A pesar de que solemos acordarnos del fisioterapeuta cuando ya padecemos una lesión, su trabajo puede ayudarnos precisamente a impedir que se produzcan, especialmente en el caso del deporte. La fisioterapia deportiva nos ayuda a prevenir las dolencias más comunes entre los deportistas y puede convertirse en un pilar fundamental de nuestra práctica.
La fisioterapia deportiva se basa en la prevención y sirve tanto en el caso del deporte como para cualquier persona que, a través de su postura y de sus hábitos diarios, quiera impedir futuras dolencias musculares o del esqueleto y mejorar su calidad de vida.
¿Por qué se producen las lesiones deportivas?
La fisioterapia deportiva responde a las causas principales de la mayor parte de las lesiones que sufrimos al hacer deporte, tanto si eres profesional como si lo practicas a diario por tu cuenta. Estos son los principales motivos:
- No tenemos la preparación adecuada. Antes de empezar a practicar cualquier deporte, debemos asegurarnos de que nuestro tono muscular, elasticidad y forma física son los adecuados, iniciando la práctica desde el nivel de menor exigencia.
- No hacemos ningún calentamiento previo ni estiramientos al terminar.
- No nos hidratamos adecuadamente y nuestra dieta carece de los nutrientes necesarios.
- No contamos con el calzado ni las herramientas necesarias para practicar el deporte correctamente, lo que puede derivar en sobrecargas musculares y lesiones.
- No descansamos lo suficiente para permitir que los músculos se recuperen antes de practicar deporte otra vez.
¿Cómo nos puede ayudar un fisioterapeuta?
El trabajo de un fisioterapeuta deportivo nos puede ayudar de dos maneras: en la prevención de lesiones y facilitando la recuperación después del ejercicio.
Cuando acudimos a un fisioterapeuta con el objetivo de prevenir lesiones en nuestra práctica deportiva, en primer lugar evaluará cuáles son los factores de riesgos a los que nos enfrentamos, ya que depende del deporte que practiquemos. Posteriormente hará una valoración de nuestra postura y de nuestra rutina de entrenamiento para identificar, por ejemplo, si estamos forzando una musculatura y debemos corregir.
El fisioterapeuta también necesitará conocer qué lesiones hemos padecido anteriormente y si existe riesgo de recaída. Si es necesario, nos recomendará ejercicios nuevos y estiramientos que incorporar a nuestra rutina para impedir que se produzcan lesiones en el futuro.
Este trabajo del fisioterapeuta tiene también un impacto positivo en la recuperación de las articulaciones después de practicar deporte. Cuando nos acostumbramos a mantener una postura correcta durante el ejercicio físico y nuestras tareas diarias, nuestros músculos se recuperan más fácilmente después de correr, nadar, hacer yoga o cualquiera otra práctica. Las terapias manuales, empleadas para el tratamiento de lesiones, también sirven al fisioterapeuta para determinar el riesgo de lesión o sobrecargas musculares que estemos causando al hacer ejercicio y que pueden derivar en un problema mayor.
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