viernes, 26 de octubre de 2018

LOS NIÑOS NECESITAN SER FELICES, NO SER PERFECTOS




Todo niño es distinto, aunque reciban la misma educación; nunca serán iguales, cada niño tiene necesidades específicas y una personalidad que los hace únicos

Y en ocasiones, en nuestro afán de querer imponerles nuestros modelos o ideas cometemos el terrible error de compararlos con otros niños. Esto puede provocar en ellos una autoestima baja además de miedos e inseguridades. 

Todas estas inseguridades pueden interferir en que desarrollen grandes habilidades y aprendizajes, debido al temor de no cumplir con las expectativas de los adultos que lo rodean, en esta sociedad donde parece que nada es suficiente, donde pensamos que si no ponemos el mayor de nuestros esfuerzos nos quedaremos relegados y día a día hay nuevos y mayores adelantos. 



Hiperpaternidad 

Es por eso que cada vez más padres modernos asumen la Hiperpaternidad, donde no se desea que nada lastime a los hijos, los pequeños son defendidos a toda costa, se desea que el niño esté preparado para la vida pero en un sentido muy restringido ya que solo se desea que sean LOS MEJORES, sin contar que con ello frenan su autonomía para, sin saberlo, generando así más miedos y temores que en cualquier otra generación. Y lo peor de todo es creer que todo es “por su bien”. 

 

El mayor problema de este tipo de educación es que se produce en los pequeños una presión innecesaria que al final les roba su infancia y da paso a adultos emocionalmente rotos. 

Bajo la presión ejercida, los niños suelen ser obedientes y alcanzar los resultados esperados por los padres, pero a largo plazo suelen perder autonomía como ya se mencionó, y así no lograr un éxito real.

Mayor atención en el resultado que en el esfuerzo 

Cuando los padres centran más su atención en el resultado que en el esfuerzo que el niño pone ante una tarea, el niño pierde la motivación intrínseca porque comprende que importa más el resultado que el camino que lo ha llevado a ello, eso generará niños tramposos y con múltiples inseguridades. 

Otros de los grandes inconvenientes es que los niños siembran desde temprana edad en sus mentes la semilla del temor al fracaso que acaban siendo mediocres precisamente por ese temor de no lograr lo que se propone. 

Los niños no necesitan ser los mejores, solo deben ser felices. Por ello solo debes asegurarte de que tu hijo sepa: 

  • Que es amado sobre todas las cosas, en todo tiempo y sin importar los errores que pueda cometer.
  • Que siempre lo apoyarás y lo protegerás.
  • Que puede jugar, fantasear y hacer cosas de niños.
  • Que puede elegir hacer lo que más le gusta, lo que más le apasiona no importa si a ti como padre te parece algo tonto.
  • Que es una persona maravillosa, especial y única en el mundo, así como muchos otros niños.
  • Que merece respeto pero que de igual modo debe otorgar respeto a otros.

 
Por todo lo anterior, trata de ser un padre que siempre esté presente, que le brinde un espacio de autonomía, que permita que se relacione con otros niños y que al mismo tiempo y de manera amorosa, establezca límites claros en su crianza. 

Siempre demos el valor que merece nuestro hijo en su personalidad, gustos y pasiones, motivemos su crecimiento personal día a día, no porque anhelamos que sea igual a otros, sino para que sea mejor que él mismo. 

Fuente: Articulosbebes.top

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