Sales del metro, subes las escaleras, sacas las llaves del bolso, abres tu puerta de casa y, por fin, ya es hora de relajarse, el momento para la desconexión. Pero de forma práctica, sin pulsar botones de más.
Hubo un tiempo donde un buen equipo de sonido en casa imponía una instalación tediosa: taladros, bridas, clips de cable, canaletas, buscar la posición perfecta de cada speaker, ajustar el subwoofer, grapar el cable sobrante… Si la música va con nosotros en el móvil, ¿por qué no heredar esta idea simple aprovechando las funcionalidades de un equipo profesional en casa?
¿Hay alguien ahí?
Por desgracia, más allá de hilo musical, escuchar música en casa exigía montar altavoces tan grandes como permitiese nuestro cuarto de estar y pasar un buen rato calibrándolos hasta obtener el rendimiento acústico más preciso posible. Una tendencia que ha ido desapareciendo, poco a poco, a favor de los altavoces inteligentes.
El siguiente escollo a superar estaba claro: ¿será compatible con los equipos que ya tengo en casa, como mi TV o mi tablet? ¿Cuál me compro que encaje con la decoración de mi salón? ¿Tengo espacio para montar más de uno o tendré que arrinconarlos sobre alguna mesita?
De igual forma que los televisores se han transformado en marcos desde los que proyectar obras de arte o las tablets se han convertido en marcos digitales para emitir el álbum de fotos de nuestras últimas vacaciones, el audio por fin juega a ser un trampantojo y, como un camaleón, se camufla en los espacios hogareños sin invadir más espacio del debido ni perturbar nuestra preciada tranquilidad.
Se llaman SYMFONISK y son una familia de altavoces que acaba de sumarse a las filas de IKEA. Y algo más: altavoces y lámparas de mesa. Altavoces y baldas con función decorativa. Altavoces WiFi que evolucionan y compactan funciones sin entorpecer el espacio.
Al contrario: SYMFONISK nace de una audaz alianza entre el experto en decoración y mobiliario IKEA y el experto en audio SONOS, la empresa con sede en California reconocida por sus altavoces inteligentes (ONE, PLAY), barras de sonido (PLAYBAR, BEAM) y sus coaliciones tecnológicas con Apple, Napster e incluso artistas musicales como Beck, The Lonely Island, Solange.
Minimalismo, diseño… y sonido
Como un ninja silencioso, la familia de altavoces SYMFONISK desaparece de nuestra vista y se transforma en lámparas y baldas sobre las que dejar nuestra lectura favorita.
¿Un ambientador de lavanda? ¿Una pequeña maceta con un cactus? ¿Un cargador de móvil y un platito con tus llaves? ¿Un par de cómics? ¿O qué tal el estuche de tus gafas de sol? Este dispositivo (99€) es una estantería funcional para colocar cualquiera de estos objetos, pero también es un smart speaker compatible con AirPlay 2 y perfecto para usar mediante comandos a través de los asistentes de voz de Google, Alexa o Siri.
Este altavoz wifi balda (99€) puede colocarse tanto en horizontal como en vertical, podemos fijarlo a la pared como un estante mural utilizando un soporte SYMFONISK. También podemos colgarlo en cualquier pared mediante un riel o rejilla de pared KUNGSFORS, la familia de ganchos y soportes más minimalista de IKEA.
De esta manera obtenemos lo mejor de ambos mundos: una decoración sobria, de colores agradables con acabado en tela y tacto suave —incluso los cables cuentan con un trenzado y revestimiento con un tacto similar a la tela— y, por supuesto, un sonido amplio con amplificadores de clase D. ¿Necesitamos más potencia? Siempre podemos aumentar la familia de altavoces, habitación por habitación.
Estos altavoces optan por un minimalismo estético y práctico. Solo cuentan con tres botones: uno para bajar volumen, otro de play (parar/reproducir) y un tercero para subir volumen, sumado a un sobrio led de luz blanca que nos indica cuándo el dispositivo está encendido.
Hágase la luz
Un punto de conexión WiFi y un enchufe libre. Eso es todo lo que necesitamos para convertir un rincón oscuro en un cálido ambiente de luz tenue y música en alta calidad. SYMFONISK combina una lámpara mesa más un altavoz WiFi (179€), todo en uno.
El altavoz ofrece un sonido de intensidad media y es compatible con casi todos los servicios de streaming habituales. Gracias a esta alianza con SONOS, desde la aplicación oficial, disponible tanto para Android como para iOS, podemos reproducir pistas de Deezer, Google Play Music, SoundCloud, Spotify, Amazon Music, Apple Music, TuneIn, Qobuz, TIDAL, Last.fm, YouTube Music o Napster. Ahí es nada. Bandas sonoras, podcast, vídeos en HD, lo que más nos apetezca.
Por su parte, la lámpara, construida con una base del recinto basada en caucho de silicona, es compatible con bombillas de la clase energética A++ a la B y se recomienda utilizar una bombilla LED E14 (de 400 lúmenes) de 7W, con la etiqueta energética A+, capaz de iluminar como una bombilla incandescente de 35 vatios.
Como vemos en la imagen, podemos diseñar nuestro propio sistema de cine en casa, emparejando varios dispositivos, encargándoles a cada uno un canal de un 5.1. A nivel básico, desde la app podemos conectar dos altavoces de lámpara SYMFONISK como si fuesen los canales derecho e izquierdo de un home cinema.
Pero es que incluso podemos combinar estos evolucionados SYMFONISK con las barras de sonido Playbar y Beam de SONOS, una base Playbase o un amplificador Sonos Amp, para ese rincón de la casa donde el sonido llega más apagado.
Ambos dispositivos, tanto el altavoz lámpara de mesa (179€) como el altavoz-balda (99€), aparecen en la aplicación oficial como dispositivos con nombre propio: no solo pueden reproducir distintos canales, también pueden emitir distintas fuentes de música. Ya sabes: rock para el dormitorio, jazz para la cocina… o podcasting para tu despacho.
Sin sacrificar rendimiento en graves ni conectividades, IKEA y SONOS han sabido aportar su experiencia para construir unos altavoces WiFi propios de acertijos visuales, capaces de camuflarse como esos audaces animales miméticos. Porque nuestro hogar es un lugar sagrado, no un almacén donde amontonar gadgets electrónicos sin un mínimo criterio estético.
Imágenes | IKEA
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