
Existen muchas ocasiones en las que quisieras ejecutar algún programa específico de Windows en tu Mac y no sabes bien cómo hacerlo. Te gusta el sistema operativo de Apple y no has pensado ni por asomo en cambiarte, pero a veces las necesidades son más fuertes que los gustos. Para que no tengas ningún problema queremos enseñarte cómo ejecutar Windows en tu Mac gracias a Boot Camp.

¿Cómo funciona Boot Camp?
Existe software suficiente en la red para que utilices algunos programas como Parallels para correr Windows en tu Mac, como ya vimos al querer instalar Windows 10. Por desgracia, este tipo de productos tienen un coste, que en la mayoría de ocasiones puede resultar elevado, sobre todo por el poco uso final que podamos darle. Por suerte Apple ha incluido Boot Camp en OS X, para el disfrute de todos los usuarios.

Rendimiento de Windows desde el Mac
Cuando encendemos nuestro Mac debemos elegir la copia instalada de Windows y el ordenador arrancará igual que si se tratara de un PC. El rendimiento en un i5, como puede ser en un MacBook Air de hace dos años, es realmente bueno, funciona de forma rápida y fluida. Es posible que encuentres algunas rarezas, como puede ser la configuración de tu trackpad o incluso, la conexión wifi, que si falla tendrás que buscar los controladores necesarios para echarlo a andar. La experiencia final resulta buena, como si estuvieras funcionando con PC que sólo tiene instalado Windows.

¿Por qué instalar Windows en tu Mac?
Aunque Boot Camp nos permite instalar Windows en nuestro Mac, cualquiera podría hacerse la pregunta, ¿para qué? Lo primero que debemos pensar es en la cantidad de usuarios que utilizan Windows y los que utilizan Mac. El mundo laboral y educativo está todavía muy basado en el entorno PC y es muy probable que tengamos que utilizar alguno de sus archivos. La segunda premisa viene dada por la calidad con la que Apple termina todos sus productos. Esta premisa es incuestionable, desde el teclado hasta el trackpad que utiliza cualquier Mac, no son para nada comparables a los que usan los fabricantes de ordenadores que llevan Windows instalado.

Algunas desventajas
Pero no todo es un camino de rosas y, poder cambiar entre sistemas operativos desde tu Mac, tiene algún daño colateral. El espacio interno del que dispones en un MacBook Air, por ejemplo, es de 128GB y si destinas 30 de ellos a esta partición, tu capacidad se verá menguada, sobre todo si quieres instalar otros programas que corran bajo Windows. La batería de tu portátil es otro detalle que se verá atacado por el nuevo sistema operativo. Apple siempre se ha preocupado mucho de integrar software y hardware, sin embargo, el uso que hace Windows de la batería de tu Mac siempre será más descontrolado.

Fuente: www.ipadizate.es
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