¿ES REALMENTE DAÑINO EL CIGARRILLO ELECTRICO?

Debido a su popularización gracias, en parte, a los anuncios televisivos, este dispositivo cuenta cada vez con más detractores. 

Los informes y noticias advirtiendo de los peligros del cigarro electrónico se multiplican en Internet y se mezclan con otras informaciones que aseguran que es totalmente inofensivo. Estudios financiados por las farmacétuticas que venden productos para dejar de fumar y ven en el cigarro electrónico a un serio rival compiten en la red con la publicidad engañosa de los vendedores de este dispositivo. Al final, sin una información concluyente, los usuarios conservan las mismas dudas: ¿es malo para la salud el cigarrillo electrónico?. 



Los líquidos que se emplean en los cigarros electrónicos habitualmente están compuestos por cuatro sustancias: Propilenglicol o Glicerina vegetal (a veces una mezcla de ambas), agua destilada, saborizantes alimenticios y, -dependiendo de la decisión del consumidor- nicotina. En principio, salvo la nicotina, ninguno de sus otros componentes es dañino para el organismo humano, las dudas vienen por el modo en que se ingieren estas sustancias a través del cigarrillo electrónico -inhalación- y las sustancias -denominadas "subproductos"- que podrían formarse al convertirse este líquidos en estado gaseoso. 

Según explica Julián Jiménez Reinosa, Doctor en Química e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, “Hay que resaltar que en un cigarrillo habitual también existe glicerina y propilenglicol a modo de humectantes, al igual que en un cigarrillo electrónico. En los cigarrillos habituales se ha observado que la adición de estas sustancias no aumenta los riesgos que el propio humo de tabaco genera, que ya de por sí son altos como sí se ha podido demostrar científicamente. Según las fuentes de información, puede haber desde 300 hasta 1100 componentes en las distintas marcas de cigarrillos. Ahora bien, uno de los motivos por los que el humo es fuertemente nocivo se debe a la formación de nuevas especies tras la combustión de las sustancias presentes en el cigarrillo”. 

Vaporización, no combustión 

Llegados a este punto, es importante destacar que durante el proceso por el cual el líquido del cigarro electrónicon se convierte en vapor, se produce una vaporización, no una combustión -cosa que sí ocurre con los cigarros convencionales- lo que supone una diferencia en las nuevas sustancias que se puedan generar. 

“En el caso de un cigarrillo electrónico no tiene lugar la reacción de combustión, si no teóricamente un cambio de estado a vapor, vaporización. En este caso, las fichas de seguridad de ambos compuestos -el propilenglicol y la glicerina vegetal- nos indican que, como tales, provocan irritación mareos y vómitos cuando son inhalados”, explica el científico. 

Otro elemento que podría ser dañino es la nicotina que contienen los líquidos del cigarro electrónico, aunque hay que recordar que también existen líquidos sin nicotina, y que el consumo de esta es estrictamente una decisión de cada usuario. 

No obstante, la nicotina es lo que hace a las personas adictas al tabaco pero no es esta sustancia la que provoca el cáncer. Sí existen estudios sin embargo que indican que la nicotina puede ayudar al crecimiento de los tumores, aunque todavía se desconoce si estos resultados también se pueden aplicar a los seres humanos. 

La nicotina también tiene efectos sobre el Sistema Nervioso Central. Un informe holandés demostraba la relación entre el estrés oxidativo que causa la nicotina, el endurecimiento de las arterias y el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer para las personas portadoras del gen. 
Los científicos estudiaron el modo en que la nicotina podría provocar riesgo de padecer Alzheimer. Hallaron que aunque la nicotina no aumentaba el riesgo entre los que tenían el gen de la enfermedad de Alzheimer, sí lo incrementaba en las personas que no portaban el gen. Los fumadores actuales que no tenían el gen eran un 70% más propensos a desarrollar la enfermedad de Alzheimer que los no fumadores o exf umadores que no eran portadores del gen. 

Respecto al agua destilada y los saborizantes alimenticios son dos sustancias generalmente seguras para la salud humana. J.J. Reinosa asegura que ”El agua destilada no supone problema alguno en la inhalación, simplemente es agua con una cantidad de iones muy baja. En cuanto a los saborizantes alimenticios, se ha encontrado algún artículo científico donde han encontrado que pueden causar problemas de salud por su inhalación mediante el empleo de cigarrillos electrónicos” No obstante puntualiza, “de todas formas son casos puntuales en los que la solución es cambiar el tipo de saborizante por otros que se ha demostrado previamente que son inocuos”. Para apoyar esta afirmación, Reinosa cita un estudio de 2013 que analizaba las sustancias tóxicas que podrían contener los saborizantes que se emplean en la fabricación de líquidos para el cigarro electrónico. 

¿Un informe dudoso de la FDA? 

Muchas de las informaciones que advierten de las graves consecuencias de utilizar un cigarro electrónico se basan en un informe de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) publicado en 2009. 

En él, la FDA analizó 18 muestras y aseguró haber encontrado sustancias cancérigenas en la mitad de las muestras de cigarrillos electrónicos y la presencia residual de dietilenglicol -un 1%- en una de ellas. 

Ningún estudio desde entonces ha detectado dietilenglicol en ninguno de los líquidos que se emplean para fumar el cigarro electrónico, lo que -sumado al hecho de que la presencia de esta sustancia fuera tan sólo de un 1%- sugiere que los resultados del estudio del FDA pudieron estar contaminados. 
La FDA alertaba también en este informe sobre las nitrosaminas, un compuesto orgánico que puede causar cáncer. Aunque es cierto que esta sustancia se encuentra en los cigarrillos electrónicos, un estudio de la Universidad de Boston que comparaba la cantidad de nitrosaminas en diversos artículos con nicotina, concluyó que la cantidad que contiene un cigarro electrónico es de un 8,18 ng/g (similar a la de los parches de nicotina que se utilizan para dejar de fumar, que contienen 8 ng/g), frente a 6260 ng/g de un cigarro de Marlboro. 

Las nitrosaminas se encuentran en muchos alimentos: cerveza, pescado, carne, queso… Por ello, los estados establecen límites a la cantidad que puede encontrarse en estos productos, la cantidad de nitrosaminas encontradas en los cigarrillos electrónicos se encuentra, aproximadamente 250 veces por debajo de los niveles aceptados como “seguros”, aunque siempre dependerá de la formulación concreta del líquido, motivo por el cual es importante utilizar siempre productos que hayan pasado todos los controles de calidad. 

El cigarro electrónico es un dispositivo que tiene tan sólo unos pocos años de vida, por lo que es normal que los investigadores muestren sus dudas, ya que a falta de suficientes estudios, sus efectos dañinos no están descartados, pero tampoco demostrados. Lo que sí parece evidente a tenor de los estudios científicos es que sus riesgos para la salud son mucho menores que los de un cigarro convencional. 




Fuente: ¿Es realmente dañino el cigarro electrónico?