sábado, 3 de octubre de 2015

¿POR QUÉ PUEDES GENERAR ELECTRICIDAD CON LA BOCA SI LLEVAS EMPASTES?

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Si alguien de vosotros lleva alguno de los antiguos empastes dentales en su boca, puede generar electricidad. Es algo que fácilmente se puede comprobar introduciéndose un trozo de papel de aluminio en la boca y masticándolo.
El papel aluminio funciona como segundo metal que reacciona con el empaste de mercurio-plata de tu muela, mientras que la propia saliva actúa como electrolito. La corriente eléctrica producida se liberará directamente en las terminaciones nerviosas de las muelas empastadas. 
El electrolito es la pasta o fluido conductor en el que, sumergidos, dos clases distintas de metales generan la electricidad. Tal y como lo explica Lewis Dartnell en su libro Abrir en caso de Apocalipsis:
Todos los metales tienen una particular afinidad por las partículas denominadas electrones, y si se juntan dos metales disímiles uno de los dos le cederá electrones al otro, el más hambriento de ellos, generando una corriente eléctrica a lo largo del cable que los conecta.

La primera corriente

Ironie Pile Bagdad
Esta reacción el la misma que tiene lugar en las pilas que usamos para alimentar nuestros aparatos electrónicos, desde que se creara la primera pila, la llamada pila de Volta, fruto del genio del físico del mismo nombre, que se construyó en 1800 “apilando” discos alternos de plata y zinc, separados por láminas de cartón empapadas de agua salada. 
Todas las pilas, sean de un teléfono móvil, de una linterna o de un marcapasos, encierran una reacción química que ha sido domeñada para funcionar solo cuando la conexión se completa y el flujo de electrones se canaliza a lo largo de una intrincada trayectoria de cables con el objetivo de que trabaje para nosotros. La diferencia de reactividad entre los dos metales determina el potencial eléctrico, o el voltaje, producido.
Sin embargo, hay pistas que nos indican que quizá la electricidad se inventó mucho antes que lo hiciera Volta con su pila. En la década de 1930, en una excavación arqueológica próxima a Bagdad, se desenterraron jarrones de arcilla de 12 centímetros de alto que albergaban una barra de hierro rodeada por una lámina de cobre enrollada en forma cilíndrica. El jarrón, datado entre el 200 a. C. y el 200 d. C., tenía signos de haber contenido un fluido ácido como el vinagre. 
Una hipótesis es que esta antigua reliquia constituye una célula electroquímica, quizá empleada para galvanizar oro para joyería, o tal vez se creía que el hormigueo producido por la corriente tenía propiedades medicinales.
El 11 de abril de 2003, durante la Invasión de Irak, el Museo Nacional de Irak en Bagdad, fue asaltado y saqueado. Durante aproximadamente tres días muchas de las piezas de incalculable valor histórico fueron destruidas o robadas. Este es el caso de las "baterías de Bagdad", de las que se desconoce su paradero.

Fuente: www.xatakaciencia.com

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