Según la ciencia, la forma en que respiramos afecta nuestros pensamientos y sentimientos.
Respirar es lo que nos mantiene vivos, permitiendo la entrada de oxígeno al organismo y la salida de dióxido de carbono.
Pero un nuevo estudio de la Universidad de Northwestern y publicado en The Journal of Neuroscience sugiere que la respiración afecta la manera en la que pensamos y sentimos.
Los investigadores descubrieron que el ritmo de la respiración crea actividad eléctrica en el cerebro humano y el efecto que tiene depende de si usamos la boca o la nariz para respirar y si estamos inhalando o exhalando.
Cerebro y respiración
Los investigadores de la Universidad de Northwestern buscaron analizar el vínculo entre la actividad cerebral y la respiración. Para ello, analizaron datos de las electroencefalografía de siete pacientes con epilepsia.
Los pacientes tenían electrodos implantados en sus cerebros antes de la cirugía para averiguar el origen de sus convulsiones, pero los datos también mostraron que su actividad cerebral parecía variar en sincronía con la respiración.
La actividad se observó en tres áreas del cerebro, la corteza piriforme que procesa los olores, el hipocampo que controla la memoria y la amígdala ligada al procesamiento emocional.
Primeros hallazgos
Con ese análisis, los investigadores descubrieron que hay una diferencia notoria en la actividad cerebral en la amígdala y el hipocampo durante la inhalación cuando se lo compara con la exhalación.
La neuróloga líder del estudio, Christina Zelano, reveló que al respirar estimulamos neuronas en la corteza olfativa, amígdala e hipocampo mediante el sistema límbico.
Pero también encontraron que la estimulación estaba limitada a cuando los pacientes inhalaban y cuando respiraban por la nariz y no por la boca.
Estudio de comportamiento
Para obtener más información, los investigadores reclutaron a 70 participantes sanos de entre 18 y 30 años para un experimento de comportamiento.
En la prueba, se le pedía a los participantes que tomaran decisiones rápidas para determinar si las imágenes de caras mostradas, en solo una fracción de segundo, expresaban temor o sorpresa.
El estudio se realizó para observar como la amígdala se veía afectada por los diferentes tipos de respiración, dado que la amígdala interviene en la interpretación de las expresiones faciales.
Los resultados de estudio de comportamiento sugieren que los participantes fueron una fracción de segundo más rápidos para reconocer rostros temerosos durante la inhalación, pero solo cuando respiran por la nariz. Y no demostraron tener ninguna ventaja al reconocer rostros sorprendidos.
Análisis del hipocampo
Hipocampo
Los investigadores realizaron una prueba de memoria a 42 participantes para medir la actividad en el hipocampo.
Se le mostraron imágenes de objetos en la pantalla de una computadora, y luego se les pidió que los recordaran.
La prueba reveló que el grupo pudo recordar mejor los objetos cuando estaban inhalando en vez de exhalando. Recordaron los objetos con un 5 % más precisión al inhalar por la nariz.
A raíz de esto, y por más que se necesita realizar más pruebas a muestras más grandes, para los investigadores, las funciones cognitivas podrían estar impulsadas por la inhalación cuando estamos en situaciones peligrosas.
En estado de pánico, nuestro ritmo respiratorio aumenta, y gastamos más tiempo inhalando que cuando estamos calmados. Los investigadores concluyen que la respuesta innata de nuestro cuerpo al miedo con una respiración más rápida podría tener un impacto positivo en la función cerebral, generando tiempos de respuesta más rápidos a estímulos peligrosos.
Si bien queda mucho más para concluir con certeza, la investigación parece indicar que el ritmo de nuestra respiración afecta al miedo y a nuestra memoria. Así que no dudes en inhalar por la nariz para estimular el cerebro e impulsar la memoria.
Fuente: Según la ciencia, la forma en que respiramos afecta nuestros pensamientos y sentimientos
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