Aunque existe una relación entre las mochilas escolares y el dolor de espalda, la solución no está en evitar las mochilas, sino en utilizarlas de forma adecuada. También es fundamental que los niños practiquen deportes para que sus músculos y esqueletos sean más fuertes.
Se ha generalizado la opinión de que las mochilas escolares y el dolor de espalda se encuentran estrechamente relacionados. Esto es básicamente cierto, pero se trata de una realidad que tiene diversos matices. Lo primero es que el problema no está en la mochila en sí, sino en su uso.
Es claro que cuando se cargan pesos exagerados, de cualquier tipo, y este ejercicio no se lleva a cabo de forma correcta hay consecuencias para los músculos y los huesos. Aunque las mochilas escolares y el dolor de espalda son realidades que aparecen unidas frecuentemente, lo que verdaderamente falla son los factores de peso y distribución de carga.
Además de esto se debe tomar en cuenta que las mochilas son un artículo de uso diario y, por lo tanto, continuado. Ese empleo reiterativo exige que se tomen las medidas necesarias para proteger el cuerpo. Veamos más detenidamente cuál es el nexo que hay entre las mochilas escolares y el dolor de espalda.
Las mochilas escolares y el dolor de espalda
Existen varios estudios que hablan acerca de las mochilas escolares y el dolor de espalda. Prácticamente todos ellos coinciden en que aproximadamente la mitad de los niños menores de 15 años han percibido alguna molestia asociada al uso de su mochila escolar.
También hay un consenso en el hecho de que lo saludable es que ningún niño cargue un peso mayor a un rango de entre el 10 y el 15 % de su peso corporal. De hecho, el Ministerio de Educación de Austria prohibió que los niños llevaran mochilas que superaran el 10 % de su peso corporal. En Alemania existe una reglamentación similar.
En los últimos años han aparecido varias investigaciones en las que se establece una relación entre la mochila escolar y varios tipos de lesiones en el cuello y el hombro, el dolor de espalda, la curvatura espinal, la postura y la función pulmonar entre otros. El tema ha cobrado importancia por el incremento de estos problemas en los niños, algo que era muy poco usual en el pasado.
Sin embargo, algunos expertos han advertido que el aumento de esos problemas en los niños no solo se debe al uso de la mochila. También intervienen otros factores y el más destacado de ellos es el sedentarismo de los menores, el cual debilita su estructura músculo esquelética.
Datos a tener en cuenta
Un estudio llevado a cabo en Holanda encontró una relación inversa entre la práctica de algún deporte y el dolor de espalda en los niños. Es decir, entre más horas dedicadas al deporte menos dolor de espalda en los menores.
Otro estudio, también de Holanda y liderado por van Gent, señala un dato muy interesante: en muchos niños con dolor de espalda también se encontraron indicios de problemas psicosomáticos. Algunos menores irritados o molestos por factores familiares o individuales tienden a sufrir con más frecuencia de dolor de espalda.
Independientemente de lo anterior es un hecho que el sobrepeso en las mochilas escolares y un uso inadecuado de las mismas puede conducir a diferentes problemas. Entre ellos se destacan los siguientes:
- Tensión muscular: se localiza en la zona baja de la espalda. Se origina porque el niño inclina el cuerpo hacia adelante cuando la mochila tiene demasiado peso.
- Desalineación de la columna: principalmente a nivel cervical por la misma razón que en el caso anterior.
- Incremento de la curvatura lumbar
- Asimetría en los hombros: cuando se lleva la mochila en un solo hombro, se incrementa el riesgo de desarrollar una desviación de columna o una escoliosis.
Recomendaciones
La primera recomendación a tomar en cuenta es promover las prácticas deportivas en los niños. El sedentarismo no es bueno para nadie, mucho menos cuando se está en proceso de desarrollo corporal. Adicionalmente se deben tomar algunas medidas preventivas con las mochilas, como las siguientes:
- Dimensiones adecuadas: la mochila no debe estar más abajo de la cintura y su anchura no debe ser superior a la de los hombros.
- Correas adecuadas: estas deben ser acolchadas y permitir que el niño se las ajuste para que la mochila quede pegada a la espalda. Es recomendable que tenga un asa para levantarla del piso.
- Interior compartimentado: cuando el interior de la mochila está compartimentado los objetos se mueven menos y esto otorga estabilidad.
- Sobrecarga: debe evitarse por completo la sobrecarga. Es el factor más nocivo.
- Distribución y transporte: los objetos más pesados deben ir más cerca del cuerpo. La mochila debe cargarse en ambos hombros.
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