juego rápido y menos análisis a la hora de crear una clase.
Por último, en lo que a gameplay se refiere, tenemos que hacer un repaso por la movilidad del soldado. Teniendo en cuenta que un año más han apostado por la modalidad boots on the ground(pies en el suelo), hay que decir que aún así nos hemos encontrado con que el desplazamiento es muy ágil en Call of Duty: Modern Warfare. Recorrer el mapa no se hace pesado y los enfrentamientos con los enemigos pueden ser rápidos y dinámicos, sobre todo gracias al doble sprint y a la posibilidad de deslizarnos por el suelo.
¿Apología del campeo?
Si hasta ahora casi todo lo que hemos hablado de Call of Duty: Modern Warfare ha sido color de rosas, llega la hora de tocar el polo opuesto de esta nueva entrega de Activision, uno que podría llegar a atentar contra el juego si no se corrige. Para empezar debemos recordar que el campeo -las personas que se esconden o permanecen inmóviles en un mismo lugar esperando a que otras pasen para poder matarlas- es uno de las realidades más odiadas de la franquicia, algo con lo que las diferentes desarrolladoras han lidiado e intentado evitar a lo largo de los años. Sin embargo, desde Infinity Ward parece que quieren beneficiar a quienes juegan así.
Convengamos que la apuesta por boots on the ground, contrario a lo que pasaba con los exotrajes, ya beneficia de por sí a la gente que prefiere pasar toda una partida agazapada en una esquina como para que encima tengan facilidades para hacerlo. Pero sumando a esta negativa ecuación, existen todo tipo elementos que brindan ventajas a los camperos: objetos esparcidos por todo el mapa para esconderse detrás, la posibilidad de montar un arma sobre un lugar fijo y reducir el retroceso, la mecánica de inclinarse en las paredes para disparar o de abrir apenas las puertas para asomarse, entre otros.
Pero por si todo esto no fuera suficiente, y acá voy a ponerme personal, los mapas me parecen de los peores que he visto en la saga (lo digo habiendo jugado todas las entregas desde Call of Duty 4: Modern Warfare hasta ahora). ¿Por qué? Más allá de que a nivel estético no me parecen los mejores y que siempre el mejor estilo me parezca el de los tres caminos utilizado por Treyarch, el diseño de los escenarios me parece un completo desastre. Todos los mapas están llenos de recovecos, beneficiando a los camperos y perjudicando a quienes prefieren rushear. Hay demasiadas casas, cada una de estas con mil ventanas, generando que las áreas centrales se vuelvan intransitables. Hay subsuelos, plantas bajas, techos y terrazas por lo que hay que mirar hacia mil lugares antes de salir al descampado y aún así, siempre llueven las balas desde donde no vimos.
Todo esto deviene en un combo que invita a un juego mucho más pausado y estático, algo que el jugador de Call of Duty no quiere. Resulta difícil de imaginar como después de tanto años tras la saga, no han aprendido a hacer mapas que beneficien al dinamismo y que no generen temor a la hora de salir a buscar a los rivales, generando que la opción más viable sea la de esperar en un lugar seguro.
Apartado técnico y modos de juego
Para concluir vamos a hablar de dos aspectos en los que Activision parece haber puesto más énfasis. En cuanto a los modos de juegonos encontramos con los clásicos, como Team Deatmatch o Domination, y con varios nuevos. Y si hablamos de los que debutan en la saga encontramos algunos que están bien como Cyber Attack o Gunfight (2v2) y otros que no terminan de convencer como Ground War (32v32) o las ampliaciones de modos clásicos, que aumentan la cantidad de jugadores en el mismo tamaño de mapas y todo se convierte en un completo caos. Lo bueno es que la lista se ampliará de cara a la versión final del juego, incluyendo la posibilidad de un battle royale que ya se rumorea.
Por último vamos a hablar del apartado técnico y vamos a decir que Call of Duty: Modern Warfare se ve muy bien, dejando en claro que el cambio de motor gráfico es algo que la saga venía necesitando desde hace rato. El sonido también ha dado un salto de calidad muy notorio, aunque tenemos que decir que este aspecto aún tiene muchas cosas por corregir, como la diferencia entre los pasos aliados y enemigos o las rachas que impiden que se escuche cualquier otra cosa que no sea el sonido de los aviones sobrevolando la zona.
Call of Duty: Modern Warfare, conclusiones de la beta
Nos encantaría decir que después de dos fines de semana con Call of Duty: Modern Warfare nos ha quedado una sensación altamente satisfactoria, pero no es así. Si bien en lo que a gunplay se refiere en juego cumple y de sobra, el gameplay en general lo hemos sentido demasiado frustrante, sobre todo por el diseño de mapas.
Esta nueva entrega de la franquicia tiene mucho para hacerlo bien, como el propio sello de la sub-saga Modern Warfare, las armas o el salto a nivel técnico que han dado. Pero si no cambian estos escenarios que benefician el campeo e impiden que el juego sea rápido, frenético y dinámico, habrán inclinado la experiencia hacia uno de los costados que más se le ha criticado a CoD en todos estos años.
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