Por definición, un retrato es una pintura, fotografía, escultura u otro tipo de representación artística de una persona en la predomina la cara y su expresión. La intención de una fotografía de este tipo debe ser (básicamente) mostrar la personalidad del retratado pero, aparte de no ser fácil, hay una cierta tendencia a realizar siempre el mismo tipo de imágenes. Algo que nos proponemos cambiar y mostrar cómo hacer retratos algo más originales.
Por supuesto la idea va a seguir siendo lograr una fotografía que pueda reflejar al protagonista, su carácter, forma de ser, estado de ánimo, etc, pero queremos al menos mostraros algunas pequeñas píldoras en forma de trucos, consejos y recomendaciones que pueden hacer que vuestros retratos se salgan un poco de lo habitual.
Hazlo cuadrado
Hace años, cuando las cámaras de gran formato eran las reinas, el formato cuadrado era más que habitual. Esto se perdió cuando se extendió el estándar de 35 mm pero se ha vuelto a recuperar gracias a la popularidad de Instagram y otras redes sociales. Así que ¿por qué no elegir una apariencia cuadrada para los retratos? Si no tienes claro el encuadre puede optar por dos opciones, alejarte un poco y sacar bastante espacio alrededor o, al contrario, acercarte al protagonista y recortar si miedo.
Prueba con una clave distinta
Ya sea en clave alta o la clave baja, esta técnica suele ser muy útil para conseguir retratos diferentes. Porque realizar una toma de este tipo pero donde predominen los tonos oscuros o claros no es algo que suela ser habitual y, por tanto, resulta original.
Busca la emoción
Un retrato no tiene porque ser una imagen formal, al estilo de las que aparecen en los carnés que todos llevamos con nosotros. Muy el contrario, es muy recomendable tratar de reflejar emociones y/o momentos únicosde la persona retratada para conseguir una fotografía irrepetible.
Ponles en línea
Un retrato no necesariamente implica la foto de una única persona, puede ser perfectamente una foto con varias. Si es el caso, puedes recurrir a composiciones diferentes, como por ejemplo situar a las personas en línea, para lograr resultados más originales.
Pon un toque de creatividad
A veces reflejar la personalidad del protagonista no es lo más importante sino que queremos conseguir otros efectos. Por eso, nunca debemos olvidarnos de la creatividad que puede hacer que una imagen gane muchos enteros. Por ejemplo esta fotografía en la que, con apenas unos elementos añadidos, se consigue crear una toma con un mensaje impactante.
No te centres solo en la cara
Dicen que “la cara es el espejo del alma” pero eso no significa que en un retrato siempre tenga que ser la protagonista. Puede haber otros elementos que queramos potenciar o, directamente, dar rienda suelta a nuestra creatividad (como decíamos arriba) y directamente desenfocar la cara, como en la imagen de ejemplo.
Destaca algún detalle especial
Muy parecido al anterior, si el/la modelo tiene alguna característica especial que quieres destacar y hacer que se convierta en protagonista, no te cortes y haz que destaque. Por ejemplo en esta foto en la que se ha dado protagonismo a los ojos de la chica utilizando un sencillo recurso (las manos y las mangas de su jersey).
Recorta sin miedo
Lo decíamos a propósito del formato cuadrado y lo reiteramos: No hay que tener miedo a recortar la foto, incluso aunque cortemos alguna parte del cuerpo de la persona retratada. Siempre que lo hagamos con sentido y con intención expresiva, claro. A veces, incluso una foto como la de ejemplo, en la que directamente hemos omitido los ojos, puede resultar muy interesante.
El “anti-retrato”
Relacionada con las anteriores, una forma de hacer retratos diferentes es probar con tomas en las que se esconda u oculte deliberadamente la cara del sujeto. Lo más habitual es utilizar para ello las manos (que, como sabréis, son un potente recurso expresivo en foto de retrato) y su utilización permite lograr fotografías tan expresivas como la que hemos elegido.
Cambia de perspectiva
Esto lo decimos constantemente al hablar de muchos tipos de fotos y por supuesto también es aplicable al retrato. Sobre todo si, como en este caso, estamos hablando de hacer algo más original, ya que los retratos suelen ser muy “cuadriculados” en este sentido. Así, en vez de hacer la foto enfrente y a la altura del sujeto, prueba a buscar puntos de vista diferentes.
Busca lo irreverente
Una clave para lograr buenos retratos, especialmente para que el protagonista se vea bien, es conseguir reflejar naturalidad en la imagen. Para ello, lo mejor es tratar de huir de los posados, forzar situaciones para que el retratado se relaje o, directamente, utilizar algún objeto que haga que saque su lado más divertido.
Pon algo que estorbe
A veces, la mejor receta para conseguir que el retrato se salga de lo habitual es directamente buscar algún elemento que situar entre la persona y la cámara y que, convenientemente desenfocado, dé un aspecto diferente a la fotografía. Si recurres a esto es interesante elegir elementos cuyos colores contrasten/combinen claramente con los de el/la modelo y el fondo de la imagen.
Retratos casuales
Terminamos hablando de los “robados”, es decir retratos a desconocidos y que, por tanto, se hacen sin planificar. Cualquier lugar es bueno para hacer un retrato casual, y por su propia naturaleza éstos suelen ser originales de por sí.
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