¿Qué aceptas cuando usas WhatsApp? Todo viene recogido en las condiciones de WhatsApp, las cuales explicamos de forma directa a través de sus puntos clave.
¿Eres consciente de lo que estás aceptando cuando utilizas WhatsApp? ¿Te has parado a leer las condiciones de WhatsApp para saber qué ocurre con tus conversaciones? ¿Y las responsabilidades que asumes, frente a las que WhatsApp rechaza? Es ese texto largo, con algunos tecnicimos y en inglés que aparece en la pantalla la primera vez que usas la aplicación. Son las condiciones de WhatsApp por usarlo, las cuales se aceptan simplemente por usarla. No están traducidas al castellano, así que aquí quedan explicadas de forma clara la mayoría de sus puntos clave.
WhatsApp sólo puede ser usado por mayores de 16 años. Los menores de esa edad sólo pueden hacerlo si es con una autorización paterna específica, salvo que seamos menores emancipados legalmente. La primera en la frente.
WhatsApp puede cambiar las condiciones cuando quiera, el usuario es responsable de revisarlas periódicamente para ver si hay cambios y decidir si continúa utilizando el servicio o no. No hacerlo implica aceptar cualquier cambio que venga. No se le avisará con un "hey, hemos cambiado algunas cosas, ¿quieres leerlas antes de seguir?".
WhatsApp no garantiza la confidencialidad de conversaciones y contenidos intercambiados en su servicio. ¿O creían que cuando les decíamos que WhatsApp no tiene nada de seguro era una queja al aire? Y eso que ahora encripta sus mensajes, hasta hace año y medio estaban en texto plano.
WhatsApp no borra conversaciones, sólo las oculta. Nada nuevo en servicios digitales, por otra parte. Todas las actualizaciones de estado que borremos quedan en sus bases de datos aunque nosotros ya no las veamos en nuestro terminal ni en ningún otro. Lo que hayan dejado escrito, escrito queda.
A WhatsApp no le enviamos sólo nuestro teléfono, sino nuestra agenda completa. Para poder ofrecernos esa lista de 'Favoritos' con la lista de contactos filtrada para mostrar sólo quienes usan WhatsApp, el servicio recopila los datos de toda nuestra agenda.
No sólo recibe los números de nuestra agenda, sino la información completa de cada tarjeta de contacto: nombre y apellidos, correo electrónico asociado, y si somos detallistas y rellenamos todos los campos posibles, hasta cumpleaños, foto o dirección física, entre otros.
Para que esos números estén ahí, WhatsApp da por sentado que esas personas nos han dado su permiso. Es decir, si al abrir la aplicación por primera vez, WhatsApp coge toda nuestra agenda de contactos, y alguno de esos contactos no quería y decide denunciarnos, por ejemplo, toda la responsabilidad será nuestra por tener ahí su información. Así que ya saben, a pedirle autorización por escrito a cada contacto de su agenda por... tenerle en su agenda.
WhatsApp deja claro que el uso comercial está prohibido, quedando limitado al uso estrictamente personal. Lo hace varias veces a lo largo de sus condiciones. Esto puede considerarse saltado por todas las organizaciones que se comunican por WhatsApp (craso error, por cierto), pero más aún por todos los que realizan operaciones comerciales directamente a través de WhatsApp. Desde portales de compra-venta (un conocido portal español directamente indica si el vendedor es contactable por WhatsApp) hasta todos los reparte-flyers, perdón, relaciones públicas que operan mediante WhatsApp con sus clientes. Y así podemos llevarlo a un buen número de relaciones laborales.
¿Eres de los que envía fotos subidas de tono o directamente vídeos porno a grupos de amigos? WhatsApp no te lo prohibe, pero sí que debes indicarlo directamente de forma previa a ese contenido. Al menos de acuerdo a sus condiciones. Recuerda que en los emoticonos de Emoji tienes rombos para poner de dos en dos, aspas en forma de X, o incluso el icono de +18.
WhatsApp se lava las manos respecto al contenido que enviemos mediante él. Es decir, si enviamos un enlace a una web con contenidos ilegales, se considera que están fuera del alcance de WhatsApp. Así que cualquier daño ocasionado por ese contenido enviado quedará fuera de su responsabilidad. Muy comprensible y normal.
Queda prohibido utilizar parte de WhatsApp para crear servicios clónicos o que emulen la aplicación. Incluidas todas esas aplicaciones omnipresentes sobre todo en Play Store acerca de ocultar la hora de la conexión, cambiar el fondo de pantalla, espiar conversaciones, etc.
WhatsApp obliga a informarle si nos roban o perdemos nuestro terminal. Se hace por si el ladrón o persona que lo ha encontrado hace un uso indebido de WhatsApp. En ese caso, la responsabilidad será nuestra. WhatsApp no se hace responsable de nada en ningún caso.
Queda prohibido el uso de bots que envíen mensajes masivos. Para saber si ha sido así, WhatsApp se basa en el tiempo que un ser humano puede tardar de forma razonable (es muy gracioso cuando todas las compañías hablan del "uso razonable" en enviar cierta cantidad de mensajes. Orientado sobre todo a spammers que se aprovechen del método de WhatsApp en el que nos basta con conocer un número de móvil, sea de quien sea, lo conozcamos o no, para tener un nuevo contacto.
WhatsApp no está en contra de los sniffers o analizadores de paquetes, de hecho avisan que no están prohibidas herramientas como Ethereal, tcpdump o HTTPWatch. Estas herramientas sirven para robar información que comparta un dispositivo conectado a nuestra misma red, como una red Wi-Fi doméstica... o una pública. No obstante, sí están en contra de cualquier atisbo de ingeniería inversa con su aplicación. Para hacer tests de cualquier tipo hay que hacerlo previa autorización. Peligroso, en cualquier caso.
No podemos enviar contenido del cual no seamos propietarios o tengamos el permiso de su autor. Esto incluye a las violaciones de propiedad intelectual. ¿Y adivinan qué ocurre si no es así? WhatsApp se lava las manos, los responsables seremos nosotros.
Si violamos las condiciones en repetidas ocasiones, WhatsApp puede eliminarlos del servicio. Curiosamente, para determinar si hemos incurrido en esto durante las ocasiones suficientes, WhatsApp se acogerá al criterio de sus authorized WhatsApp employees, agents, subagents, superagents or superheros. Tal cual figura en sus condiciones. Lo cual le quita algo de seriedad a un texto en el que no paran de repetir que todo lo malo que ocurra será culpa tuya. Sobre todo al final, cuando lo dicen de forma explícita a modo de recordatorio final.
Por supuesto, WhatsApp tiene preparado un colofón: puede revocar estas condiciones cuando le dé la gana, que para eso es su servicio.
Cualquier incidente que nos ocurra con WhatsApp tiene un plazo de un año para denunciarse. Pasado ese año, se considerará que el incidente ha prescrito y no tendremos nada que hacer con WhatsApp.
Última frase de uno de los apartados finales de las condiciones de WhatsApp: AND AGAIN, USE THIS JUST FOR FUN. Traducido al castellano y al idioma no-verbal en el que nos entendemos todos, deja toda tu información personal en nuestras manos, pero no uses WhatsApp para hacer dinero, para intentar hacer dinero, o para meternos en un lío. Claro que de eso último WhatsApp ya se ha encargado de asegurarse de que no será así.
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