Cada una de sus bicicletas eléctricas está hecha a mano con piezas de motos retro que se remontan a la década de 1950, desde los bastidores a los depósitos de combustible, pero reelaborados minuciosamente con modificaciones y accesorios modernos. (Los depósitos, por ejemplo, contienen packs de baterías en lugar de gasolina).
Agnelli se formó en la restauración de muebles antiguos, lo que él acredita como esencial para su continua trayectoria creativa. En 1989, a la edad de 22 años, abrió su propio laboratorio de diseño, en el que comenzó a experimentar con la creación de nuevos productos contemporáneos a partir de antiguas reliquias.
Cada una de sus bicicletas presenta su propio reto creativo, y no hay dos modelos iguales. A Agnelli le gusta permitir alguna imperfección en cada una de sus piezas, que honran forma y función con igual cuidado. El resultado: elegancia detallista, de inspiración retro, remezclada con funcionalidad actual.
El trabajo de Agnelli pone de relieve lo último en artesanía contemporánea, estar dispuesto a adaptarse a las cambiantes técnicas sin sacrificar la ingeniosa estética del pasado.
El contenido del post no es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.
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