La sonda Voyager 1 fue lanzada en 1977 desde el centro espacial J.F. Kennedy ubicado en Cabo Cañaveral, Florida, con el objetivo estudiar el Sistema Solar exterior y el medio interestelar.
Según datos de la NASA, actualmente se ubica a unos 18 mil millones de kilómetros del Sol y se mueve a una velocidad cercana a los 17 kilómetros por segundo.
En todo este tiempo, junto a su hermana Voyager 2, han explorado los planetas gigantes Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, al igual que 48 de sus lunas.
Su misión extendida es la de localizar y estudiar los límites del sistema solar, incluyendo el cinturón de Kuiper y más allá, así como explorar el espacio interestelar inmediato, hasta el fin de la misión.
Pero eso no es todo, ya que en su interior contiene un saludo para cualquier vida extraterrestre con la que puedan toparse, un disco de cobre de 12 pulgadas laminado en oro que posee imágenes y sonidos de la vida en la Tierra y un disco fonográfico.
La primera sección de audio contiene un saludo en inglés de la entonces Secretaría General de la ONU, mientras que la segunda sección de audio contiene saludos en 55 idiomas, incluyendo el español.
Cabe destacar que en junio de 2012, la sonda espacial alcanzó el límite del Sistema Solar. Con ello, amplió su récord de ser el objeto construido por el hombre que más lejos ha llegado en el Espacio.
Según la agencia espacial estadounidense, la nave envía datos a nuestro planeta que muestran un marcado aumento en las partículas cargadas que se originan por sobre el Sistema Solar.
A una distancia de 141 unidades astronómicas del Sol, en junio de 2018, no sólo es la nave espacial más alejada de la Tierra sino que también es la única en el espacio interestelar, pero aún sin salir del sistema solar.
De hecho, aún le restan unos 17.700 años aproximadamente para salir a la nube de Oort, nube esférica de objetos transneptunianos que se encuentra en los límites del sistema solar, casi a un año luz del Sol.
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