Me gusta la gente que deja marca y no necesita herir. Gente que se ha ganado con creces un espacio en nuestros corazones. Nos han enseñado el valor de la amistad, a saborear la sinceridad y a poder confiar. Gracias a todas esas personas especiales nos hemos visto enriquecidos y hemos podido sentir la verdadera felicidad. Sin embargo, no hemos sido justos con ninguna de ellas.
Estamos llenos de marcas de esas personas que hemos olvidado demasiado deprisa. No porque no apreciemos todo lo vivido a su lado o porque no le demos importancia a lo fortalecidos que salimos gracias al apoyo que nos brindaron, sino porque le hemos dado una mayor relevancia a toda la gente que, de algún modo, nos hizo daño.
Gente que deja marca en forma de cicatriz
Sabemos saber diferenciar a aquellas personas que nos hacen sentir bien de las que no. Sin embargo, la decisión de soltar, de alejarnos o, simplemente, de desaparecer se nos atraganta. Permitimos que jueguen con nuestros sentimientos, que sigan tratándonos mal. Somos conscientes del camino que tenemos que tomar, pero la culpa y los miedos nos hacen dudar.
Le damos mucha más importancia a lo que nos marca de forma negativa. Quizás esto ocurra porque es en esos momentos de tristeza, depresión o verdadero horror cuando empezamos a valorar y a apreciar lo que tenemos. Piensa en las veces en las que has estado muy enfermo, con gripe, sin poder salir de la cama. ¿Verdad que entonces valoras aquellos momentos en los que estás bien? Sin embargo, cuando ya no estás mal esta sensación se difumina: lo habitual llena de polvo, enmascara, a lo que en realidad es extraordinario.
En cuestión de relaciones nos ocurre exactamente lo mismo. La gente que deja marca en forma de cicatriz tiende a pervivir más tiempo en nuestra memoria. La hacemos responsable de nuestro malestar, nos centramos mucho en todo lo que ha originado, en lo que nos ha hecho sentir. Esto sucede así porque lo que hemos experimentado gracias a ellas es negativo y nuestro instinto de supervivencia mantiene el eco en forma de recuerdo, por si acaso el destino nos vuelve a poner en similar circunstancia.
Pero es la gente que deja marca, no cicatriz, a la que le deberíamos prestar toda nuestra atención. Agradeciendo todo lo bueno que hemos podido aprender de nosotros mismos gracias a esas personas. Siendo conscientes de lo mucho que han aportado a nuestra vida, sin arrebatarnos nada. No es necesario sufrir o tener una herida para que alguien nos marque. Las mejores huellas son sutiles, solo perceptibles para los que saben apreciarlas.
La huella de quienes merecen la pena
Merecerá la pena que te centres en todos aquellos que dejaron algo bueno en ti. Sin embargo, no servirá de nada que lo hagas con los que te hicieron daño y se aprovecharon de ti si ya los has alejado de tu vida. Quizás porque si actúas así te termines convirtiendo en alguien lleno de tristeza que tarde o temprano desarrollará un profundo rencor.
Pregúntate “¿qué tipo de marca quiero dejar yo?”. Porque al igual que hay gente que deja marca sin herir, nosotros podemos convertirnos en personas que sí dejen huella sin causar herida. No darle importancia a toda la gente que merece la pena puede ser el prolegómeno de una herida que dejarás en otros y que se convertirá en una fea cicatriz.
Aunque parezca complicado dejar ir los recuerdos inundados de dolor, lo cierto es que existen atajos para conseguirlo. Solo cierra los ojos, escucha a tu cuerpo y déjate llevar por lo que deseas, por aquello que te hace sentir bien. De repente, esa gente que dejó una cicatriz en ti desaparecerá y se verá sustituida por aquella que tan solo te aportó cosas buenas.
Lo normal es que no seas el blanco de ningún ser malvado, ni que tengas solo cartas de mala fortuna. Probablementecsolo te has cruzado con alguien que no supo tratarte de la mejor manera. Pero esto no debe provocar tu lamento, ni que esas personas se conviertan en las protagonistas de los viajes que haces por tus recuerdos. Las que merecen toda tu atención son las que han estado ahí cuando muchas huían, las que te escucharon atentamente cuando muchas fingían hacerlo, las personas que te marcaron no con una cicatriz, sino con el amor.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario