martes, 22 de noviembre de 2016

SUPERAR LA ADVERSIDAD



 A veces  las personas ante una mala noticia, como el diagnóstico de una enfermedad crónica, se vienen  abajo, se comportan de forma irascible, piensan en todo momento en negativo…  
Cuando a una persona le dicen que tiene una enfermedad crónica necesita un periodo de aceptación y asimilación de la noticia.

La aceptación es el primer paso: pensar continuamente en la mala suerte  que uno tiene (por ejemplo, pensamientos del tipo “menuda mala pata” o “todo me pasa a mí”) sólo nos hace sentirnos mal. Es mejor pensar en positivo; en cómo poder mejorar la situación.
Una vez superada esta primera fase es necesario hacer unos cambios en los hábitos de vida, con el fin de mejorar la salud: concentrase más en soluciones que en lo que no funciona, concentrarse en  saber que te ocurre, conocer la enfermedad y saber cómo cuidarse para mejorar la salud… en definitiva: ser proactivo con la enfermedad y la salud, va hacer que te sientas y te encuentres mejor.


  • Tener confianza en uno mismo, pensar y visualizar que se puede realizar con éxito esos cambios de hábitos que te propongas.
  • Escribir las dudas y preocupaciones que uno tenga al respecto y comentárselas al sanitario de confianza. Tú eres el protagonista y él te puede ayudar a resolver las dudas que te vayan surgiendo.
  • Seguir los consejos de alguien que sepa llevarlo bien. ¿Qué hace esa persona? ¿En qué piensa? ¿Cómo gestiona su salud?
  • Aprender a cuidarse y a quererse, busca actividades que te gusten y que te den placer.
  • No anticiparse al fracaso, evitar pensamientos cómo: “no voy a estar bien”, “no voy a poder seguir la dieta”, “no voy a poder…”, etc.
  • Expresar tus sentimientos y lo que te pasa, no callarse lo que te hace sentir mal. La mejor manera de que los demás sepan cómo te sientes es expresarse; la familia, tus amigos o tus compañeros de trabajo podrán fortalecerte y quizás alguno haya pasado por tu misma situación y pueda darte algún consejo.

A veces la adversidad vive con nosotros, no existe una vida perfecta sin problemas. Las enfermedades, son algunas de esas adversidades que nos cambian y transforman nuestra vida. Vengan de donde vengan, bien de nuestros genes, o porque las vamos adquiriendo, siempre podemos hacer algo para sortearlas  y llevarlas mejor.

Cuanto antes te familiarices en cómo abordarla, mayor será la experiencia que tengas solucionando problemas. Los problemas  no deben preocuparte en exceso, son las soluciones las que deben ocupar  tu mente.

Fuente: https://osakidetzarenosasuneskola.com

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