“Desde los 45 grados el cielo arderá, y el fuego que descienda de él se aproximará a la gran Ciudad Nueva. En un instante se alzará una gran llamarada que les someterá a la prueba extrema. Dos grandes rocas rodarán una sobre la otra como si fueran un molino, y los ríos se volverán rojos”.
-Nostradamus
Desde tiempos inmemorables el fin del mundo nos ha rondado. Grandes plagas que limpian al mundo de nuestros pecados, la ira de los dioses descendiendo en forma de catástrofes naturales y más han atormentado al hombre por siglos. La edad moderna trajo una revolución tecnológica que permitió la creación de inventos capaces de replicar o superar las devastaciones que nuestros antepasados imaginaron, aunque eso ha traído nuevos miedos. Claro, la naturaleza aún puede descargar su furia sobre nosotros y matarnos, incluso existe la posibilidad de que un meteorito impacte con la tierra y nuestro destino sea similar al de los dinosaurios, pero la capacidad de autodestrucción del ser humano vive más que nunca.
La tecnología moderna supera el entendimiento de la mayoría de la población, y quienes continúan mejorando e inventando esta tecnología son personas cuya curiosidad los lleva a los limites. Existe una delgada línea entre la prueba y el error, la cual ya se ha cruzado y las consecuencias han probado ser totalmente pesimistas. Quizá la prueba más contundente es lo que sucedió en Chernóbil en 1986, cuando un reactor nuclear falló, afectando la vida de miles de personas para siempre. El hombre, siempre curioso y orgulloso vivió una situación similar en Japón en 2011. Nuestro planeta está en peligro constante y los únicos culpables somos nosotros. Te compartimos algunos inventos que podrían aniquilar la vida humana y quizá la de todo el planeta.
Vacuna contra el amor
En 2009 Larry Young, científico estadounidense compartió una hipótesis que si bien puede ser absurda ahora, a largo plazo puede significar la extinción de la humanidad. Según él, con los avances en la tecnología, la comunidad científica se encuentra cerca de consolidar una “pócima de amor”, la cual al ser ingerida o inyectada nos llevará a enamorarnos para siempre. El problema no es la manipulación del amor, sino lo que podría suceder al crear una vacuna o algo que funcione como antídoto a esa sustancia. Pronto nadie se enamoraría, la necesidad de apareamiento inherente en el ser humano desaparecería y poco a poco esta vacuna podría llevar a la humanidad a un mundo como el de Un mundo feliz, o peor hacia a su extinción.
El proyecto SETI
Este proyecto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre incluye una serie de medidas para detectar y tratar de establecer comunicación con representantes de civilizaciones extraterrestres.
Ya en 1896 Nikola Tesla sugirió que la radio puede ser utilizada para establecer contacto con extraterrestres. En 1899 le pareció que incluso se estaban recibiendo señales desde Marte. En 1924 el Gobierno de Estados Unidos anunció el Día Nacional de la Radio para que durante el periodo del 21 hasta 23 de agosto los científicos pudieran buscar frecuencias de radio emitidas desde el Planeta Rojo.
Los métodos actuales de investigación en el marco del proyecto SETI incluyen el uso de telescopios terrestres y orbitales, así como grandes conjuntos de radiotelescopios y la computación distribuida. Sin embargo, algunos observan con preocupación estos intentos de acercarse a civilizaciones extraterrestres, porque consideran que podrían atraer atención indeseada hacia nuestro planeta.
El pozo superprofundo de Kola
El pozo superprofundo de la península de Kola se encuentra en la zona del círculo polar ártico, en la parte más noroccidental de Rusia, y es el orificio más profundo excavado en la Tierra. Los científicos soviéticos iniciaron la perforación del pozo en 1970 y en 1989 alcanzaron el nivel de 12.262 metros.
El propósito era perforar completamente la corteza y llegar a la capa superior del manto terrestre, pero no tenían ni idea de que lo que podría ocurrir. Sin embargo, los temores de terremotos a gran escala o la aparición de los demonios del infierno resultaron infundados.
Energía nuclear
En el siglo XIX la carrera armamentista generó una ideología distinta a la de estrategia y conquista que se tenía en el pasado. El desarrollo tecnológico era esencial para lograr los objetivos, y durante muchos años la creación de armas fue prioridad de las potencias. Finalmente los resultados de tal ideología se vieron reflejados el seis de agosto de 1945, día en el que Hiroshima fue devastada con la explosión de una bomba nuclear.
La lógica debió terminar con la producción de armas de destrucción masiva, pero la Guerra Fría solo incrementó ese pensamiento y hoy muchas de las potencias tienen un gran abasto de armas con capacidad nuclear que pueden estallar en cualquier momento. A pesar de los discursos de paz y las sanciones de la ONU parece que este es un problema latente con el que hemos aprendido a vivir.
Plaga gris
Uno de los pioneros en hablar sobre nanotecnología (y ayudar en su perfeccionamiento) es Eric Drexler. Él entregó su tesis sobre la nanotecnología molecular –fabricación molecular capaz de construir estructuras complejas, con especificaciones atómicas mediante mecanosíntesis- con una advertencia: la creación de nanotecnología molecular puede ser capaz de autorreplicarse infinitamente en tan poco tiempo, un hecho que consumiría toda la vida en la tierra a una velocidad impresionante. En su libro La nanotecnología: el surgimiento de las máquinas de creación expone lo siguiente:
“Así, el primer replicador ensambla una copia suya en mil segundos, entonces los dos replicadores ensamblan dos más en los siguientes mil segundos, esos cuatro construyen otros cuatro, y los ocho construyen otros ocho. Después de diez horas, no hay 36 nuevos replicadores, sino más de 68.000 millones. En menos de un día, pesarían una tonelada; en menos de dos días, sobrepasarían el peso de la Tierra; en otras cuatro horas, excederían la masa combinada del Sol y todos los planetas… si el reservorio de elementos químicos no se hubiera agotado mucho antes”.
Gran Colisionador de Hadrones (GCH)
El origen del hombre continúa siendo investigado y estudiado pues conocer nuestro principio es tan importante como entender nuestro final. Explicar la forma en la que una civilización tan compleja se formó es algo inabarcable, sin embargo la mente humana ha teorizado la manera en la que todo el universo se formó, y para comprobarlo existe el GCH.
Este inventó ha simulado la formación del universo descubriendo la partícula conocida como bosón de Higgs o “partícula de Dios”, acercándose al entendimiento del verdadero génesis. Sin embargo, se cree que estos experimentos que buscan entender el origen del universo podrían causar un agujero negro que consumiría la tierra. A pesar de que dicho escenario se ha descartado, la idea perdura en gran parte de la población e incluso cuando el colisionador fue activado por vez primera se registraron suicidios por miedo a lo que podía suceder.
Inteligencia artificial
En junio de 2014, la noticia fue mundial: “El fin del mundo está cerca debido a la Inteligencia Artificial”. Las redes sociales explotaron intentando explicar en que consistía el test de Turing –una prueba en la que una maquina puede engañar a un humano en la que éste no pueda saber con certeza si se trata de una persona o una maquina.
Poco a poco las noticias dejaron de lado el sensacionalismo y explicaron que si bien Eugene Goostman, el “niño” que en realidad era una maquina, engañó al 33% de los participantes en el test, la Inteligencia Artificial se encontraba muy lejos de tomar control de la humanidad. A pesar de ello, la tecnología ha avanzado exponencialmente en los últimos años y la revolución en el campo de la IA preocupa a muchas personas. ¿Quién sabe cuándo Skynet se convierta en nuestra realidad?
Fuente:Inventos que podrían destruir el mundo
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