La mayor parte hemos pasado nuestra infancia o adolescencia con ellas pero, en realidad, llevan entre nosotros más de un siglo. Son las máquinas recreativas, máquinas tragaperras o máquinas de Arcade.
En esta serie que comienza vamos a hablar de las historias, a veces sorprendentes, que rodean a algunas de esas recretivas. Aunque vamos a centrarnos en las máquinas de videojuegos modernas propiamente dichas, no podemos pasar por alto su pasado no ya analógico, sino mecánico, y ese es precisamente el viaje que vamos a iniciar aquí. Así que pasen y vean, ilustres miembros de la comunidad Xataka. Asómbrense con las exóticas maravillas que les aguardan en este especial que da comienzo aquí y ahora sobre las máquinas recreativas más legendarias de todos los tiempos.
De feria en feria
El concepto de máquina activada con monedas es tan viejo como el mundo y podemos verlo ya en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde se mostró la primera máquina de monedas elongadas, un dispositivo que prensa las monedas de un centavo o penique y las convierte en piezas ovaladas con un grabado conmemorativo. A día de hoy el coleccionismo de monedas elongadas es una rama de la numismática muy habitual en Estados Unidos.
De esta década son también los primeros modelos de máquinas tragaperras de azar o ‘Slot Machines’, precursoras de las máquinas de casino actuales. No obstante, el primer término más parecido a recreativas es ‘Penny Arcade’ y no aparece hasta comienzos del siglo XX. A partir de 1905 comienzan a florecer locales donde los visitantes pueden probar suerte en diferentes juegos mecánicos activados mediante monedas.
Estas máquinas son la evolución de atracciones de feria en la que el jugador debía demostrar su fuerza o habilidad y las hay de diversos tipos. Algunas retan al jugador a vencer en un pulso a un brazo mecánico. Otras consisten en guiar la caída de la propia moneda a través de un laberinto. También son habituales las máquinas de ‘peep show’ en las que una moneda permite ver una o varias imágenes sorprendentes, a veces de corte erótico, o simplemente exóticas para un ojo occidental poco viajado.
Otras de estas máquinas simplemente mostraban una actuación de títeres mecánicos o predecían el futuro. La máquina de Zoltar el Vidente que aparece en la película Big es un buen representante de esta saga de adivinos mecánicos basados en tickets impresos o en voces pregrabadas y un muñeco animatrónico generalmente bastante siniestro.
Todas estas máquinas y alguna más pueden verse hoy en día en museos como el Museo Internacional del Arcade, que realiza exposiciones itinerantes en Estados Unidos. Las Vegas o los muelles de San Francisco también albergan sendos locales arcade con máquinas históricas que merece la pena visitar.
El Pinball
Inevitable mencionar la que probablemente fue la máquina recreativa más popular en bares y locales públicos hasta los años 70. El Pinball nace de las Bagatelle, y a su vez del billar. Los primeros modelos datan nada menos que de 1700 y consisten poco menos que en probar suerte a ver en qué agujero cae una bola en un plano inclinado con diferentes huecos y obstáculos.
Los años 30 en Estados Unidos es cuando el Pinball comienza a parecerse a lo que nosotros hemos conocido. En esta década se integra el sistema de activación por monedas y aparecen los primeros modelos con paredes electromecánicas que impulsan la bola.
Los actuadores que evitan que la bola se pierda, denominados ‘flippers’, no aparecen hasta 1947. A partir de ahí, la incipiente electrónica va incorporando novedad tras novedad como los marcadores luminosos y diversas rampas o trampas motorizadas.
Computer Space
La primera recreativa considerada un videojuego propiamente dicho llega en los setenta de la mano de Nolan Bushnell, un ingeniero que entra en la recién creada compañía Nutting Associates con la intención de crear una versión comercializable del primer videojuego de la historia, SpaceWar! desarrollado en 1962.
Bushnell lanza su versión, llamada Computer Space, en 1971. La máquina se basa en transistores de la serie 7400 con una pantalla monocroma de 15 pulgadas encapsulada en una base cuyo diseño aún hoy sigue siendo original.
Computer Space no era especialmente fácil de jugar y su manejo era poco intuitivo para el jugador novato. Por ello sólo se vendieron 500 unidades de las primeras 1.000 que se produjeron. La primera se instaló en al pub Dutch Goose del campus de la Universidad de Stanford.
Pong
Bushnell abandona Nutting Associates por un desacuerdo con su fundador, Bill Nutting, y funda Atari en 1972. Ese mismo año lanza Pong, un simulador bidimensional de Ping-Pong basado en un juego similar visto por Bushnell en la consola Magnavox Oddysey.
El primer prototipo de Pong se instala en la taberna Andy Capp gracias a la buena relación de Bushnell con el dueño del local, Bill Gattis. Días después, Gattis llama a Atari porque el prototipo presentaba problemas técnicos. Estaba completamente saturado de monedas de un cuarto de dólar.
Pong tiene el mérito de haber sido el primer superventas del mundo de los videojuegos. Sus máquinas amarillas se multiplicaron como una plaga y en 1973 comenzaron a exportar a otros países. Un año después, los creadores de Magnavox demandaron a Atari por Pong, pero las bases de la compañía ya eran firmes y en 1975 Sears lanzó la primera versión doméstica de la recreativa.
Con el éxito de Pong cerramos el primer capítulo dedicado a estas recreativas míticas. No pasará mucho tiempo antes de que comencemos el segundo, donde los microprocesadores tomarán el relevo de los transistores y los videojuegos comenzarán su época dorada.
Más información | International Arcade Museum | Atari Arcade
Fuente: www.xataka.com
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