Mucho anunciarse pero aún no habíamos visto fotos reales ni una comparativa directa entre la Xbox One S y la Xbox One, donde el nuevo modelo de la consola de Microsoft alardea de ser un 40 por ciento más pequeña que su predecesora, algo bastante significativo si tenemos en cuenta que la propia fuente de alimentación está ya embutida dentro del chasis además de permitir la instalación de un disco duro de hasta 2 TB de capacidad.
Si esperabas más, eso es lo que hay, la Xbox One S es la rumoreada Xbox Slim, una consola más eficiente que aprovecha su menor consumo para disminuir el sistema de refrigeración y el chasis que esconde el hardware. Más allá de los estético, gana la capacidad de reproducir contenido 4K y el mando sufre un leve rediseño. Para encontrarnos con las prometidas mejoras de rendimiento (a todo esto, ¿dónde está el poder de la Nube?) tendremos que esperar al próximo año, que será cuando llegue una nueva consola Xbox por ahora conocida como Project Scorpio. que promete ser más potente que la PlayStation 4 Neo. Recuerda que la One S llegará a finales de agosto por 299 euros (500GB) y 349 euros (1TB).
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