Pasar página, como estilo de afrontamiento, no es sencillo. Por eso, quizás es una estrategia que aplicamos con menos frecuencia de la que nos conviene. Pero, ¿dónde está su dificultad? ¿Qué beneficios podemos obtener al aplicarla?
A menudo, tomamos decisiones y nadie nos garantiza que las opciones elegidas sean las mejores. Conocemos cierta información de entrada o input – tal y como describe la teoría de la información – y, con ella, nos hacemos una idea o representación que servirá de base para nuestra decisión.
El proceso de toma de decisiones es inherente al conocimiento de información y tiene como resultado una información de salida o output -una información nueva, como las conclusiones, que influyen o son imprescindibles en la toma de decisiones-.
Por otra parte, en el contexto de tomar decisiones que implican despedidas, muchas veces y no para nuestro beneficio, alargamos la toma de decisión, ya sea por la implicación que tengamos, la percepción de lo que nos pertenece o porque creamos es lo necesario. Y sin embargo, todas estas creencias y reafirmaciones pueden no ser tan importantes como lo es pasar página.
En ese intento de encontrar una opción mejor, podemos perder tiempo y energía. Por ello, a veces más importante que las propias páginas, es pasar página.
Da igual la importancia que tenga clarificar una página, corregir algunos de sus aspectos o reecribirla con otros matices que marcan la diferencia. Da igual que consideremos que sea relevante o incluso necesario. Pasar página es un tipo de afrontamiento que dispone al cambio.
¿Y cómo se hace?
Evidentemente, algo complejo no se puede resumir en pasos simples. Pero sí que es sencillo, y sin embargo puede costar, ubicar cada emoción en su lugar. Describirla, nombrarla o darle un nombre son técnicas que se usan en las terapias de tercera generación como la terapia narrativa, la arteterapia o el mindfulnes.
Reconocer cada emoción, en cada una de esas páginas, es necesario e importante para avanzar. También puede suceder, que antes de pasar página queramos considerar algunos elementos, pero recuerda siempre que más importante que eso, será pasar página.
Pasar página, no es un cambio brusco ni tampoco significa que tenga que ser un proceso largo, lento o tedioso. Se trata de integrar las emociones a cada espacio libre o cubierto.
Pasar página, por lo general, va acompañado de unos principios y unos valores que son congruentes a las decisiones que se toman. Sin embargo, es fácil que personas se precipiten en pasar página y luego quieran volver a las páginas anteriores.
Es posible renombrando, identificando los porqués y razonando cada emoción. La deconstrucción es una técnica propia de la terapia narrativa, que permite que nos demos cuenta de aspectos negados o que no hemos podido ver con claridad y se han presentado.
Así mismo, la terapia emotiva racional –TREC– también puede ayudar a cuestionar algunas decisiones implementadas. El interrogatorio socrático puede ser usado para buscar pensamientos en muchos sentidos y para muchos propósitos, incluyendo: explorar ideas complejas, alcanzar la verdad de las cosas, explorar cuestiones y problemas, desmontar supuestos, analizar conceptos, distinguir lo que sabemos de lo que no sabemos, seguir hasta el final implicaciones lógicas de los pensamientos o controlar el debate
Por eso, es importante la claridad o discernimiento. Cuanto más alta sea esta, más se verá necesario pasar página. Y aquí sí, los principios que acompañarán a la decisión de pasar página, son los que nos guíen en nuestras decisiones, enfocadas a mejorar no sólo en un problema específico, sino también a nivel personal.
Pasar página, un afrontamiento centrado en el problema
Pasar página es mucho más que un compendio de actitudes y decisiones que se toman ante una situación determinada; es un estilo de afrontamiento que se puede adoptar para resolver un problema.
Sin embargo, el proceso de pasar páginas abarca dos puntos de vista distantes que marcarán la diferencia entre un afrontamiento positivo de uno negativo.
Las estrategias de afrontamiento se contemplan como:
- Estilo cognitivo. Modo habitual de procesar la información y de utilizar los recursos cognitivos (la percepción, la memoria, el procesamiento…). El estilo cognitivo puede variar en función de cada personalidad.
- Estado o proceso dependiente de la situación. Un estado que analiza las estrategias o acciones llevadas a cabo por una persona en diferentes situaciones.
De la misma manera esas estrategias o acciones que llevamos a cabo se pueden clasificar en:
- Con orientación al problema: la persona se centra en hacer frente a la situación, buscando soluciones al problema. Hay una búsqueda deseada de solución, de recomposición del equilibrio, roto por la presencia de la situación estresante.
- Con orientación en la emoción: la persona busca la regulación de las consecuencias emocionales como estrategia de afrontamiento.
Así, pasar página es una estrategia positiva siempre que esté enfocada a la superación del problema y no por una retroalimentación emocional.
Por eso, es importante ser cautelosos cuando tomamos medidas de afrontamiento. En algunas ocasiones, podríamos pensar que estamos adoptando un estilo de afrontamiento enfocado en el problema, cuando en realidad estamos realizando un tipo de afrontamiento evitativo.
Algunas personas tienen mayor facilidad para adoptar este estilo de afrontamiento proactivo, mientras que otras pueden verlo como una cuenta de pendiente pronunciada. Sin embargo, pasar página desde la reflexión y el cocimiento siempre es positivo, ya que nos permite avanzar y adquirir mayor fortaleza en el sistema de afrontamiento.
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