viernes, 21 de diciembre de 2018

AUTISMO



“¿Mamá que pasa con esa niña?” 
La forma en que respondes cuando vez a una persona con habilidades diferentes, afectará la forma en que tu hijo vea las habilidades diferentes y trate a los demás. Es importante fomentar una actitud de inclusión y aceptación. 


Toma la iniciativa. Si ves que tu hijo se queda mirando a alguien diferente a él. Explícale y responde a sus preguntas de forma simple y sin detalles. No es necesario decir "no te quedes mirando" o "no preguntes eso.” Las personas con necesidades especiales son diferentes, y eso no es malo. Hazle saber que hacer preguntas está bien para evitar y permitir que la confusión y el miedo crezcan. Es fácil sentirse incómodo ante personas o situaciones "diferentes,” pero mostrar interés y hacer preguntas con respeto es lo mejor que puedes hacer. Si más adelante tu hijo comienza a hacer preguntas detalladas, conéctate en línea para obtener más información sobre alguna condición en particular. 
Las palabras que utilizas son importantes. Evita términos como "discapacitado," “malito” y “enfermito.” Las personas con habilidades especiales no necesariamente están enfermas. Algunas personas nacen con alguna condición de vida como es el AUTISMO, y otras habilidades especiales ocurren como resultado de un accidente o enfermedad. No permitas burlas. Las personas con habilidades especiales son más propensas a ser víctimas de bullying. Si escuchas a tu hijo o sus amigos refiriéndose a otro niño o adulto como "tonto,” “lento,” o "retrasado,” explícale cuánto lastiman esas palabras. Enséñele a disculparse cuando haya herido los sentimientos de otro niño. 
Está bien enseñarle las palabras correctas para hablar sobre nuestras diferencias: habilidades especiales, incluso los nombres de condiciones específicas, como el Síndrome de Down y el AUTISMO. Evita referirte a los niños sin habilidades diferentes como "normales," ya que implica anormalidad o un defecto en los demás. Mejor utiliza la palabra “típico(a)." 
Enfatiza qué, aunque existen diferencias, también pueden tener cosas en común. Un niño puede ser diferente a él, pero sigue siendo un niño. Habla con tu hijo sobre lo que un compañero con habilidades diferentes tiene en común con los demás: la misma edad, la escuela o el deporte favorito, etc. No hables solamente de sus dificultades y enfócate en lo que si son capaces de hacer. Un niño con autismo tal vez no pueda hablar, pero quizás es buenísimo armando un rompecabezas. 
Háblale sobre condiciones que no se ven a simple mirada. El AUTISMO es una condición neurológica que afecta el comportamiento y la forma en que las personas se comunican y relacionan con los demás. Todos los niños con autismo son diferentes y varían mucho dependiendo de cuál sea el nivel que presentan en su condición. Hay personas con autismo que son independientes y tienen vidas plenas y otras con autismo que tienen una gran discapacidad y no son capaces de tener una comunicación con otros. El autismo no es un concepto simple, por lo que es muy importante aportar información concreta y simple a los niños para que lo entiendan. 
Si por ejemplo tu niño ve a un niño con autismo aleteando sus manitas o haciendo sonidos raros y te pregunta “¿por qué el actúa así?” puedes comentarle que es diferente y que no le gustan ciertas cosas y otras sí. No es necesario explicarle con términos que aun el no comprende. Simplemente dile que todos tenemos nuestras propias particularidades. 
Si ve a un niño con autismo tener una crisis en el supermercado, y te pregunta “¿por qué se está portando mal?” dile lo difícil que es para un niño con autismo comunicarse y lo frustrante que puede ser. Tienen crisis no porque estén siendo malos sino porque no pueden expresar sus pensamientos y sentimientos. 
Si se encuentra con una pequeña no-verbal y te pregunta “¿por qué ella no habla?” explícale que su cerebro funciona de manera diferente, por lo que le resulta más difícil hablar y aprender que los demás. Pero eso no quiere decir que ella no comprenda y tal vez se comunica de otra manera (tableta, imágenes, o lenguaje de señas). 
Si algún pequeño con autismo en el parque parece no responder a su interés de jugar, y te pregunta “¿porque él no quiere jugar conmigo?” dile que a los niños con autismo se les dificulta mucho iniciar el juego pero que puede intentar de nuevo y ser muy paciente. En vez de invitarlo a jugar pelota, intente unirse a su forma de juego, ya sea a brincar, correr o a alinear piedritas. 
Si te pregunta "¿por qué algunos niños diferentes no están en mi salón de clases?" Explícale que algunos niños necesitan asistir a otro salón donde les puedan dar ayuda adicional para leer, escribir, caminar, hablar o jugar con otros. 
Si te pregunta "¿por qué le pasó eso a él?" Se práctico(a) y explícale que algunas personas nacen con condiciones y otras se lastiman o enferman y quedan discapacitadas. 
Es necesario difundir conciencia sobre el autismo y otras habilidades especiales ya que estarás ayudando a que este mundo sea mejor y más inclusivo. Los niños se darán cuenta de que hay muchas formas de ser niños en el mundo y ninguna es mejor o peor. Con un esfuerzo colectivo, podríamos ayudar a convertir la conciencia del autismo en aceptación del autismo. Tu hijo tiene mucho que ganar: Amor, madurez, amabilidad y tendrá en su vida grandes y verdaderos amigos. 
Por favor, háblale a tus niños sobre niños como los míos. 
-Marcela González, mamá de tres maravillosos niños con autismo. 
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