La psicoterapia o el psicoanálisis sirven para detectar de dónde vienen los problemas psicológicos de las personas. Muchas de las veces los psicólogos y psicoanalistas descubren que tienen que ver con traumas.
La psicoterapia o el psicoanálisis sirven para detectar de dónde vienen los problemas psicológicos de las personas. Muchas de las veces los psicólogos y psicoanalistas descubren que tienen que ver con traumas.
Depresión, ansiedad y poca autoestima
Existen padres que quieren saber hasta el último detalle de la vida social de sus hijos. El control en exceso en los niños provoca trastornos que se reflejan en su vida adulta. Como por ejemplo no poder tomar ninguna decisión importante sin antes llamar a los padres.
Adicciones
Si los padres demuestran a sus hijos que la vida antes de que llegaran era mejor, el niño se puede sentir culpable. Esto lo va a llevar a desarrollar una conducta auto destructiva como consumir drogas o alcohol.
Incapacidad de descansar o estar sereno
“Sé más serio“, ”No hagas tonterías“, “No te portes como niño”, ”Es hora de que seas más inteligente”, son frases culpables de que un hijo, cuando sea adulto, sea una persona incapaz de relajarse en su totalidad.
Poca estima y ganas de ser como los demás
Si los padres se la pasan comparando a sus hijos con otros niños o diciéndoles que deberían comportarse como otros niños, es muy probable que los pequeños desarrollen una forma de ser donde se critiquen ellos mismos. Cosa que lleva, indudablemente, a tener el autoestima baja y a estar inconforme con su personalidad.
Problemas con la vida personal
“¡No confíes en nadie!“, ”Todos mienten“, “Solo yo sé qué es lo mejor”, se puede traducir en un comportamiento asocial en el que desconfía de todas las demás personas. Al crecer, el niño tendrá serios problemas de confianza y no creerá ni en su pareja.
La psicoterapia o el psicoanálisis sirven para detectar de dónde vienen los problemas psicológicos de las personas. Muchas de las veces los psicólogos y psicoanalistas descubren que tienen que ver con traumas.
La necesidad de tener una pareja que lo cuide como sus padres
“¡Aún eres demasiado pequeño para esto!” hará pensar al niño que siempre será pequeño. Por lo que, al crecer, le va a costar conseguir a una pareja porque querrá que cumplan las funciones que fungían sus padres.
Falta de iniciativa, sin creatividad
“¡No te creas tan inteligente!“, ”¡Deja de soñar!“, “¿Por qué no eres como todos?”, son frases que coartan la libertad creativa del pequeño. De manera que después de estos regaños no le quedarán ganas de inventar, de ser creativo, de ser líder.
Aislamiento
Si los adultos no demuestran el cariño que le tienen a su hijo, o son muy parcos en general con el trato hacia él, poco a poco el niño va a dejar de tener sentimientos creyendo que son malos. Frases como “¡No llores!“, ”No pasa nada, no duele tanto“, “Aguanta, deja de llorar, ¡eres un hombre”, pueden detonar esta conducta.
Sentimiento de culpa
Cuando los padres le dicen a sus hijos que gracias a los sacrificios que ellos hicieron cuando eran jóvenes es que tienen todo lo que tienen ahorita, los niños van a entender que ellos tienen la culpa de lo que les sucedió a sus papás en tiempos pasados. Por eso, cuando los presionan para que saquen buenas calificaciones se van a sentir estresados por la culpa.
Inutilidad
Finalmente, existe un tipo de padres que sobreprotegen a sus hijos y no los dejan hacer nada. “¡No toques al gato, te va a rasguñar!“, ”¡No levantes tu mochila, yo la llevo!“, “No te sientes en la orilla de la silla, te vas a caer!”, el resultado de estas frases es un niño completamente inseguro, miedoso e incapaz de llevar a cabo tareas por sí mismo. Crecerá siendo una persona a la que le darán ataques de pánico al querer tomar una decisión por sí solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario