Los tatuajes están más de moda que nunca. Tanto por estética como por simbolismo, el arte de los tattoos está viviendoun auge extraordinario y cada vez tiene menos de sórdido y más de artístico. Por ello, los estudios de tatuajes (ahora se llaman así) están proliferando y los diseños cada vez están más trabajados. Sin embargo, antes de hacerse un tatuaje, igual que el diseño, hay que saber seleccionar el lugar donde se va a colocar, ya que hay lugares más dolorosos que pueden hacer pasar un mal rato a los más sensibles.
Las costillas suelen ser uno de los lugares más elegidos para marcar en tinta los mensajes o símbolos deseados. Eso sí, se ha de ser muy valiente, especialmente si el diseño es grande, ya que la piel es muy fina y los huesos están muy marcados, de manera que la aguja inflige un dolor muy agudo.
Otro lugar donde la finura de la piel y la fragilidad de los huesos hacen desaconsejar un tatuaje a los más aprensivos son los pies y los tobillos. La sensibilidad en la zona es muy alta y el dolor puede asustar a los más valientes, por eso generalmente los tatuajes que se ven en esa zona suelen más bien sencillos.
La muñeca suele ser uno de los lugares favoritos para marcarse la piel, especialmente el nombre de una persona querida o una palabra con una gran carga sentimental. De nuevo, la cercanía de la piel de esta zona al hueso supone que el dolor sea enorme al tatuarse.
A pesar de que sean terriblemente sexys, los tatuajes que siguen el recorrido de las vértebras pueden ser muy dañinos. En realidad, al ser el lugar donde se encuentra la mayoría de terminaciones de nerviosas del cuerpo humano, ya de primeras hay mucha gente que no se atreve a tatuarse ahí. En caso de que alguna vez te hayas dado un golpe seco en esa zona seguro que recuerdas un dolor agudo y punzante, pues lo mismo sucede cuando la aguja hace su labor.
El cuello es otro de los puntos preferidos para los amantes de los tatuajes singulares. Se trata de una zona más bien original porque no hay tanta gente que se anime. Al fin y al cabo, ahí no hay músculos que protejan el área, de manera que el dolor persiste incluso una vez ha terminado el proceso de tatuarse.
Aunque el dolor sea uno de los factores para no tatuarse, en realidad se puede minimizar en gran medida al elegir alguno de los lugares que no hemos mencionado aquí. Cada cual debe saber dónde tiene el umbral del dolor o se llevará una sorpresa negativa cuando llegue el momento de la verdad y sea demasiado tarde para echarse atrás.
Fuente: www.ocio.net
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