Somos muy sugestionables, mucho más de lo que estaríamos dispuestos a reconocer. De hecho, percibimos detalles de nuestro entorno de manera inconsciente que terminan influyendo en nuestras decisiones supuestamente racionales.
Por ejemplo, una habitación con una temperatura más cálida nos hace ser más agradables y percibir a nuestro interlocutor como una persona más empática, mientras que una habitación fría tiene el efecto contrario. De igual manera, los olores tienen una poderosa influencia en nuestros comportamientos. Por ejemplo, el olor a detergente nos hace comer con mayor lentitud y los aromas florales nos hacen evaluar mejor un producto, es lo que se conoce como Marketing de los Aromas.
Por tanto, no es extraño que los supermercados recurran a todo tipo de técnicas para hacer que gastemos más. Se trata de pequeños detalles que nuestra mente racional pasa por alto pero que nuestro inconsciente capta.
Te confunden
Por kilo, por unidad, por paquete, por cuarto, por 100g. Comparar precios en un supermercado es una tarea difícil. Incluso en aquellos supermercados que tienen debajo del precio “oficial” el precio general (ej: paquete de galletas de 138g. que debajo dice el precio por kilo) muchas veces la unidad suele variar.
Juegan con tu percepción de la velocidad y te marean
En los supermercados se colocan baldosas de tamaño pequeño (sobre todo en los pasillos más caros). Esto es porque, el sonido rápido y constante del carro en el suelo te hará pensar que estás yendo más rápido de lo que realmente estás yendo… inconscientemente desacelerarás la marcha y pasarás más tiempo comprando.
Un supermercado NUNCA podrá recorrerse de forma lineal. En algún punto, los pasillos se cortarán, tu recorrido se hará laberíntico, habrá un recoveco con productos de primera necesidad o tendrás ¡ups! que pasar por alguna sección de productos que no pensabas ni mirar en el camino hacia otros que sí necesitas.
Te sugieren complementos
Alimentos complementarios, como algunos tipos de galletas y queso, pasta y salsas o salchichas y mostaza, estarán ubicados uno junto al otro para alentarte a comprar más de lo que pretendías. Fijate la próxima visita al súper: verás que donde están las pastas, siempre habrá una pequeña sección con queso rallado… aunque los lácteos no estén cerca. Estate seguro de que será un queso de precio medio-alto y no toda la oferta de quesos y precios que encontrarás en la sección de lácteos.
Carritos grandes para que los llenemos
¿Sabías que los carritos de supermercado aparecieron en el año 1938 y desde entonces su tamaño ha aumentado paulatinamente? De hecho, en un principio fueron pensados para facilitarle la compra a los clientes pero poco a poco las grandes superficies comerciales se han dado cuenta de que mientras más grandes son, más productos podemos colocar dentro. De hecho, si el carrito está medio vacío, nos vamos con la sensación de que no hemos comprado lo suficiente.
Pretenden que las frutas y verduras acaba de llegar del campo.
Desde la forma de colocarlas hasta el viejo truco de rociarlas con agua fresca, todo está puesto para dar la sensación de que se trata de un negocio de proximidad.
Los productos, mejor a la altura de los ojos y a la derecha
En los supermercados, los productos que desean que compremos, se ubican a la altura de nuestros ojos. De esta forma podemos verlos con facilidad. Al contrario, los artículos más económicos suelen estar en la parte más baja porque no solemos prestarle mucha atención. De hecho, las golosinas suelen estar en los estantes más bajos, a la altura de los ojos de los niños, para que convenzan a sus padres de comprarlos. Además, los productos que prefieren vender se encuentran a la derecha ya que como la mayoría de las personas son diestras, suelen mirar más hacia ese lado.
El precio tendrá nueves
Es un truco muy viejo, pero sigue funcionando a la perfección. Esto se debe a que solemos fijarnos solo en la primera cifra, y no contabilizamos los céntimos. Por eso, pensamos que un artículo de 9,90 pesos cuesta 9 pesos, cuando en realidad cuesta casi 10 pesos. De esta forma nos hacen gastar más, sin ser plenamente conscientes de ello.
Los productos básicos se cambian de ubicación
Los supermercados no pueden cambiar los productos demasiado a menudo porque de lo contrario generarían frustración en sus clientes. Sin embargo, cada cierto tiempo cambian las secciones ya que de esta forma nos obligan a prestar atención mientras hacemos la compra, de esta manera evitan las compras automáticas y atraen nuestra atención hacia nuevos artículos que probablemente no habíamos notado.
Los productos imprescindibles se encuentran en el rincón más alejado de la tienda
La disposición de los productos cuenta mucho y determina las ventas. Por eso, los productos básicos de la cesta de la compra, como la leche o los huevos se suelen encontrar en el fondo de la tienda. De esta forma obligan a los clientes a recorrer toda la superficie, con la esperanza de que en el recorrido encuentren otros productos que le tienten y que no había pensado comprar.
Los productos prescindibles se ubican a la entrada de la tienda
En la mayoría de los supermercados los productos prescindibles de la cesta de la compra se encuentran en la entrada, como las flores o la bollería industrial. De esta forma estamos más tentados a comprarlos ya que tenemos el carrito vacío y se convierten en una tentación, debido a su impacto visual.
