… Y que los ‘mayores’ no deberían olvidar.
La juventud es la etapa de la diversión, pero también es la de la incertidumbre, las dudas, los desamores y la consolidación de la personalidad. Sufrir y disfrutar, ¡no está nada mal!
Estamos en un cambio de paradigma que afecta a todos los estratos de la cultura: desde la forma de afrontar la vida laboral hasta la forma de relacionarse con amigos y parejas… Las reglas han cambiado y, sin embargo, las presiones de la propia cultura y generaciones mayores siguen presionando en ocasiones con la “certeza” de saber qué es lo mejor y lo correcto.
Estas voces externas son a veces guías, pero otras, lejos de servir de faro, arrojan una sombra sobre la luz que cada uno lleva dentro, desviándolo de lo que de verdad vale la pena.
Por esto, dejamos aquí 10 consejos que pueden ayudar al joven a tomar decisiones con la calma de que lo único que importa es que sean ellos mismos y que hagan lo que hagan, sea desde el corazón.
1.-Aunque parezca mentira, olvidamos con frecuencia algo fundamental: la vida está para disfrutarla. En lugar de esto, nos preocupamos por cosas que, si lo pensamos, no tienen importancia. Tendrás que tomar decisiones, pero, hagas lo que hagas, diviértete. Si no, déjalo.
2.- Tu mejor CV es tu personalidad. Los títulos están muy bien, pero lo que realmente marca la diferencia es tu forma de ser. No dejes de lado crecer como persona. Viajar, leer, visitar centros culturales, conciertos, abrirte al amor, compartir con los amigos o ayudar a los demás es mucho más enriquecedor que cualquier diploma. Y quizás pienses que todo eso no es prioridad si buscas un trabajo -que no puedes ponerlo en el currículum-, pero la cara y los ojos no engañan. A las grandes personas todo el mundo las quiere cerca.
3.- Invéntate la vida. No te conformes con elegir entre lo ofrecido, porque hay mucho más. Apuesta por lo que te gusta, aunque (aún) no exista… ¡Invéntalo! Si lo que quieres es ser, por ejemplo, “hacedor de muñecos de nieve en verano” será genial, ¿quién hace eso? Ahora bien, trabájatelo.
4.- Rebélate. Cuestiona todo y no des nada por sentado. Cada cultura tiene sus esquemas y para mantenernos unidos, ejerce una gran presión. Te predispondrá para que vivas en un determinado lugar, trabajes en determinadas cosas o busques a una pareja cuanto antes… Pon delante de cada acción un ‘por qué’. La cultura marca un camino, pero son tus pies los que andan y es tu vida la que llevan.
5.- El mundo es enorme. Ten siempre un mapamundi en la pared. Hay quien piensa que el extranjero es lo que está fuera del hotel. El mundo es tuyo en toda su riqueza, abre tus miras y no lo desaproveches.
6.- No “tienes que” nada. Las obligaciones, deberes y exigencias solo existen en tu cabeza. Si alguien se ofende, ya se le pasará, pero no puede pretender adueñarse de tu vida. Más vale que empiece a quererte como eres o te perderá.
7.- Que el dinero jamás te gobierne. La vida se acaba cuando te quedas sin tiempo, no sin dinero. Es lo único que nunca se puede recuperar, no lo derroches tratando de conseguir tener más de lo que en el fondo no necesitas. El más rico es el que mejor aprovecha el tiempo.
8.- Lo que da valor a las personas no es su puesto de trabajo, su dinero o su ‘estatus’, sino su capacidad de amar y hacer cosas valiosas. Uno de los mayores problemas de nuestra juventud es que, en el fondo, no se les ha preguntado “qué quieren ser de mayor”, sino “qué quieren tener de mayor”. No vendas tu ser para tener.
9.- No existen las “edades para”. Cualquier momento es bueno para las buenas cosas. Recuerda el punto 4. No pienses que “a tu edad ya deberías..” Recuerda el punto 6. Así que calma, disfruta y ‘haz lo que haces’.
10.- El fracaso no existe si tú no lo dejas existir. Que las cosas vayan unas veces bien y otras mal es lo normal. No temas el error, no pasa nada, de verdad. Intenta las cosas y si no salen pues no salen, ya saldrán. Si se ríen de ti los idiotas son ellos, no tú, no les des la razón.
.- No temas cambiar o dar marcha atrás en algo. Si no pasa nada -crucemos los dedos-, nos queda más vida por delante que por detrás. Una decisión pasada no puede condicionar el resto. Que hayas empezado unos estudios o un trabajo no implica que debas seguir. Si no es lo que quieres, déjalo y empieza otra cosa de nuevo. ¡No seas cabezota!
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