Lo hemos dicho en multitud de ocasiones, la ansiedad en sí misma no es mala o insana.De hecho, es adaptativa porque nos permite relacionarnos con lo que nos rodea con el nivel de activación adecuado.
No obstante, la ansiedad entendida como exceso de activación se convierte en insana para nosotros, afectándonos sobremanera en la vida cotidiana. Y lo cierto es que, aunque creamos que estamos exentos de que esto nos suceda, nos puede ocurrir a todos en cualquier momento de nuestra vida.
Por eso es muy importante desarrollar recursos y estrategias personales que nos permitan controlar las emociones y los pensamientos, pues como sabemos la autogestión es una habilidad vital que nos permitirá desenvolvernos de manera adecuada.
Debemos saber que no todas las técnicas de relajación nos sirven a todos por igual y que SEA CUAL SEA EL EJERCICIO, DEBEMOS PRACTICARLO CON ASIDUIDAD PARA AVANZAR.
Puede surgir en la mente del lector una cuestión: ¿yo también debo hacerlo aunque no tenga problemas de ansiedad?, ¿cuándo es momento de relajarse? En primer lugar destacar que TODOS nos beneficiamos del aprendizaje de estos ejercicios. Es necesario, además, que elijamos un momento del día en el que no vayamos a ser interrumpidos y que, si por ejemplo elegimos la noche, no nos quedemos dormidos haciéndolo. ¡¡El objetivo es aprender la técnica!! Veamos algunos ejercicios…
1.Aprender a respirar
Obviamente todos sabemos respirar, por eso estamos vivos; sin embargo, no lo hacemos de la manera correcta para relajarnos. Hay muchas maneras de respirar, pero la respiración que prácticamente todos realizamos es una respiración social y superficial.
Nuestro ritmo habitual de respiración es acelerado, oral y superficial. Respiramos por la boca con poco o ningún uso del diafragma ya sea porque contraemos el abdomen al coger aire o porque levantamos los hombros.
Así solo incorporamos una pequeña cantidad de oxígeno, lo que da como resultado una carencia de vitalidad y una menor resistencia. Por eso la respiración está situada en el primer lugar de nuestra lista pues, sin duda, una buena respiración es la base de la relajación.
Como primera norma cabe decir que nuestra respiración natural debe ser siempre por la nariz, ya que así filtramos el aire que entra y expulsamos las impurezas bloqueadas en el interior de la nariz. Y, aunque existen varios tipos adecuados, la más adecuada fisiológicamente es la completa. Os dejamos un vídeo con instrucciones para aprender a realizarla de manera profunda.
2.Relajación progresiva de Jacobson
Como afirmaría es propulsor de este tipo de relajación, “eliminar la tensión residual es la característica esencial de este método”. Así, dado que la tensión mental activa los músculos, para evitar la sobrecarga debemos comprender cuándo se tensan los músculos y qué podemos hacer para relajarlos.
Para eso es esencial ser conocedores de los grupos musculares que podemos relajar. Si bien esta técnica necesita de un correcto entrenamiento para ser aprendida, podemos beneficiarnos de los recursos que encontramos en la red para ponerla en práctica. Os dejamos este vídeo para que lo probéis.
3.Método Silva o relajaciones con visualización
Hay personas que se benefician más de una relajación que induce a visualizar imágenes relajantes. Aquí tenemos el método Silva, del cual encontramos numerosos ejercicios en youtube. Os dejamos el enlace al primero para comenzar a investigar sobre él.
4.Entrenamiento autógeno de Schultz
Este tipo de relajación se basa en la sugestión, por lo que induce sensaciones y pensamientos agradables que nos permiten relajarnos. Se base en la idea de que todos tenemos la facultad de modificar nuestra vida modificando nuestra actitud mental. Aquí un ejercicio de 10 minutos para probar la técnica.
5.Mindfulness
Cuando hablamos de mindfulness podemos entenderlo tanto como una técnica de meditación como un estado de conciencia que genera un estilo de procesamiento que viene a traducirse en atención plena hacia lo que nos rodea y a los acontecimientos que están ocurriendo.
Aquí un vídeo corto que nos ayuda a empezar a indagar sobre el método y nuestro bienestar con él. Además, en nuestra página encontrarás un curso sobre “Mindfulness para la vida cotidiana” que te permitirá desarrollar la atención plena.
6.Caminar o hacer ejercicio
Caminar o realizar cualquier actividad física nos ayuda a canalizar la activación de nuestro cuerpo. Es decir, nos ayuda a adelgazar las preocupaciones de nuestra mente, a reservar una parcela de nuestra alma a nosotros mismos, algo que olvidamos con frecuencia y que, sin duda, nos genera enormes problemas a todos los niveles.
7.Escuchar música relajante
Escuchar música relajante es también una manera estupenda de conectar con nuestro yo más calmado. ¿Conoces el dicho de que la música amansa a las fieras? Realmente la música nos ayuda a aminorar el ritmo de nuestra mente.
Si piensas que no tienes tiempo para practicar un ejercicio de relajación diario, entonces es precisamente el momento en el que necesitas comenzar a hacerlo. Cuanto más practiques, más avanzarás; recuerda que bastan 21 días para crear un hábito que mejorará tu vida.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com
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