La mayoría de nosotros pasamos una vida estudiando, para luego tener una carrera y desempeñarnos laboralmente de lo que nos place, o lo que nos toca.
En cambio, existen ciertos sectores que sufren un proceso distinto, inverso. Entrenan y tienen una carrera, fugaz e intensa; luego, se retiran para estudiar lo que les place, o les toca.
Este es el caso de los PRO Gamers. Para explicar mejor este fenómeno, tomaremos como ejemplo el popular juego League Of Legends; aunque existen otros que son tan populares (DOTA2, Counter Strike, Starcraft, etc.), juegos que también cuentan con un ámbito profesional.
Vida temprana y entrenamiento
Quizá sea raro pensar lo lejos que puede llegar un joven normal, tan solo siendo hábil con los videojuegos; quizá parezca una cualidad menor, dicho de esa manera. Pero, si hacemos un paralelismo con otros deportes, ser hábil en el manejo de un balón carece de importancia de igual manera, si no tenemos en cuenta el tiempo de entrenamiento necesario para alcanzar un nivel superior a la media.
La edad promedio permitida para convertirse en "Pro" es de 17 años. Hasta llegar a ese momento, cada adolescente ha dedicado cientos de horas a desarrollar las aptitudes adecuadas para destacar sobre el resto.
Si vamos al ejemplo de League of Legends, existen ELOS. Son divisiones o ligas, que separan y sectorizan grupos de personas según su habilidad. Bronze, Silver, Gold, Platinum, Diamond, Master y Challenger. En la división Bronze (la más baja de todas y subdividida en 5 partes más) reside más de un 35% de los jugadores asiduos; en cambio, en Challenger (nivel máximo y el único que permite ser Pro) reside solo un 0.12% de los jugadores en el mundo.
Esto refleja, sin dudas, la diferencia no de capacidades (solamente), sino de trabajo y dedicación entre una división y otra. Y además, nos muestra lo ardua que puede ser la vida de un joven intentando ser Pro Player. No solo se trata de pasar horas frente a un monitor, sino de privaciones y sacrificios en pos de conquistar un sueño. No es bueno minimizar esta clase de actividades simplemente porque no son deportes convencionales.
Un día en la vida de un Pro
Tiempo después de conquistar las ligas más altas, los jugadores son reclutados por equipos y en ocasiones deben emigrar a otros países, si es que han firmado contrato con clubes extranjeros. ¿Suena familiar, no? Quizá en otros deportes hayas escuchado sobre esto.
A partir de ese momento, ya no existen medias tintas. Es entregarse completamente al juego. Antes se podía dosificar el juego entre otras actividades y obligaciones como podrían ser colegio, familia, amores juveniles, hobbies. Pero desde que se es un Pro Player todo lo demás queda en el olvido.
En general, un jugador profesional se levanta 11 a. m., desayuna y comienza a jugar entre 12 y 14 horas, interrumpidas solamente por almuerzo y charlas técnicas sobre estrategia y trabajo en equipo. Luego de la cena, duermen para cumplir otra rutina similar al día siguiente; libran solo un día a la semana (en casos amigables).
Obviamente, para alguien que ama jugar videojuegos, esto suena increíble. Pero luego de un tiempo resultaría agotador, y la necesidad de tener una vida propia por fuera del juego sería imperiosa.
¿Cuál es su meta? ¿Por qué tanto esfuerzo?
Cada juego tiene sus propios campeonatos y premios. Si seguimos el ejemplo de LOL (League of Legends), en 2015 el premio al primer puesto en el mundo fue de 1 millón de dolares.
De todas formas, entendamos lo siguiente: existe un campeonato mundial, llamado Worlds, el que incluye a los mejores equipos de cada región, quienes previamente han competido en sus propias ligas. Son las siguientes: Norte América, Korea, China, Taiwán/Hong Kong/Macau, Europa y Wildcard Regions (resto del mundo).
