La principal herramienta de las redes sociales, y su poder, son las imágenes. Son medios que solemos disfrutar con una lectura en diagonal, con una cantidad de información desbordante, así que el contenido multimedia más destacado es el que nos hará echar el ancla en algún punto concreto de la infinita línea de actualizaciones que se nos presenta.
La realidad es que cada red social tiene sus formatos y proporciones, conocerlos nos ayudará a ser más certeros con la subida de nuestras imágenes, especialmente en el caso de que realicemos fotografía con cámaras que tengan mucha resolución, como las reflex o compactas, y no tengan mecanismos para adaptarse a la red, como podría hacer un teléfono móvil.
También debemos ser conscientes de que las redes y aplicaciones asociadas no paran de actualizarse, cada cierto tiempo se van mejorando las resoluciones permitidas. Pero a día de hoy hay diferentes proporciones y tamaños que deberíamos cuidar, diferenciando entre imágenes para perfil y aquellas que rellenan nuestro muro.
En este artículo vamos a centrarnos en las tres principales redes en las que se comparten imágenes: Instagram, Twitter y Facebook:
Instagram es la reina de las imágenes, nació para compartirlas y aunque a día de hoy se pueden hacer muchas cosas con ella, sigue siendo su principal cometido.
1. Un perfil adecuado
Antes de entrar a ver los diferentes modos que podemos desarrollar en Instagram, tenemos que cuidar nuestra imagen, tener un perfil decente. Mucha gente no tiene optimizada una imagen con una calidad adecuada, por lo que recomendamos tener en cuenta dos datos: el aspecto es completamente cuadrado (1:1) y la resolución es de únicamente 320×320 píxeles.
Una vez elegida una imagen que se adapte a estos dos puntos tenemos que saber que va a ser recortada para quedar dentro de una ventana circular, así que lo realmente importante de nuestro perfil tiene que quedar en el centro.
2. La imagen original, cuadrada
Sí, con imágenes cuadradas se estrenó Instagram y es una seña de identidad del servicio, aunque es posible introducir todo tipo de formatos, vamos a centrarnos en esta particular proporción (1:1).
La resolución máxima que vamos a trabajar en este modo es 1.080×1.080 píxeles, todo lo que sea mayor será recortado, y si es menor estamos perdiendo calidad. De hecho el sistema internamente puede guardar imágenes de hasta 2.048×2.048 píxeles, podemos optar por esta opción si queremos que en un futuro nuestras imágenes sean visualizadas con más calidad. La idea de que todas las imágenes sean cuadradas es obvia, el panel de Instagram muestra una pequeña previsualización de todas nuestras tomas.
Dicho sea de paso este es el único formato posible cuando decidimos hacer un “carrusel” de fotos, es decir, hacer una recopilación de imágenes dentro de un mismo post de Instagram. Todas deben ser cuadradas, o serán recortadas.
3. Imágenes horizontales
Las imágenes que son más anchas que altas, muy utilizadas en paisajes, tienen un problema en la interfaz de Instagram, más adaptada a mostrar cuadrados o fotos verticales. En el time-line de la red quedan más pequeñas y por lo tanto menos visibles.
Por esto tenemos una resolución máxima un poco limitada, que es de 1.080×566 píxeles (1.91:1), es a la que debemos adaptarnos si queremos una calidad decente.
4. Imágenes verticales
Mucho mejor si nuestra imagen es más alta que ancha, como la pantalla de nuestro teléfono. Este tipo de imágenes la podemos relacionar con los retratos. La resolución ideal aquí para nuestras imágenes es de 1.080×1.350 píxeles (4:5). Obviamente, cuando se muestran en el panel de Instagram, se recortan para forma un cuadrado. Pero al verlas de forma completa son las que mejor aprovechan nuestra pantalla.
5. ¿Qué pasa con las stories?
Las Stories son algo así como una nueva forma efímera de contar cosas, de tener un perfil más dinámico. Pero ahí también hay lugar para fotos y vídeos, y además se utiliza toda la pantalla para poder mostrarlos. La resolución máxima que debemos tener en cuenta para este tipo de contenidos es de 1.080×1.920 píxeles (9:16).
Cambiamos de tercio para conocer cómo funciona Twitter en lo que respecta a imágenes. Una red social más general, en la que la imagen es un elemento más pero no el protagonista.
1. Un perfil y una cabecera
Como en toda red social es necesario que nos identifiquemos con calidad, tenemos que tener una imagen de perfil decente y en el caso de Twitter, también una cabecera. En el caso del perfil podemos elegir una imagen de hasta 400×400 píxeles, en cuanto al encabezado, la imagen que podemos crear es de 1.500×500 píxeles.
2. Imágenes en la red
En la línea de actualizaciones de Twitter las imágenes deben moverse entre un mínimo de 440×220 píxeles a un máximo de 1.024×512 píxeles. El tamaño máximo es de 5MB, y si lo que usamos es un GIF, no más de 3MB.
A la hora de mostrar las imágenes debemos de tener en cuenta que hay una previsualización en el timeline, y una vista completa al pulsar sobre la imagen. Cuando se trata de un grupo de imágenes – hasta cuatro – se nos presentarán recortadas en formato cuadrado, pero se abrirán completamente al pulsar sobre ellas.
1. Un perfil y una cabecera
Una buena imagen te representa en redes, en el caso de Facebook tiene que ser una en formato cuadrado con 180×180 píxeles de tamaño. Aquí ademas tenemos por un encima una imagen “cover” que es bastante más grande – 820×312 píxeles – y nos da más libertad para ser creativos y mostrar lo que somos o nos gusta.
2. Imágenes en la red
¿Cómo deben ser las imágenes del timeline? Pues la resolución ideal para subir es de 1.200 x 630 píxeles, aunque si trabajamos con los álbumes el tamaño máximo puede llegar a 2.048×2.048 píxeles.
¿Cómo adaptar nuestras imágenes?
Como habéis podido comprobar las redes sociales más conocidas muestran con calidad las imágenes pero no están pensadas para subirlas a la resolución que las toma nuestra cámara, tampoco a la proporción ideal. Afortunadamente las redes cuentan con aplicaciones integradas que te permiten hacer los recortes al tiempo que actualizan el peso de las mismas para que puedan navegar por la red.
Si tu eres de los que prefieres controlar este proceso, hay muchas aplicaciones – desde profesionales a gratuitas – que te permiten editar y procesar lo que vayas a compartir. Desde Photoshop a Lightroom, pasando por Affinity Photo o GIMP, tenemos mil opciones en el ordenador. Si vas a trabajar las imágenes directamente en el móvil, no olvides nombres como Snapseed, VSCO o Afterlight.
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