Con ‘Watch Dogs 2’, Ubisoft vuelve a la carga con la apuesta por el poco explotado, en el terreno de los videojuegos -no se puede decir lo mismo del cine-, mundo de los ‘hackers‘. Eso sí, sin dejar de lado la acción de los disparos en tercera persona, combinando todo ello en un entramado criminal que da lugar a esta secuela.
‘Watch Dogs 2’ es la continuación del exitoso ‘Watch Dogs‘. Pero esta vez para PS4, Xbox One y PC. Lanzado en el 2014, aquel primer título ya trataba la misma temática, por lo que esta continuación guarda una serie de paralelismos con el primero, que ligan las situaciones. Es por ello que quienes hayan jugado al original, podrán desenvolverse con facilidad en este título.
La ambientación es la que uno pudiera esperarse, idealizando la estética del mundo del hacking (un universo tan diverso como lo es la vida real) a un cruce entre punk y surfer con un toque posmoderno. Así, los personajes de nuestro bando tendrán una estética muy ‘antisistema’ (si es que podemos llamarla así), pese a que podremos vestir a nuestro protagonista con ropa de las tiendas de San Francisco virtual para que pase desapercibido en las distintas áreas que conforman la ciudad.
Juego offline
En la trama de ‘Watch Dogs 2‘ asumiremos el papel de Marcus Holloway, un ‘hacktivista’ y brillante pirata informático que vive en San Francisco (¡la meca tecnológica!), el cual está integrado en el grupo DedSec, y cuya misión es penetrar la seguridad de ctOS 2.0, la segunda versión de un sistema operativo (ya nos enfrentamos a su primera versión como Aiden Pearce en ‘Watch Dogs‘) pensado para equipar un sofisticado sistema de seguridad.
Dicho sistema, que enlaza con las cámaras de videovigilancia de la ciudad del Golden Gate, está teóricamente enfocado a proteger al ciudadano, pero en realidad sirve a los intereses de los corruptos y los criminales, empezando por Blume, la compañía que lo ha desarrollado.
El mismo Holloway tiene una cuenta pendiente con ctOS y Blume, ya que por su culpa fue acusado de un crimen que no cometió, puesto que una de las funciones de ctOS es apartar del camino de Blume a todo el mundo que pueda suponer una molestia, y está claro que un ‘hacker’ lo es para esta poderosa corporación.
Para ello, el equipo de DedSec con Marcus a la cabeza, deberá pasar por una serie de misiones, las cuales se componen de operaciones que se llevan a cabo en diversos lugares del mapa.
De Chicago a San Francisco
La ciudad de Chicago, en la cual se ambientaba la acción de la primera entrega, era un mundo abierto, pero en la de San Francisco, donde suceden los hechos de esta segunda, cubre una área de más del doble que la anterior ciudad. Y nosotros/Holloway deberemos recorrerla infiltrándonos en los edificios de las multinacionales tecnológicas para ejecutar nuestros ‘hackeos’ más sofisticados.
Llama la atención que en el San Francisco virtual que nos propone Watch Dogs 2, y que está dividido en seis áreas, una de estas sea la del Silicon Valley, idealizada y ficcionada, naturalmente. El recorrido por la ciudad lo podremos realizar tanto a pie, simplemente andando, como realizando ‘parkour’ (y si no sabes, tranquilo, Marcus sí), en vehículo terrestre (moto, coche, camión o quad), así como por mar en barco.
Para afrontar las diversas misiones que se nos proponen (y que no dejan de constituir allanamientos de morada, básicamente), tendremos a nuestra disposición diversas armas: pistolas realizadas con impresoras 3D, explosivos, o todo un clásico de las luchas callejeras: una bola de billar atada a un cordón elástico.
Los drones
Pero especialmente interesantes son dos herramientas altamente tecnológicas: dos drones. Uno de ellos es un cuadricóptero aéreo, y el otro se mueve por tierra, permitiéndonos realizar ‘hackeos’ a distancia, lo cual puede sernos muy útil en ciertas ocasiones. Aunque lo mejor será no entrar como elefante en cacharrería y utilizar nuestras armas solamente cuando sea imprescindible, valiéndonos antes de nuestras habilidades sigilosas. Y es que si tuviéramos que definir a ‘Watch Dogs’ de alguna forma, esta sería un juego de sigilo.
Un motivo más para utilizar el sigilo es que, aparte de nuestros enemigos de las grandes corporaciones tecnológicas, también podremos sumar un nuevo perseguidor si llamamos mucho la atención: la policía. Si nadie sabe que hemos entrado, ‘hackeado’, y salido… ¿qué y a quién van a denunciar?
Las actualizaciones que Ubisoft irá lanzando del juego también se podrán seleccionar dependiendo de nuestro estilo de estrategia, dividiéndolas en tres categorías: sigilosas, agresivas, y ‘de trucos’.
¿Dónde encontramos la parte de ‘hacking’ en este juego? Marcus puede penetrar la seguridad de diversos dispositivos conectados a ctOS con solamente su smartphone. A partir del acceso a la red, nuestro protagonista puede llevar a cabo acciones como cambiar los colores de los semáforos para provocar un buen atasco (lo cual puede ayudarnos en una intrusión o en una huida), o bien cambiar los datos personalesde alguien para que la policía lo persiga o deje de hacerlo, según convenga.
Modo multijugador
Encontramos en ‘Watch Dogs’, además, diferentes modos de juego. Así el modo cooperativo reúne a jugadores elegidos de forma aleatoria que pueden colaborar para explorar conjuntamente el mundo abierto en el cual se desarrolla el juego, y completar misiones, lo cual les permite ganar followers.
El modo de invasión, mientras, es un modo competitivo en el que luchamos uno contra contra otro jugador, con el objetivo de colar un virus informático en sus sistemas de DedSec, y escapar con vida, algo que deberá evitar el otro jugador.
Modo cazarreocompensas
Por último, el modo cazarrecompensas es nuevo respecto al juego anterior, y consiste en que si un jugador siembra el caos en el online, se le pondrá un precio a su cabeza, y otros jugadores podrán ingresar en su partida para, junto a la policía, perseguirlo y darle caza a cambio de puntos de experiencia. No obstante, también podremos sumarnos a un jugador perseguido para apoyarle durante su escape.
La recompensa tiene un tiempo de caducidad, y la tarea del perseguido será evitar a sus perseguidores hasta que esta expire. En el caso de verse acosado y matar a uno de sus acosadores, solo conseguirá que el tiempo de la recompensa sobre su cabeza aumente, así como su valor. Lo más curioso de este apartado (y que no dudamos que más de uno utilizará) es la posibilidad que tenemos de reclamar una recompensa… sobre nuestra misma cabeza. Convertirse en un forajido nunca había sido tan fácil.
Como corolario, decir que no penséis que el mundo del ‘hacking’ tiene, como en el juego, un glamour tan peligroso como una película de James Bond; es algo mucho más cerebral, más sedentario, y en lo que se trata es de pasar horas examinando tecnologías diversas y código fuente de programas para comprender su funcionamiento de forma profunda y poder modificarlos para llevarlos un paso más allá de su función original.
Al final, en ‘Watch Dogs 2’, el ‘hacking’ es solamente un hilo argumental que sirve de excusa para un buen videojuego de sigilo y acción que gustará a los que disfrutaron de la primera entrega y también a los que no tuvieron ocasión de probarla pero les interesa esta temática.
Fuente: www.mediatrends.es
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