martes, 20 de octubre de 2015

TUS RESACAS A LOS 20, LOS 30 Y LOS 40


resaca 

Esas mañanas en las que no sabemos coordinar nuestros movimientos, nuestra cama se convierte en una montaña rusa y las visitas al baño son un ir y venir. Pero no siempre es la misma historia, porque con los años ya no son sólo esos mareos...tu cuerpo te duele como si te hubiera pasado una apisonadora. ¿Y cómo afrontamos esos días perdidos? Repasamos los efectos de la resaca según nuestra edad 


resacon

A los 20 años… 
Te despiertas a las tres horas con la sensación de que tu habitación da vueltas y que te han partido la cabeza por la mitad. El dolor es terrible y tus ganas de quedarte invernando en la cama, infinitas. Pero sin saber cómo, sacas fuerzas y te vas en busca de la hamburguesa más grasienta y patatas fritas para regarlas en cerveza. Y después de ese momento fast food que te hace sentir tan bien, ¿qué mejor que una buena peli o la última temporada entera de tu serie favorita? 

after joda

A los 30 años… 
Te duele todo. Absolutamente todo. Las náuseas, mareos y el dolor por todas partes es lo único que te acompaña después de una noche de desenfreno. Te lamentas y te culpas, porque sabes que aquella copa de más se te fue de las manos. Pero después, ¿qué? Nada mejor que ponerte un sombrero, unas gafas de sol a lo estrella de Hollywood y salir en busca del zumo detox con el que (intentar) depurar tanto alcohol en tus venas. Pero como no es suficiente, y no te quieres quedar en la cama intentas hacer ejercicio, pero el mareo te gana la partida y acabas en el sofá pidiendo comida tailandesa. Esa será la traca final de un fin de semana de resacón. 

dolor de cabeza

A los 40 años… 
“Ya no vuelvo a beber. Ya no vuelvo a beber”. Es la frase que te repites una y otra vez cuando te miras al espejo después de una noche de desenfreno. Te sientes como si un autobús te hubiera arrastrado calle abajo y te preguntas por qué tuviste que proponer esa una última copa…Pero como el mal ya está hecho, qué mejor que salir con tu pareja a disfrutar de un brunch y acabar pidiendo comida grasienta que por la presentación parece más saludable. Y después del brunch, un masaje de esos baratos ¡porque te lo mereces! Así, te despides de una resaca para olvidar…Hasta la próxima, claro. 

alcohol



El contenido del post es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.

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