Disparar en automático
El principal error y el más sangrante es tener una cámara réflex, bridge, sin espejo o compacta avanzada y no hacer las fotografías en modo Manual. Es como comprarse un Fórmula 1 y conducirlo por carreteras comarcales en tercera. Dejar que la máquina decida todos los ajustes hará que las fotografías no salgan como queramos.
Imagínate un contraluz como el de la imagen superior. Tu deseo es que las figuras humanas aparezcan silueteadas por el espectacular atardecer. Sin embargo, la cámara, como está ajustada en Automático, considera que hay poca luz en la escena y hace saltar el flash. La fotografía es totalmente distinta a la que tú has pensado en principio.
Además, no hay nada más bonito que aprender ¿verdad? Así que lo primero de todo es poner el dial en modo Manual y formarse. Hoy día dispones de muchas opciones para introducirte en este mundo: cursos online y presenciales, tutoriales, libros, un amigo, este blog…
No medir bien la luz de la fotografía
Como no conocemos el sistema de medición de luz de la cámara, creemos que todas las fotografías pueden salir perfectas en cuanto a la iluminación. Pensamos que podemos equilibrar las zonas muy oscuras y muy claras de una misma imagen, pero eso no es así. Debemos elegir la zona en la que medir la luz para conseguir la foto que deseamos.
Volvamos a un ejemplo parecido al anterior: un contraluz. Como fotógrafos debemos decidir qué zona sacar con detalle, o las casas o el cielo. Ambas partes es imposible. De esta forma, si queremos ver las casas bien, mediremos en las viviendas y sabremos, antes de sacar la foto, que el cielo aparecerá sobreexpuesto.
La primera tarea a la hora de aprender fotografía es conocer, analizar y comprender cómo funciona la luz. Pregúntate si es dura o suave, si crea sombras largas o cortas; observa dónde incide con más fuerza y a partir de ahí, decide la imagen y la zona donde medir.
Mirar sólo la pantalla trasera y no el histograma
Este es uno de los males de la fotografía digital. Apretamos el disparador y automáticamente, casi por instinto, pasamos a ver cómo ha salido la foto en la pantalla trasera de la cámara. Y déjame que te cuente una cosa: en ese monitor de pocas pulgadas no vas a saber si la imagen te ha salido bien o mal expuesta.
Para comprobar de un vistazo si la exposición ha sido la correcta se inventó el histograma. Ajusta la apariencia de la pantalla posterior para que se muestre en cada fotografía. Así te indicará qué cantidad de píxeles blancos, negros y de tonos medios hay en tus imágenes.
En la parte izquierda del histograma están los negros; en la derecha, los blancos, y en el centro, los tonos medios. Según la escena que fotografíes y la exposición que quieras, este sistema debe tener una forma u otra. Por lo general, la foto de un encuadre bien expuesto que tiene todas las luces debe enseñar un histograma en forma de Campana de Gauss, con información en todos los tonos, principalmente en el centro (como en la imagen de abajo). Una escena contrastada presentará, en cambio, un histograma en forma de U.
No ajustar el Balance de Blancos
Una vez que estás familiarizado con conceptos como temperatura de color, grados Kelvin, tungsteno o carta de grises, permíteme que te explique uno de los errores más frecuentes a los que me he enfrentado como profesor de Fotografía.
Solemos, con mucha frecuencia, olvidarnos de cambiar el ajuste del balance de blancos cuando pasamos de un tipo de iluminación a otro. Es algo que pasa habitualmente. Por ejemplo, estamos trabajando en una zona en sombra y hemos puesto un WB para este tipo de luz. Cuando pasamos a hacer fotos en interior bajo una bombilla de tungsteno, nos olvidamos de cambiar el equilibrio de blancos y nos salen todas las imágenes de color naranja.
Por eso es muy importante que nos acordemos de ajustar el balance de blancos cada vez que cambiemos de tipo de luz. Otra solución es poner el equilibrio de blancos en automático y luego configurarlo en el programa de retoque fotográfico.
No componer
Quizás sea el error más frecuente cuando empezamos en fotografía y también el más importante. El fallo consiste en pensar que la altura de nuestros ojos es la mejor para situar la cámara en todas las escenas. No nos molestamos en encuadrar correctamente según los elementos visuales que nos encontramos.
En fotografía hay que moverse. Debes bajar y subir la cámara, desplazarte a izquierda y derecha, delante y detrás, darle mil vueltas al objeto o escena que estás retratando para encontrar el mejor punto de vista. Debes volver a casa con las piernas doloridas de tanto agacharte.
Componer y encuadrar implica utilizar la distancia focal (lente) adecuada para cada situación. Es mejor elegir una focal fija (dependiendo del plano que vas a tomar) y moverse para situar el mejor encuadre. Así, te lo aseguro, aprenderás más rápido y tus fotografías se perfeccionarán.
Relacionado con esto he comprobado que, al empezar en fotografía, tendemos a mostrar todo en una misma escena, sobre todo en paisajes. Es decir, ponemos un gran angular y metemos todos aquellos elementos que nos llaman la atención (el árbol, la casa, la piedra, las montañas y el cielo).
Esto es un error. Tus imágenes deben tener un punto central llamativo, algo que destaque y que atraiga la atención del espectador. A partir de ese sujeto clave, puedes añadir otros pocos elementos que lo complementen y que no distraigan. Acuérdate de que tus fotografías sean sencillas y se puedan leer fácilmente.
Otros errores
Aparte de los 5 grandes fallos que acabamos de ver, es muy frecuente que al principio de nuestra carrera cometamos pequeños deslices que debemos corregir. Repasemos algunos de ellos:
- No sujetar bien la cámara. La mano derecha se utiliza para disparar y ajustar los valores. La izquierda, para sujetar por abajo el objetivo y enfocar. Utiliza los brazos pegados al cuerpo para sostener la cámara.
- Torcer las fotografías. Es algo que nos pasa a todos, pero se puede corregir con cualquier programa de edición, postproducción o retoque. No hay nada más feo que presentar una imagen con el horizonte ladeado.
- Disparar con velocidades de obturación prolongadas sin trípode. Creemos que tenemos un pulso de acero, pero no es así. Si vas a fotografiar a menos de 1/50 – 1/40, usa un soporte para que las imágenes no salgan trepidadas.
- No jugar con la profundidad de campo. Amplia o reduce el espacio enfocado de tus fotografías para centrar la atención en un punto o mostrar toda la imagen nítida. Para ello modifica el diafragma, la distancia focal y la distancia al objeto enfocado.
- No enfocar correctamente. Debes aprender a enfocar el punto que deseas en modo manual y automático. Asegúrate, gracias a los avisos sonoros y visuales, de que el plano que has elegido está nítido.
Estos son algunos de los errores más comunes que yo he detectado pero seguro que a ti se te ocurren más. No dejes pasar la oportunidad y deja tu opinión en los comentarios para poder ayudar a quien se inicia en el apasionante mundo de la fotografía.
Fuente: www.mediatrends.es
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