Además, ¿sabías que el aroma floral o de los productos horneados activa nuestras glándulas salivares haciendo que compremos más por impulso?
Los productos más caros e innecesarios siempre estarán en las cajas
Una vez que hemos terminado la compra y llegamos a la caja para pagar, generalmente debemos esperar un poco. Mientras tanto, vemos golosinas, revistas, barras energéticas, baterías y chicles, el tipo de producto que normalmente no tenemos en cuenta a la hora de hacer la compra. Curiosamente, también tienen precios muy elevados, pero los compramos porque pensamos que quizá lo necesitaremos, o los niños terminan pidiéndolos.
Los bonos son para aumentar el precio de la compra
Los supermercados suelen ofrecer tarjetas con las que acumulamos puntos o bonos de descuento que se pueden aplicar, por ejemplo, en las gasolineras. Sin embargo, solo podemos obtenerlos con una compra mínima. De esta forma la tienda se asegura de que el cliente que inicialmente solo iba a gastar 20 o 25 pesos, termine gastando 30, para obtener los puntos o el descuento, cuando en realidad no resulta beneficioso.
Las tiendas, cuanto más grandes, mejor
El tamaño cuenta. Se ha demostrado que cuando estamos en tiendas donde hay muchas personas solemos estresarnos y compramos más rápido, por lo que el ticket de la compra es más bajo. Al contrario, cuando podemos comprar de manera más relajada somos víctimas de las compras por impulso, por lo que llenamos más el carrito de la compra. Por eso, mientras más grandes sean las superficies, menos nos agobiaremos por la cantidad de personas que hay en la tienda y más tiempo pasaremos dentro.
Además así los pasillos son más largo, teniendo que ver un montón de productos antes de llegar al que buscamos.
La música se usa para incrementar las ventas
En los últimos tiempos podemos escuchar música prácticamente en todas las tiendas y supermercados. No es casualidad, se ha demostrado que la música de ritmo suave nos anima a gastar más dinero. Al contrario, la música más ruidosa y movida afecta las ventas. Lo mejor es la música clásica, que nos relaja, nos hace sentir bien y nos impulsa a gastar más. De hecho, el poder de la música sobre nuestro comportamiento es inmenso.
Te hacen asociar el color rojo con descuentos.
Es común que en el estacionamiento de un supermercado haya carteles de color rojo con ofertas de descuento. Una vez dentro, el mismo tipo de diseño y señales no siempre indicará una reducción en el precio. Pero debido a la asociación que ya hemos hecho antes de entrar, estaremos más inclinados a comprar el producto.
La figura del dependiente amable
Aunque la amabilidad del dependiente parece más de otras épocas y hoy en día se estile una conducta mucho más fría y profesional (coherente con el cambio en la naturaleza de las relaciones laborales y los hábitos de consumo), lo cierto es que algunas superficies más sofisticadas, como las tiendas de Apple, rebosan de empleados con amplios conocimientos que no cobran comisión por venta y se encargan de responder a todas las dudas o problemas de los clientes sin hacer uso de técnicas de marketing invasivas.
Este trato exclusivo y amable es una estrategia de marketing más, especialmente en superficies que se venden artículos de precios elevados y con un gran margen de beneficio.
Muestras gratis
Al parecer, a todos nos gusta comer sin pagar: las investigaciones demuestran que al menos el 75% de la gente acepta muestras gratis cuando se las ofrecen.
A las compañías también les gusta darlas, pues pueden aumentar las ventas masivamente.
¿Por qué son tan efectivas?
Es posible que operen a un nivel subconsciente, disparando nuestro profundamente arraigado instinto de reciprocidad. En otras palabras, sentimos la necesidad de darle algo a esa sonriente persona que nos acaba de dar comida gratis.
Las muestras gratis también puede abrirnos el apetito: un trozo de chocolate nos puede recordar cuán rico sabe y llevarnos a comprarlo.
Trucos para protegerse
Si no planificas, fracasarás. Prepárate para tu próxima visita al supermercado valiéndote de estos consejos para ayudarte a comprar sólo lo que quieres.
Abandona el carrito de mercado. Cuando vas sólo a comprar unas cosas, no necesitas un carrito con ruedas. Si sólo estás entrando al supermercado a comprar unas pocas cosas esenciales, no necesitas el carrito de compras. Los estudios muestran que entre más grande sea, más compras.
Trata de utilizar las canastas o sencillamente tus manos: es improbable que decidas comprar esa bolsa de 5 kilos de arroz que está en oferta si te toca cargarla.
Cuando lo uses...
Un estudio de la Universidad de Cornell, EE.UU., encontró una estrategia para comprar más comida sana: dividir en dos el carrito de mercado, con una bufanda o chaqueta o lo que sea. En una mitad, metes las frutas, vegetales, lácteos y carnes.
Este truco hace que gastemos más del doble de nuestro presupuesto en frutas y verduras, al parecer porque la partición indica una norma social que los individuos tratan de cumplir.
CONSEJOS EXTRA
Haz una lista y ajústate a ella
Ten un presupuesto en mente
Vete de compras llevando sólo efectivo
No vayas al supermercado con hambre
Intenta hacer mercado por internet
Fuente: 20 Trucos de los supermercados para que compres más
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