La Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos, la FDA, ha aprobado el uso de la primera pastilla digital. Se trata de un medicamento al que se le ha añadido un sensor digerible con el que se puede detectar cuándo se lo toman los pacientes, y que de esta manera los doctores sepan que se están medicando correctamente.
Según ha publicado el New York Times, se trata de la primera de varias medicaciones que se están desarrollando con la capacidad de monitorizar cómo se toman. Con ello se quiere reaccionar a informaciones que aseguran que el incumplimiento de las recetas le cuesta a la sanidad estadounidense cerca de 100.000 millones de dólares al año por empeoramientos derivados de no tomarse la medicación que les corresponde.
"Cuando los pacientes no se adhieren al estilo de vida o los medicamentos que se les recetan, realmente hay consecuencias sustanciales que son muy costosas y malas para el paciente", le ha dicho al Times el Dr. William Shrank, director médico de la división de planes de salud de la Universidad del Centro Médico de Pittsburgh.
Por lo tanto, con la aprobación de este nuevo medicamento se empezará a probar un nuevo sistema que tiene, según algunos expertos, el potencial para mejorar la salud pública haciendo que los pacientes no puedan mentir sobre si se toman o no la medicación. Aunque claro, esto también despierta ciertas preocupaciones.
Papá, ¿te has tomado la pastilla?
La medicación aprobada es una versión del antipsicótico Aripiprazol(Abilify), y es utilizado para el tratamiento de la esquizofrenia, la fase maníaca aguda y episodios mixtos asociados con el trastorno bipolar, y la depresión clínica.
Los sensores del medicamento emitirán la fecha y la hora en las que son ingeridos. Cuando los pacientes aprueben tomárselos, con los formularios que tendrán que rellenar consentirán que sus médicos y hasta otras cuatro personas, por ejemplo sus familiares, puedan recibir los datos electrónicos de cómo y cuándo se está tomando la medicación.
Esto se sabrá mediante una aplicación móvil para que tanto el paciente como los usuarios con permiso de acceso puedan mirar el registro de tomas de la medicación. Todo esto es voluntario, de manera que el paciente podrá revocar el acceso del resto a la aplicación si cambia de opinión y no quiere seguir siendo monitorizado. Aunque claro, habrá que ver una vez se ponga a prueba si cumple con todas estas promesas.
Esta es sólo la primera medicación aprobada de estas características, pero ya se está trabajando en otras con otro tipo de sensores. Por ejemplo, hay empresas que incluyen otros sensores digeribles capaces por ejemplo de saber en qué zona de la lengua se ha colocado la pastilla a la hora de tragarla.
Empiezan a surgir los primeros debates
Pese a que este tipo de tecnología es muy prometedora para todo tipo de pacientes y enfermedades, el hecho de que sea voluntaria no impide que haya despertado varias alarmas en torno a la privacidad. Los más alarmistas hablan de un Gran Hermano digital en el mundo de la medicación, mientras que otros apuntan cómo esto puede hacer que los pacientes se sientan presionados.
Y es que si bien a priori la idea parece buena de cara a quien no se quiere tomar las medicaciones, no hay que olvidar que este primer medicamento digital está destinado a trastornos como la esquizofrenia. En este punto, hay quienes ponen en duda que una solución de estas características sea aceptada por los pacientes.
Y es que según le han dicho al Times varios expertos, algunos pacientes no se toman su Aripiprazol porque se vuelven paranoicos respecto a las intenciones del médico. Y esto es algo en lo que difícilmente va a ayudar un medicamento que controla tu comportamiento y envía señales de tu cuerpo y notificaciones al doctor.
Vamos, que mucha de la polémica está en el medicamento con el que se ha decidido empezar a comercializar este tipo de tecnología, y los expertos creen que hubiera sido mejor utilizarla en cualquier otro tipo de medicación. Sea como fuere, las medicinas con monitorización sólo están dando sus primeros pasos, por lo que los debates implícitos como el de la privacidad irán en aumento según vayan llegando más medicamentos de estas características.
Vía | New York Times
Fuente: www.xataka.com
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