En ocasiones, tan solo un juego ha llegado a tener 2 millones de espectadores on-line y la final del mundo fue vista por 32 millones de espectadores llenando el estadio Mercedes-Benz Arena en Berlín. Entre sponsoreo, recaudación, ventas y demás, el mercado que gira en torno a este juego es de proporciones colosales.
Pero cada jugador aspira a mucho más que al dinero. La gloria de ser el mejor del mundo, levantar la copa entregada al campeón y consagrarse como un jugador legendario.
Faker, el rey de un mundo
Como es de esperarse, los mejores gamers son asiáticos. Es la liga más competitiva y la que ha conquistado más galardones. De entre todos esos magníficos jugadores surge uno que ha hecho historia: Faker.
Considerado por los fans y la prensa como el mejor jugador que se ha visto. Otros Pro Players lo han denominado "Unkillable Demon King", y en su país natal es una celebridad aclamada públicamente.
Publicidades con él como protagonista, banners gigantes con su rostro y sobre todo el reconocimiento de un talento incomparable, el cual ha sido equiparado mediante un paralelismo diciendo que es el Messi de League of Legends. Quizá, para el que nunca se adentró en este mundo, suene exagerado y ridículo lo que estoy escribiendo; pero es real. Hasta estos puntos se puede llegar, algo impensado décadas atrás: que los videojuegos tengan el mismo grado de repercusión que un deporte tradicional... Pero, ¿qué deparara el futuro? ¿podrán los e-Sports acaparar el mundo entero a este nivel? Dejemos que el tiempo responda.
Retiro y recaudación
A los 22 años son considerados veteranos del juego, tomados como referencia por su experiencia, y son escasos los jugadores que siguen activos pasando los 25 años. Es que, parecerá mentira, pero los reflejos no son los mismos y el desgaste físico imposibilta que las mecánicas de juego sean tan precisas como en un principio.
Ahora bien, algunos siguen su carrera siendo entrenadores por algunos años más, pero la alternativa común es el retiro. Con bastante dinero acumulado para su edad deciden seguir sus estudios relacionados o no a su vida gamer y establecer su vida "normal" a partir de ahí.
En el ejemplo de Faker podemos ver que percibe (solo por ganar un campeonato) 200 mil dólares anuales mínimo, a los que le sumamos las ganancias de streaming (gente que paga por verlo jugar on-line, día a día), sponsorship y pagos por uso de imagen, generando cerca de 1 millón de dólares anuales.
Como dato final, quiero decirte que League of Legends no es el juego que deja mayores ingresos a sus jugadores; si buscas los ingresos de Pro Players de Dota2, por ejemplo, te soprenderás mucho.
Una vida intensa y única, pero no altamente recomendable
Es cierto que es digno de admirar todo aquello conquistado por estos astros de los deportes electrónicos, pero, si nos basamos en probabilidades, recordemos que solo un 0.12% en el mundo llega a este nivel. Es decir, nadie va a impedir que un adolescente decida dedicar su vida a intentar ser Pro, y aún así, las condiciones necesarias y el entrenamiento adecuado para alcanzar la meta son algo practicamente utópico.
Y, en el caso de subir a lo más alto, teniendo grandes posibilidades de ser reclutado, la vida de un Pro Gamer no parece ser saludable y niega una considerable cantidad de libertades que cualquier joven debería tener.
Es como cualquier deporte, demanda sacrificio en pos de obtener beneficios. Lo que sí hay que tener en cuenta antes de emocionarse por tomar la decisión de alcanzar un sueño es que no todos llegarán a ser Messi, ni Faker, o ni siquiera alcanzarán la primera división, o, como se dice en este mundo, Challenger.
Por último, para que comprendas la magnitud de los eventos de e-Sports, te recomiendo que veas esto:
link: https://www.youtube.com/watch?v=GPdF1zoOvTw
Fuente: El lucrativo mundo de los gamers
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