El nesting es una práctica que, extrañamente, consiste en no hacer nada y relajarse dentro del hogar. Aunque en algunos casos no es conveniente su práctica, para muchos puede ser bastante beneficiosa.
Conoce sobre el nesting, los beneficios de no hacer nada, porque tu tranquilidad jamás estuvo tan cerca. “Estar aburrido” y permanecer en casa no tiene por qué ser algo malo. Al contrario, ahora se conoce como nesting y es una tendencia que promete.
Proviene del término inglés nest, que se traduce como “nido”, y cada vez más personas están recurriendo a esta práctica tan sencilla como forma de terapia y autoconocimiento.
El nesting incluye tareas cotidianas y placenteras, tales como darse un baño con abundante espuma, leer un libro, dormir hasta que plazca, dibujar un mándala, o bien, hacer jardinería.
Estas actividades son todas caseras y están al alcance de todos, sin tener que salir del nido del hogar para apuntarse a cualquiera de ellas.
¿Qué es el Nesting?
Nesting es una forma de responder ante al frenético transcurrir de horas de la vida diaria. Tal como el hygge, el nesting también comenzó a ser practicado en países nórdicos, y ahora se ha extendido a una cantidad asombrosa de lugares.
La razón por la cual cada día más personas deciden frenar sus ocupaciones y sumarse a estos estilos de vida es porque realmente contribuyen al bienestar, disminuyendo la ansiedad y el estrés.
Asimismo, el nesting es una opción bastante económica que, además de permitir disfrutar de la calidez del hogar, funciona para estrechar los lazos con la familia.
Vale tomar un momento y reflexionar sobre las extensas jornadas laborales y esa obligación de cargar los fines de semana con planes, que parecen más mandatorios que espontáneos, relegando cada vez más el tiempo para descansar.
La obligación de socializar
Suele ocurrir algo similar con los pequeños de la casa quienes, al salir agobiados del colegio, también deben cumplir con todos los cursos o actividades extraacadémicas que sus padres les han preparado.
De igual manera, existe una especie de tendencia que impone compartir el tiempo libre con otras parejas, familiares o amigos y visitar restaurantes o dar paseos. Por supuesto, esto no está mal del todo; solo que cada vez dedicamos menos tiempo para el descanso y el disfrute.
Lo mismo ocurre con los móviles y la necesidad de contestar mensajes, revisar el correo y atender las redes sociales. Todo esto se traduce en una carga de estímulos bastante agobiante, que no mejora si va acompañado de un estilo de vida desesperante.
En ciertas ocasiones, el cuerpo enferma porque necesita descansar. No va a ocurrir nada malo si nos quedamos en casa, en el sofá, con una manta, una bebida caliente y un poco de espacio para nosotros mismos.
Así, el refugio del hogar se convierte en el más seguro para conectarnos con nuestro mundo interior, recuperarnos del agotamiento y disfrutar de nuestra propia compañía.
¿Cuándo no es recomendable el Nesting?
Es importante aclarar que no en todos los casos el nesting es recomendable, sobre todo en presencia de ciertos cuadros clínicos. El nesting no está recomendado para quienes sufren de ansiedad, atraviesan un duelo o padecen depresión.
En los casos descritos, las personas presentan síntomas de aislamiento y esto no se vincula con la capacidad de decidir quedarse en casa para disfrutar. En las situaciones descritas, conviene acudir con un terapeuta y seguir las indicaciones que este le provea.
El nesting siempre debe ser una práctica para el disfrute. Quienes no tienen una vida laboral muy activa, se pueden quedar en casa por “obligación” y el nesting no consiste en esto.
¿Cómo practicar Nesting?
Algunas de las reglas que sigue esta tendencia son las siguientes:
- Hacer aquello que nos guste (leer, pintar, ver una película, cambiar el abono a las plantas, jugar con la mascota, entre otras).
- Evitar las planificaciones tediosas.
- Hacer cosas que nos ayuden a estar relajados.
- Vivir sin prisas.
- No imponerse terminar cualquier tarea, solo por obligación.
- No hay problema si se cuenta con buena compañía.
- Ser conscientes y aplicar mindfulness, es decir, mantener la mente en el presente.
- Es recomendable tener la casa en orden, de lo contrario, la persona pudiese sentirse incómoda en “el pequeño refugio”.
Además de esas recomendaciones, se sugiere que la luz natural llegue a todos los espacios de la casa. El ambiente y la decoración son importantes para encontrar calma. Algunas personas optan por colocar plantas naturales en ciertos espacios.
La sencillez también es valiosa. No sirve de nada tener una casa llena de objetos si estos solo contribuyen al agobio. El entorno del hogar debe reflejar por sí mismo calma.
Si se quiere dar forma a este espacio, se recomienda, poco a poco, ir reduciendo la cantidad de objetos innecesarios e ir adaptando cada rincón hasta llenarlo de paz. Así, también la persona irá trabajando en su nuevo estilo de vida.
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