ESTUDIOS MUESTRAN QUE LA SOLEDAD ES ALTAMENTE DAÑINA PARA LA SALUD... Y SIN EMBARGO, EXISTE CIERTO AISLAMIENTO QUE ENCUMBRA AL ESPÍRITU
El ser humano es un ser social, un animal político (es decir, un animal que vive y se desarrolla entre muchos, en una polis) pero también es un ser equipado para ir más allá de la sociedad, de la política, y trascender las condiciones de su entorno social. Aquí yace una dualidad relativamente fundamental en torno al principio de soledad en el ser humano. Por una parte la vida en sociedad --sobre todo sus partes más dulces-- constituye una especie de necesidad básica en la pirámide existencial y en su ausencia se generan contrariedades que afectan la salud de un individuo. Por otra parte, una persona que ha logrado un estado de integración consigo mismo y con el mundo puede llegar a no necesitar de los lazos emocionales que provee la gente y que fundamentalmente dotan de sentido (y de ahí sanidad) a la vida de los individuos (de alguna manera el organismo sospecha que es absurdo vivir solamente para la autogratificación del YO). El hombre solitario que no sufre de las necesidades del contacto humano habitual, en realidad no está sólo sino que ha logrado unirse de otra manera con el mundo, usando la metáfora de William James: "como islas conectadas en la profundidad"
El hombre que se dedica a la búsqueda de la verdad --y opta por buscar en el interior de su ser-- puede alcanzar una libertad (la libertad que da el conocimiento), la cual lo puede transformar y rendir prácticamente invulnerable a las cuitas mundanas.
Existe obviamente un profundo riesgo en la soledad, como ocurre con el hombre que va a vivir a la montaña (que tiene siempre presente tanto el cielo como el abismo). La soledad y la renuncia pueden ser una trampa de la mente, que convence al individuo de una suerte de superioridad y de una falsa espiritualidad. Y en esto estaría construyendo su propio laberinto para refugiarse de que no se atreve o no sabe cómo lidiar con el mundo. Los antiguos maestros de la época védica en la India, por ejemplo, hacían toda su vida en sociedad y no era hasta que tenían cierta edad y madurez y habían resuelto todos los asuntos familiares y comunitarios que los ligaban al mundo --resolución que les permitía tener una conciencia tranquila y un karma depurado-- que se retiraban al bosque, donde en los últimos años de su vida buscaban la liberación. La lección aquí es que no hay verdadera espiritualidad sin cumplir con el deber moral --la soledad espiritual en el caso del hombre que no ha logrado sanar sus relaciones es sólo onanismo mental o una forma de escapar de una realidad incómoda. La soledad como ese pico luminoso en la cima del mundo donde el hombre se encuentra con los míticos inmortales o logra esfumarse por su propia cuenta de la vicisitudes del tiempo, paradójicamente, requiere de un amor al mundo y de un estado de paz con las cosas, no de una misantropía o de un hastío. Probablemente, como mantiene el budismo mahayana, la libertad al final deba lograrse con el mundo, no sin él.
link: https://www.youtube.com/watch?v=zJ8QpMa3c3o&ab_channel=VEGUITOCocinaNatural
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