Los síntomas físicos de la depresión son un modo en que nuestro cerebro nos avisa de algo que no va bien. Este trastorno complejo no solo altera el ánimo y los pensamientos. Si hay algo habitual es el claro impacto que tiene sobre nuestro cuerpo, trayéndonos dolor, fatiga, inflamaciones, problemas del sueño, etc. Pocas condiciones alteran de forma tan intensa toda nuestra persona.
El dolor mental existe y es el auténtico responsable de muchas de nuestras enfermedades físicas. Sin embargo, nos resulta más fácil decir aquello de me duele la espalda, la cabeza o el estómago a decir en voz alta algo tan dramático como “me duele la vida”. Porque si hay algo que sí sabemos es que nuestra realidad es a menudo altamente dolorosa.
Los fracasos, las pérdidas, las decepciones, el no saber qué hacer o cómo reaccionar ante algo trae sufrimiento. Aún más, es común experimentar una profunda angustia emocional sin forma y sin origen concreto, un malestar persistente al que no sabemos darle explicación o un desencadenante específico. La depresión, como vemos, tiene mil formas y tantos relieves que como si de una huella dactilar se tratara. No hay dos igual.
Abunda por ejemplo esa combinación tan desgastante donde la ansiedad se entremezcla con la depresión. Ahí donde los pacientes suelen definir este estado como estar asustado y tremendamente cansado al mismo tiempo. Como querer estar solo y temer a la soledad a la vez. Como tener ganas de escapar y sentirse paralizado al mismo tiempo.
Vivir con depresión o cualquier otro trastorno no es fácil para nadie. Sin embargo profundizar en la anatomía de estas condiciones es muy necesario para comprender mejor a qué nos estamos enfrentando.
“Si conoces a alguien con depresión no le preguntes nunca por qué esta así. La depresión no tiene explicación, no hay respuestas, no hay nada que tú hayas hecho mal y por lo que tengas que justificarte ante los demás. La depresión es como el clima”.
-Stephen Fry-
Síntomas físicos de la depresión (el cuerpo dolorido)
La depresión duele. Podríamos definirla de muchas formas: un estado paralizante, pensamientos negativos e incluso dañinos, angustia, miedo, tristeza, apatía, desánimo… Sin embargo no es común escuchar en boca de nadie esa definición donde se nos revela que la depresión es por encima de todo sentir dolor, ahí donde el sufrimiento físico (además del emocional) es real.
Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de medicina de Texas en el 2004 avalan esta misma información: los síntomas físicos son comunes en la depresióny, de hecho, toda esta sintomatología se evidencia mediante el dolor o con alguna alteración orgánica.
Tanto es así que tal y como nos revela el doctor Madhukar H. Trivedi, responsable de este trabajo, gran parte de los pacientes acuden a sus centros de atención primaria por ese dolor de cabeza, ese dolor de espalda o esos problemas del sueño o digestivos sin saber que todas esas experiencias son los síntomas físicos de la depresión. Veamos seguidamente cuáles son esos síntomas más recurrentes.
Cansancio, sensación de pesadez y dolor general
Todo pesa, todo duele, el cuerpo se vuelve lento y es como vivir en el interior de una opresiva escafandra. Este es sin duda una de las características que experimentan gran parte de las personas con un trastorno depresivo.
Asimismo, tal y como nos explica en un estudio el doctor Steven Targum, director de Hospital de Boston, las personas deprimidas ni siquiera se benefician de un sueño reparador. Aunque duerman 12 horas se seguirán sintiendo agotadas.
Dolor de espalda
Si tuviéramos que hablar de un dolor clásico asociado a la depresión estaría sin duda el dolor de espalda. Esta molestia supera incluso a las cefaleas. Si nos preguntamos ahora el por qué de esta relación, podemos remitirnos a un estudio de la Universidad de Emory llevado a cabo en el 2016. Estas son las conclusiones:
- Hay un vínculo entre las vías inflamatorias y los neurocircuitos del cerebro cuando este experimenta sensación de alarma, miedo o angustia.
- Se produce una reacción, un debilitamiento del sistema inmunitario y una respuesta inflamatoria que se localiza sobre todo en la columna vertebral, en los nervios y vértebras de la espalda.
Mayor sensibilidad al dolor
Otro de los síntomas físicos de la depresión es nuestro umbral del dolor. De prontotodo resulta doloroso, un roce, un golpe leve, los cambios de temperatura, distintos tipos de ropa... La piel y nuestros receptores son más sensibles y sufrimos más.
Problemas digestivos
Con la depresión suelen cursar de forma frecuente todo tipo de alteraciones digestivas:
- Calambres.
- Digestiones lentas.
- Colon irritable.
- Dolor de estómago.
- Sensación de llenura…
Tal y como nos indica un trabajo de la Universidad de Harvard, no podemos olvidar que existe una íntima relación entre nuestro cerebro y el sistema digestivo. Factores como el estrés, la ansiedad, los miedos, las angustias y las tristezas provocan una serie de alteraciones que parten desde el esófago hasta el colon.
Problemas oculares
Este dato es curioso. Otro de los síntomas físicos de la depresión es la percepción del contraste. Se trata de una pequeña disfunción en la vista donde a la persona le cuesta focalizar las cosas, las ve no solo más borrosas, sino que experimenta además una pequeña dificultad para diferenciar el blanco y el negro.
Estudios como el realizado por la Universidad de Harvard nos indican que cuando alguien está deprimido, el mundo es más monocromo y abundan ante todo los colores azules y grises. Se trata de un dato muy llamativo en el que coinciden muchos pacientes que sufren esta condición psicológica.
Para concluir, tal y como hemos podido apreciar los síntomas físicos de la depresión son múltiples. No obstante, recordemos que esta serie de molestias o particularidades deben acompañarse por una serie de alteraciones emocionales y cognitivas para poder conformar el cuadro clínico de una depresión.
La tipología y el modo de afrontarla será algo que decidirá un profesional. Recordemos a su vez que sea cual sea el tipo de depresión que padezcamos todas son tratables. En el momento que se experimente una mejoría la mayor parte de estos síntomas físicos desaparecerán. Cuando nuestra mente está en calma el cuerpo deja de gritar para dejarse llevar en sintonía con nuestro bienestar emocional.
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